Lo mejor de la XIV Semana de Cine Alemán

Ago 22 • Miradas, Pantallas • 3769 Views • No hay comentarios en Lo mejor de la XIV Semana de Cine Alemán

POR JORGE AYALA BLANCO

 

I. EL GRUMO NOCTURNO. En Victoria (2015), asombroso y apabullante filme 4 del hannoveriano de 47 años Sebastian Schipper (Gigantes absolutos 99, En medio del final de agosto 09), sobre un guión suyo y de las libretistas Olivia Neergard-Holm y Elke Schulz, Oso de Plata en Berlín 15, duplica mediante una cámara febrilmente dinámica pero endiabladamente exacta y durante 140 intensos minutos sin vacíos posibles (fotografía de Surla Branth Grovlen), la inmersión de la prendidaza chava española de bicicleta a la salida de la disco tecno (Laia Costa hipercarismática definitiva aunque de cándida apariencia inofensiva) en los bajos fondos berlineses, menos fotogénicos y cruciales que esquizofrénicamente desbordantes de amenazas sórdidas, al lado de un grupo casual de toscos chavos ebrios que la arrastrarán primero en su ingenua parranda y en sus arremetidas por fractura al interior de los más diversos escenarios abiertos o cerrados, luego en su mutación a delincuentes medianamente ineptos, después en su descomposición y al final en una tragedia que impregna las atmósferas, tornándolas sanguinariamente mortíferas, dentro de un descomunal, acosador, turbulento y energuménico grumo nocturno que, en lo fílmico, recurre con gracia impredecible al sostenimiento de un plano único en tiempo real, no como una suprema coquetería de estilo (a la manera de la soberbia Arca rusa de Sokurov 02 o nuestros locales Tiempo real de Prada 02 y Preludio de Lucatero 12), ni una grotesca gratuidad virtuosística (tipo el inefable Birdman), sino como una necesidad inherente al marasmo, a la turbiedad y al carácter eminentemente nómada y concentradamente sinuoso de la ramificada aventura existencial que vive la heroína en el transcurso de una sola noche arborescente, en la que sucederá de todo: efervescencia dionisiaca y seducción excitante, romance y crimen, exultaciones y desplomes, conocimiento del otro y sondeo en el abismo propio, acoso maldito y traición involuntariamente voluntaria, cual imprevisibles construcciones del azar objetivo in vitro y del capricho neodecadente, sobre un fondo de infamia y cinismo malvadamente insidioso, inevitable, cosmopolita, ubicuo, rebasando las fronteras de género y del gender, como era de exigirse y esperarse, hasta alborear otro consabido Distinto Amanecer inmoralmente correcto.

 

II. LA CENIZA IRRECONOCIBLE. En Phoenix (2014), retorcido filme 7 del nordrenano de 54 años Christian Petzold para formar una tetralogía de alevosos retratos femeninos con la inmensa Nina Hoss que ya incluye Yella/Jericó/Bárbara (07/08/12), sobre el último guión en que logró colaborar el teórico Haroum Farocki adaptando la novela El regreso de las cenizas de Hubert Monteihet, la diva judía cantante de cabaret recién egresada de un campo de concentración hitleriano Nelly Lenz (Hoss por supuesto) somete su desfigurado rostro a una operación de cirugía plástica para dejarlo tan poco parecido al original que su exmarido pianista ahora tocando del antro posexpresionista Fénix y sospechoso de haberla delatado a los nazis Johnny (Ronald Zehrfeld) no sólo es incapaz de reconocerla, sino que, creyéndola otra persona apenas semejante, la disfraza y entrena para que, aprovechando su lejano parecido con la considerada difunta en el Holocausto y contando con la complicidad de esa infeliz en apariencia ajena (que sólo desea averiguar si fue o no traicionada por su propio esposo para ocasionalmente vengarse de él), finja ser ella misma, de regreso triunfal y dispuesta a cobrar una fortuna depositada en bancos suizos, pero nada saldrá como ambos lo habían previsto subrepticiamente, pues de esas cenizas irreconocibles tardará en renacer el Ave Fénix, la fábula absurda sopla en el aire sin posibilidad de moraleja, la representación de la propia identidad entraña una tragicomedia esencial, la metafísica de la reinvención de sí mismo se torna improbable y la impostura gloriosamente femenina a lo Vértigo de Hitckcock (58) debe procrear primero una remordida farsa malvada, ya que la parábola político-moral de la traición y la culpa alemanas debe superar cualesquiera facilones puntos suspensivos merced a un remate contundente, afirmando la pírrica aunque gloriosa victoria femenina sobre el destino de la indefensión íntima, con sublime vestido rojo y reapoderándose de la canción Speak Low de Weill, para que, más allá de la fatalidad violenta, resurja, ahora sí, el Ave Fénix en la venganza perfecta.

 

III. EL ARQUITECTURA SALVADORA. En Amor de concreto-Los Böhm (Die Böhms-Architektur einer Familie, Alemania-Suiza, 2015), inasible largometraje documental del prolífico exsonidista germano-suizo de 27 años Maurizius Staerkle-Drux (corto Plaza de desfile 08, largos Entre ISLAS 09 y Cuando cae el telón 11), se evoca y sondea ensayística y poéticamente en la inubicable figura del genial arquitecto de 94 años Gottfried Böhm, todavía prodigiosamente en activo y rascando superficies de planos a navaja y achurando y coloreando de rojo algún muñequito, porque el rojo parece ser el fabuloso color del Amor Absoluto junguiano de su difunta esposa arquitecta Elisabeth aún omnipresente, en la misma maravillosa casa campestre natal, de pileta chapoteante y con aguas salvadoras del incendio de la II Guerra Mundial, a las afueras de Colonia, para proponerle esos proyectos a la feroz consideración excéntrica y diversificadamente familiar de sus tres talentosos hijos arquitectos ya sexagenarios (Peter, Paul, Stephan), pues también él fue vástago de un arquitecto demasiado célebre y hoy es miembro continuador y perpetuador del boom de esa dinastía Böhm de constructores de iglesias, centros creativos infantiles, teatros y museos, a medio camino artístico entre la arquitectura expresionista y la posBauhaus, con algo de Gaudí y Escher, siempre bajo la advocación celebratoria de una extraña quietud, igual a la del filme en sí, conectando en su montaje afelpado, edificios y plenitud del entorno paisajístico.

 

 

FOTO: Las cintas selecionadas en esta XIV Semana de Cine Alemán serán exhibidas en distintas salas de la Ciudad de México hasta el 3 de septiembre. En la imagen, una escena de la película Phoenix, de Christian Petzold. Consulta aquí la cartelera: http://bit.ly/1NFo16L /Especial.

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