Las Venus de Milo
POR MAURICIO MATAMOROS DURÁN
Por la evocación de las mujeres más bellamente erotizadas de la narrativa e ilustración modernas, Milo Manara se ha convertido en uno de los artistas italianos más respetados de la actualidad. Las mujeres trazadas por la mano de Manara parecen descendientes de la misma Venus (igualmente, en muchos casos, parientes directas de Lilith, y esto no es en detrimento… por el contrario).
Pero esa línea que da contorno a sus mujeres igualmente le da forma a sus lugares, escenarios, hombres (que igualmente cuenta con varios adonis), historias y al montaje y diseño de las viñetas. Es decir, si esas mujeres son tan extraordinarias o perfectas, es porque el trazo de Manara y, por ende, su narrativa han sido bendecidas con el don de la genialidad. Las historietas de Manara son algo de lo más bello que ha podido verse en dicho medio en las última décadas.
Con motivo de su próxima visita a México, dentro de FESTO Comics, el 16 y 17 próximos, en el marco de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil, en el Centro Nacional de las Artes de la ciudad de México, Confabulario conversó con Milo Manara.
—A pesar de todo, ¿qué fue primero para Manara, la historieta o el erotismo?
—Naturalmente, el erotismo. Para mí descubrir el erotismo sucedió mucho antes que descubrir las historietas. Cuando comencé a dibujar historietas, el erotismo fue uno de mis argumentos preferidos, justamente porque era uno de los aspectos mas importantes de mi vida, y no solamente de la mía, sino en general de todos.
Guido Crepax (1933-2003) y Milo Manara han elevado a arte el erotismo en los medios masivos de Italia.
—¿Y entonces podría pensarse que el erotismo es una fuerza central en el arte y la historieta italianos?
—Yo no diría que el tema del erotismo es más importante en Italia que en el resto del mundo. Tal vez, algo que sí existe en Italia es la tendencia a dedicarnos a la representación del desnudo, en especial el femenino. Esto forma parte de las características y la herencia histórica de los italianos, pensando esencialmente en la gran tradición de la pintura del renacimiento. Aunque esto tampoco significa que los italianos se dediquen más al erotismo que otros pueblos. Simplemente, tal vez, se inclinen más por la representación de los temas eróticos. Por otra parte, hay grandes dibujantes eróticos en otras partes del mundo. Como en Japón, por ejemplo.
De pintura e historieta
Milo (diminutivo de Maurilio) Manara nace en 1945, en Luzon, Italia. Realizó estudios de arquitectura en la Universidad de Venecia, e intentó vivir de la pintura; fue asistente del escultor español Miguel Ortiz Berrocal, en cuya biblioteca descubrió la riqueza de la historieta. Ya embelesado por las posibilidades del dibujo sobre el papel, decidió dedicarse a este medio, y en 1968 publicó su primera historieta, Genius, un thriller en el que ya se muestra su interés claro por el erotismo. Esta vocación se refuerza con su primer gran éxito, la saga de Giuseppe Bergman (1978) y, sobre todo con Il Gioco (Clic, 1984), que lo catapulta como el maestro del erotismo italiano. Desde entonces, su obra ha sido una combinación de fantasía y erotismo, ya sea en solitario o en colaboración con autores como Federico Fellini, Alejandro Jodorowsky, Hugo Pratt, el guionista Vincenzo Ceram y el escritor Neil Gaiman. En 2009, la Academia de Bellas Artes de Macerata le otorgó el honoris causa.
—Usted ha logrado llevar la historieta a los museos y galerías. ¿Cree que la historieta, el cómic, posee el mismo valor que la pintura? ¿Considera que llegará el momento en que ambas participen de igual forma en dichos templos de arte?
—El gran papel que la pintura ha ejercido durante siglos en la sociedad (su función social y cultural), ha sido retomado por el cine y la televisión. Una pequeña parte de esta enorme herencia fue absorbida por la historieta; pero no creo que la historieta pueda competir con las grandes obras pictóricas del pasado. No obstante, estoy convencido que actualmente la historieta tiene una función social superior a la que en este momento posee el arte pictórico. Gracias a la obra de grandes autores como [Hugo] Pratt, [Jean Giraud] Moebius, [Jean-Claude] Forest, Frank Miller, Dino Battaglia, Will Eisner, Art Spiegelman, Marjane Satrapi, y muchos otros, la historieta se ha convertido en un médium adulto con contenidos complejos y profundos, que nada tienen de inferior respecto de la literatura y el cine. Con los nuevos soportes tecnológicos la historieta puede convertirse en algo accesible. La narración con base en imágenes dibujadas nació con el hombre, y creo que mientras exista el hombre siempre habrá alguien que cuente una historia dibujándola.
A lo largo de su carrera, Manara se ha relacionado de forma natural con el cine. Il Gioco, Le Parfum de l’invisible y La Légende de Parva han sido llevadas al cine. Los acercamientos con realizadores como Polanski, Almodóvar y Fellini han sido naturales. Y con este último se llevó a cabo un proyecto ya mítico.
“Viaggio a Tulum [Viaje a Tulum] —continúa Manara — originalmente era el guión de un filme, inspirado en los libros y el universo de Carlos Castaneda, y el cual Fellini tenía la intención de filmar. Por una serie de motivos, un tanto misteriosos, Fellini decidió no filmarlo. Pero fue entonces que le pregunté si no le gustaría hacer una historieta a partir del guión; a él le pareció buena idea, y así fue que la hicimos. Nunca estuve en Tulum, desafortunadamente. Para realizar la historieta me basé en las descripciones de Fellini, y naturalmente en sus fotografías. Me gustaría mucho ir. Las grandes civilizaciones precolombinas son extraordinariamente fascinantes”.
—Alejandro Jodorowsky estuvo involucrado en una adaptación fílmica de esta historieta; sin embargo, es hasta recientemente con la saga I Borgia [Los Borgia] que ustedes han colaborado. ¿Acaso este último trabajo es resultado de algún acercamiento que se tuvo desde Viaggio a Tulum?
—No. El proyecto cinematográfico de Viaggio a Tulum se lo propuse a Jodorowsky cuando nosotros habíamos terminado ya de hacer I Borgia. Sin embargo, Fellini quiso que Jodorowsky apareciera en una escena de Viaggio a Tulum. Hablando de Jodorowsky con Fellini me hizo saber que lo estimaba; y, tal vez, de no ser por las hermosas palabras que Fellini empleó para referirse a Jodorowsky, yo no habría aceptado dibujar I Borgia.
Naturalmente, una historieta como I Borgia tiene sus dificultades: dibujar y colorear una historia larga y complicada que sucedió realmente, y que está ambientada en una época muy lejana; pero existe una gran documentación iconográfica sobre el renacimiento italiano. Inclusive, las principales arquitecturas de aquella época aún existen, y siguen habitadas. En realidad, no he tenido que agregar demasiado trabajo con mi imaginación. El problema ha sido cuidar de no incluir en las imágenes algún elemento que en aquella época no existiera; por ejemplo, en la época histórica de los Borgia, la Capilla Sixtina aún no contaba con los frescos de Miguel Ángel…
—Para su publicación en EU, I Borgia fue censurada. ¿Recuerda usted algún episodio serio de censura a su obra?
—La única censura real que he tenido en mi carrera la tuve en Sudáfrica, antes de la liberación de Nelson Mandela. En un periódico sudafricano había sido publicada una lista de libros prohibidos, y en esta, junto a muchos libros importantes, de autores como Marcuse, y otros, había cuatro libros míos. Naturalmente, enmarqué la página de ese periódico y la colgué en mi estudio, como si de una medalla de oro se tratara.
Las más recientes obras de Manara son Gli Occhi di Pandora (2009) y la saga de I Borgia (2004-20011), esta última ha sido un éxito masivo en varias partes de Europa. De igual manera, algunos acercamientos al cómic estadounidense a través de personajes míticos de esta escena, como los X-Men, Sandman y Vampirella, recientemente lo han acercado a nuevos públicos.
“Sí, la encontré muy interesante [la colaboración en el cómic estadounidense]. Es un mundo completamente distinto al de la historieta europea. Otro modo de trabajar, más profesional, casi industrializado. Inclusive, tuve que trabajar sobre hojas de papel que me proveyeron en las editoriales americanas, con formatos diferentes a los que estoy acostumbrado a usar. Pero se trata de historietas auténticamente populares, y eso es lo que me fascina de ellas”.
—Sin embargo, es posible que sus siguientes trabajos los veamos en el cine.
—Constantemente recibo propuestas de colaboración para proyectos cinematográficos. Pero la mitad, por lo menos, no se concretan. La última colaboración, por ejemplo, me llegó de parte de Dino de Laurentiis para la continuación de Barbarella [el mítico ícono del cómic europeo creado por Jean-Claude Forest, y que en los años sesenta interpretó en el cine Jane Fonda, bajo la dirección de su esposo Roger Vadim]. He comenzado, también, otra colaboración con Roman Polanski… pero el cine es así, no hay que creerle mucho. Y en historieta estoy trabajando en un proyecto sobre la vida de aquel genio increíblemente rebelde: Caravaggio. Después, mientras haya salud, habrá otros proyectos, otras historias, otras aventuras. El mundo está lleno de historias maravillosas que sólo viven en espera de ser narradas.
*Fotografía: “Mujer moderna”, de Milo Manara, 1997.
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