La voz que usurpa la representación del pueblo

Abr 22 • destacamos, Lecturas, Miradas • 1394 Views • No hay comentarios en La voz que usurpa la representación del pueblo

 

En su reciente libro Izquierda y democracia, José Woldenberg propone al lector una apertura al debate de ideas

 

POR JOVANY HURTADO GARCÍA
José Woldenberg en su nuevo libro Izquierda y democracia (Cal y arena, 2023) plantea disyuntivas en torno a la democracia, explora el concepto de izquierda y su situación actual, y hace un replanteamiento de lo que sucede en la actualidad en México. A través del conjunto de ensayos que reúne, incita al lector al debate de las ideas, proponiéndole una visión inteligente y documentada de la realidad y trazando líneas de futuros posibles.

 

El centro del debate lo conforma el concepto de izquierda, Woldenberg plantea que no existe una sino muchas, “así como no existe una derecha tampoco una sola izquierda. La izquierda es muchas izquierdas y en nuestro caso no es deseable identificar izquierda con lopezobradorismo. Sería una inmensa derrota política y cultural para aquella izquierda que es democrática”; y agrega: “Hay una izquierda democrática en México que contribuyó a la construcción de una germinal democracia y que tiene una larga tradición entre nosotros”. Habría que añadir que la izquierda que hoy se encuentra en el poder tiene su propia visión de la historia, sustenta una postura lejana a fortalecer los procesos democráticos y contrario a ello busca que el poder se concentre en un solo hombre, por ello le estorban los contrapesos y los organismos autónomos, nos dice el autor —respecto la izquierda lopezobradorista— “parece desear una presidencia concentradora de poder y sin contrapesos institucionales. Una regresión a épocas que creíamos superadas…”. Avanzamos hacia un “despotismo” con los riesgos que ello implica para la democracia, la cual se encuentra en un franco riesgo. Todo lo edificado en décadas puede ser derrumbado en meses. El “proceso democratizador”, lo recuerda Woldenberg, fue largo y se dio mediante “ocho reformas (que) se llevaron a cabo entre 1977 y 2014 y los resultados están a la vista” de ello se desprende la presencia de autoridades electorales —mismas que han validado los triunfos de Morena, incluido el de López Obrador en 2018—, se ha garantizado la equidad en las contiendas y la alternancia entre las distintas fuerzas políticas. Ese proceso ha sido el fruto de varias generaciones y el riesgo autoritario que hoy existe pone en peligro lo edificado.

 

Para la izquierda lopezobradorista las instituciones parecen no ser necesarias, busca que todo se concentre en la figura presidencial, la cual tiene una hiperpresencia, que es esa aparición un día sí y el otro también en los medios de comunicación, que marca la agenda pública, y con ello modera la participación de la oposición en el debate. Oposición que no ha sido capaz de crear su propia agenda, desde 2018 sólo ha replicado lo que dice el Presidente, quien “ha usurpado la representación del «pueblo» y cree que sólo sus dichos lo representan”. Dicha usurpación le ha dado el poder de desprestigiar, calumniar, señalar y juzgar desde las mañaneras —tribunal inquisitorio— a todo aquel que piense distinto a él. Quitarle esa voz es el papel que tendría que asumir la oposición y la sociedad civil.

 

Todo este cultivo de elementos pone en riesgo a nuestra “germinal democracia”, así llama Woldenberg al periodo que se vive, recalca que “no llegamos a una etapa final. Tampoco a un paraíso”, pero lo logrado “ha permitido asentar la pluralidad política y que la misma pueda coexistir y competir de manera pacífica”. ¿Estamos dispuesto a perder lo ganado? ¿Se entiende que la defensa de la democracia implica también el fortalecimiento del Estado de derecho?

 

Woldenberg frente a la problemática planteada que existe un elemento fundamental para defender a la democracia y fortalecer el Estado de derecho, me refiero a la sociedad civil que “es entonces la sociedad organizada. Organizaciones sociales que son capaces de generar agendas, diagnósticos, movimientos, exigencias y que logran hacer visibles sus reivindicaciones. Se trata del tejido que expresa muy diversas necesidades. Y en ese sentido es la cristalización de las pulsiones que coexisten en una sociedad”. La sociedad civil es el riel de la balanza entre el sector público y el privado. Woldenberg detecta que “en nuestro caso esa sociedad civil es débil (un porcentaje muy bajo de la población participa en esas organizaciones)”. El futuro de México depende en mucho de su fortalecimiento, articulación y de la capacidad que tengan de construir una agenda plural con visión de futuro, ¿será capaz de lograrlo o terminará cooptada por los partidos políticos?

 

Aquí lo planteado por José Woldenberg que abre un amplio debate sobre los temas que hoy se encuentran en la agenda pública.

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