Leonardo Sciascia, el teórico del crimen
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El centenario del escritor siciliano (1921-1989) coincide con la nueva traducción al italiano de Memoria de Sciascia, de Federico Campbell, alumno y amigo del novelista que revolucionó la literatura policiaca en el siglo XX. Elena Trapanese, traductora de esta obra publicada en Italia por Krill Books, reconoce el papel del escritor tijuanense en el acercamiento de nuevos lectores a la obra de Leonardo Sciascia
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POR JOSÉ JUAN DE ÁVILA
Periodista; Twitter: @deavila2010
Doctora en filosofía y catedrática universitaria, Elena Trapanese sostiene que Federico Campbell hizo que los italianos conocieran mejor a Leonardo Sciascia, a quien sacó de Sicilia, llevó a
México y lo regresó para presentarlo como un autor realmente universal con sus ensayos La memoria de Sciascia, de los que destaca su vigencia y actualidad a pesar de que los publicó en el FCE justo el año fatal de 1989.
La profesora de Pensamiento Filosófico Español de la Universidad Autónoma de Madrid está por publicar una nueva edición de su traducción del libro de ensayos que acercó en vida a Sciascia y a Campbell, y también en la muerte: éste entregó hace 32 años su obra al siciliano en su lecho mortuorio y la versión en italiano salió a la luz en 2014, días después del deceso de su autor, víctima de una pandemia, como la que ahora sufre la humanidad y como la de hace un siglo cuando nació el siciliano.
El 2021 es año de conmemoraciones decimales para ambos. Sciascia (Racalmuto, 1921-Palermo, 1989) tuvo el pasado 8 de enero su centenario y Campbell (Tijuana, 1941-Ciudad de México, 2014), el próximo primero de julio, habría cumplido 80 años, de hecho, el 15 de febrero fueron 7 años desde su partida.
Trapanese recuerda, en conversación desde Madrid, que La memoria di Sciascia (Ipermedium Libri, 2014) fue el segundo libro de Campbell traducido al italiano después de Padre e memoria, que apareció en esa editorial en 2011 en versión de Antonio Cavicchia Scalamonti e introducción de Gianfranco Pecchinenda, por quien ella se acercó a la obra del mexicano y tradujo el segundo libro, que se reedita.
Traductora también de María Zambrano, Trapanese retoma aquella versión, la “perfecciona”, mejora las notas de pie de página sobre el contexto mexicano, escribe una introducción, mantiene la larga entrevista que sostuvo con Campbell en Italia en 2013 (un extracto de la cual apareció en Confabulario el 19 de febrero de 2014 (https://bit.ly/2NAG4Gq), cuatro días después de la muerte del escritor a causa de la influenza AH1N1) y añade un texto de Carmen Gaitán, viuda del autor de Pretexta y Transpeninsular.
Sin embargo, la nueva edición de La memoria di Sciascia ahora aparece en Krill Books, de Mino Degli Atti, que está interesada en publicar igual Padre e memoria, además de la obra narrativa de Campbell. Incluso Trapanese, que ha traducido cartas de la filósofa española con otros escritores de América y España, coincide en la necesidad de editar el intercambio epistolar entre el tijuanense y el siciliano.
“Krill Books es una editorial bastante nueva, que publica ensayo y cuyo objetivo principal son las obras en las que encontramos un diálogo entre disciplinas diferentes. Y es muy interesante porque está enfocada al mundo contemporáneo; entonces, reeditar La memoria di Sciascia significa que es un libro contemporáneo; aunque es de 1989 (FCE) sigue hablando del presente, y eso hacen las grandes obras de la literatura, del periodismo, como estos grandes ensayos de Campbell”, expone Elena Trapanese.
La nueva edición de La memoria di Sciascia estará en las librerías de Italia en un par de meses, prevé.
¿Cómo se rencontró con la obra después de siete años de su primera traducción?
Es justo recordar a Sciascia y a Campbell porque ambos tienen muchas cosas en común, son precursores. Campbell decía que fue uno de los primeros en utilizar el término de crimen de Estado en México, donde sigue siendo complejo hablar de estos temas. También Sciascia revolucionó la manera de hacer literatura. Comparten muchísimos temas e inquietudes. Y realmente es un libro bellísimo porque mantiene un diálogo entre ellos. Siempre me ha llamado la atención que Campbell repetía que desde los primeros libros de Sciascia tuvo la sensación de estar leyendo a un escritor mexicano que estaba escribiendo sobre México sin haber estado jamás en ese país. Con esa intuición brillante, Campbell va descubriendo e indagando elementos que México y la Sicilia de Sciascia tienen en común. Y el punto de partida de este diálogo reside en el pasado, en la conquista y dominación española.
¿Qué impacto tuvo La memoria di Sciascia en Italia?
El libro tuvo mucho éxito, fue uno de los títulos más importantes para Ipermedium libri desde el punto de vista del éxito e interés que causó en muchos medios, se publicaron muchísimas reseñas en diarios importantes y se vendió muchísimo. La lectura de Campbell resulta especialmente interesante para un público italiano porque era inédita, hace que Sciascia pueda salir aún más de Sicilia y nos lo presenta como un autor realmente universal, con visiones del mundo, del ser humano, de las dinámicas sociales, de la identidad, universales. Es como si el libro de Campbell hubiera revelado algunas facetas que los italianos no habíamos visto o profundizado, por eso es un gran texto que merece la pena reeditarse.
Trapanese cuenta con emoción que después de la primera traducción de La memoria de Sciascia empezó a apasionarse por toda la obra de Campbell e incluso Padre e memoria se convirtió en referente para ella, con el que logró profundizar más en el universo narrativo del escritor y periodista, gracias también al contacto que desde hace años mantiene con su viuda Carmen Gaitán y “sus discípulos”.
“Hay algunos temas que he vuelto a descubrir y que han marcado en mi relectura y nueva traducción. Es interesante la conexión entre la mafia y el poder que Campbell y Sciascia nos hacen; tenemos una imagen de la mafia siciliana, pero lo que debemos indagar y denunciar es la mentalidad mafiosa, que comparten muchas sociedades y afectan nuestra vida política, la gestión
del poder, cómo administramos la justicia. Eso es una denuncia muy actual, y es una de las razones por las que merece leer hoy el libro.
“También he vuelto a descubrir el tema de la memoria, que ha sido una obsesión tanto para Sciascia como para Campbell, quien parece que nos está diciendo que recordar es fundamental para construir otro futuro. Usando algunas de las claves de lectura que ofrece Sciascia, lo que hace Campbell es recordar algunos episodios que habían sido sepultados, porque es importante recordar. Ambos denuncian el olvido que a veces hace el poder para silenciar lo que no quiere que sepamos, como reivindicar desde el punto de vista civil la importancia de recordar, la escritura en este sentido es la gran herramienta que Campbell tuvo para que no se olvidaran cosas, y construir otro futuro”, añade.
Quizás por ello Eduardo Flores Campbell nos recuerda en la semblanza de su tío publicada en Confabulario (https://bit.ly/3qxb48L), que “Ne Obliviscaris (No Olvidar) reza el escudo de armas del clan Campbell”.
La filósofa considera también muy importante para ella como italiana los capítulos en los que Campbell investiga la relación entre verdad y ficción a través de los grandes escritores de su país, como el Nobel 1934 y paisano de Sciascia, Luigi Pirandello, para mostrar que es posible, a través de la ficción, dar voz a una realidad que de otra manera quedaría silenciada. “En su análisis de Pirandello, Campbell nos dice en definitiva que hay que ir a las contradicciones de la realidad , que no hay que tener miedo a dar voz a esas contradicciones y que tenemos que esforzarnos para que salgan a la luz”.
¿Qué dificultades encontró en Campbell para traducirlo si es tan afín a Sciascia?
Muchos han dicho que una traducción es una gran utopía, que es imposible traducir literalmente todo porque hay universos simbólicos que están detrás de las palabras, que no son herramientas para expresar el pensamiento, sino que articulan el pensamiento. Ha sido complicado por las notas de pie de página sobre el contexto mexicano para un público italiano; por ejemplo, cuando habla de la justicia en México. Pero Campbell escribe muy bien. Y él y Sciascia creen en la fuerza de la palabra, han sido escritores muy atentos, muy cuidadosos desde el punto de vista lingüístico, y eso para un traductor hace el trabajo más fácil, porque el lenguaje es extremadamente preciso, aunque también tienes la responsabilidad de traducir esa precisión y no es fácil.
¿De qué manera cree que los italianos recibieron esas referencias sobre México a través del La memoria di Sciascia?
Lo que acordamos con Federico fue ir introduciendo notas muy breves, para explicar detalles, Federico contextualiza bastante, eso seguro viene de su trabajo como periodista, no lanza al lector información sin haberla explicado de alguna manera; siempre nos ofrece claves para leer. No quise cambiar la estructura de su libro. Es interesantísimo para los italianos porque es una ventana abierta sobre México lo que nos ofrece Campbell, revela cosas interesantísimas. Sería bueno ahora hacer el trabajo opuesto, es decir, leer alguna dinámica sobre la cultura italiana a través de lo que cuenta él.
De hecho yo aprendí tanto de México como de Sciascia y Sicilia al leer a Campbell.
Yo misma tengo que confesar: traduje el libro sin haber estado nunca en México; luego pasé una temporada larga allá, yendo a la universidad, y me di cuenta que el libro de Campbell me había preanunciado mucho sobre México. Y al reeler la obra de Sciascia me ha pasado lo mismo, he vuelto a descubrir Italia a través de Sciascia, a pesar de que murió hace décadas. Siempre podemos releer y tener nuevas claves de lecturas, esa es la gran fuerza de las obras de ambos, siempre ofrecen nuevas claves de lectura y siempre hablan del presente, nos ofrecen una perspectiva aunque no estén hablando del presente, como diría Sciascia: se escribe a futura memoria. Siguen siendo guías para el futuro.
¿Cuál sería su retrato de Federico Campbell?
El encuentro con Campbell fue muy grato, siempre fue extremadamente amable. Cuando nos conocimos yo estaba concluyendo mi tesis de doctorado sobre María Zambrano; él lo sabía y me envió un libro que encontró de ella. Mi primera impresión al conocerle era la de un hombre tímido, pero que tenía una mirada libremente viva, hablaba con sus ojos; al verme –en aquel entonces era yo muy joven– se sorprendió y me dijo que esperaba encontrar a una mujer de otra edad. Y empezó a hacerme un verdadero examen, me preguntaba qué había leído de Sciascia, quería estar seguro de que yo fuera la persona justa, que pudiera de veras traducir su obra. Pero a partir de ese primer examen la relación fue maravillosa, la sensación que tuve fue de conocer a un hombre muy generoso, desde el punto de vista intelectual y personal. No es baladí que muchos se consideren sus discípulos, no es fácil hoy en día ser maestro, y él consiguió ser maestro de una generación de periodistas y escritores en México, y quizás también lo será en España e Italia, porque bien podría llegar su herencia hasta Europa.
FOTO: La obra de Leonardo Sciascia asoció la vida criminal con la historia política de Italia./ Tomada de Fondazione Leonardo Sciascia
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