Monólogo de Molly Bloom: fragmento del Ulises traducido por Luz Aurora Pimentel

Feb 19 • destacamos, Ficciones, principales • 3868 Views • No hay comentarios en Monólogo de Molly Bloom: fragmento del Ulises traducido por Luz Aurora Pimentel

 

A continuación presentamos fragmentos de la traducción que la profesora emérita Luz Aurora Pimentel ha realizado del monólogo de Molly Bloom, personaje del Ulises. Agradecemos a la profesor Pimentel por permitirnos la reproducción de esta traducción, realizada para la revista del Colegio de México Otros diálogos, editada por Juan Carlos Calvillo

 

POR LUZ AURORA PIMENTEL  
Sí /porque nunca antes se le había ocurrido pedir el desayuno en la cama/ además con dos huevos/ desde el hotel City Arms cuando le dio por hacerse el enfermo con una vocecita lánguida /dándose ínfulas para hacerse el interesante con esa pinche vieja bruja de la Riordan que él pensó que ya se la tenía ganada y no nos dejó ni quinto/ todo para sus misas para ella para su alma /la avara más grande que nunca existió hasta grima le daba poner 4 peniques para su alcohol alcanforado /contándome todos sus achaques /con su maldita verborrea sobre la política y los terremotos y el fin del mundo/ sólo pedimos un poquito de alegría primero/ que Dios nos agarre confesadas si todas las mujeres fueran como ella despotricando contra los trajes de baño y los escotes/ que claro nadie querría que ella los usara/ supongo que era tan piadosa porque ningún hombre se hubiera volteado a verla ni dos veces/ espero nunca ser como ella /de milagro no nos obligaba a cubrirnos la cara /aunque sin duda era una mujer muy educada/ y su incesante parloteo sobre el señor Riordan por aquí el señor Riordan por allá/ bueno supongo que a él le dio gusto librarse de ella /y su perro olisqueando mis pieles y siempre queriendo meterse bajo mis faldas especialmente entonces/ y bueno me gusta eso de él que sea educado con las mujeres mayores y con los meseros y también con los mendigos /no es orgulloso para nada/ aunque no siempre // si de veras algo serio le estuviera pasando /es mejor para ellos irse al hospital donde todo está limpio/ pero me imagino que tendría que machacárselo durante un mes/ sí y para acabarla de amolar tendríamos una enfermera en el hospital que lo tuviera allí hasta que lo echaran o una monja como la foto obscena /que tiene de monja lo que yo/ sí porque son tan débiles y llorones cuando se enferman que quieren una mujer para sentirse bien /si le sale sangre por la nariz Uy qué tragedia…

 

después de la última vez tomamos oporto y la carne enlatada/ sabía rico salado/ sí porque me sentía divina y cansada /y me dormí como un tronco en el momento en que me metí en la cama hasta que me despertó ese trueno/ como si se estuviera acabando el mundo / Dios se apiade de nosotros /creí que el cielo se estaba cayendo para castigarnos cuando me santigüé y dije un Ave Maria //como esos truenos horribles en Gibraltar /y luego vienen y te salen con que no hay Dios /y qué se puede hacer más que córrele para acá y córrele para allá / no hay nada que hacer /un acto de contrición //la vela que prendí para el mes de mayo esa tarde en la capilla de la calle Whitefriars /ves que me trajo suerte /aunque él se burlaría si se enterara porque nunca va a la iglesia ni a misa ni a la congregación/ dice /tu alma/ no tienes alma adentro solo materia gris /porque no sabe lo que es tener alma //sí cuando prendí la lámpara /porque se debe haber venido unas 3 o 4 veces con esa tremenda y salvaje cosota roja que tiene / pensé que la vena o como diablos se llame le iba a estallar/ aunque no tiene la nariz tan grande /después de que me desvestí con las persianas cerradas/ con las horas que me pasé vistiéndome y perfumándolo y peinándolo/ como un fierro o una especie de palanca gorda parada todo el tiempo/ debe haber comido ostras /unas cuantas docenas me imagino/ su voz estaba muy bien para cantar /no nunca en toda mi vida había sentido a alguien con eso de ese tamaño para hacerte sentir llena/ se debe haber comido un borrego entero después /qué ideas hacernos así con un gran agujero a la mitad /o como un Semental metiéndolo a fondo porque es todo lo que quieren de ti con esa mirada insistente y brutal /tuve que entrecerrar los ojos/ aunque igual ni tiene tanta leche /cuando lo obligué a salirse y a venirse encima de mí considerando lo grande que lo tiene/ más vale así en caso de que no se haya lavado bien la ultima vez que lo dejé venirse adentro /bonita invención que hicieron para las mujeres /para él es todo el placer/ pero si alguien les diera una probadita sabrían lo que pasé con Milly /nadie creería cómo le ayudé a que le salieran los dientes…

 

por qué no se puede besar a un hombre sin casarse con él primero /a veces amas como loca cuando sientes que todo te corre tan bonito por el cuerpo que no lo puedes evitar /quisiera que algún hombre cualquiera me tomara /cuando esté ahí/ y me besara entre sus brazos /no hay nada como un beso largo y caliente que te baje por el alma que casi te paralice// luego odio aquella confesión cuando iba con el Padre Corrigan /me tocó padre /y qué hay de malo que me tocara /dónde /y le dije que a la orilla del canal como idiota/ pero en qué parte del cuerpo te tocó hija mía/ en la pierna /atrás arriba /sí fue bastante arriba /donde te sientas /sí /Dios mío no podía decir nalgas para empezar y acabáramos/ qué más da /y tú quién sabe cómo lo dijo /no me acuerdo /no padre y siempre pienso en el verdadero padre /qué tanto quería saber cuando que ya se lo había confesado a Dios/ tenía una mano regordeta agradable con la palma siempre húmeda no me importaría sentirla ni a él tampoco por el cuello de toro en su alzacuello me pregunto si me reconoció en el confesionario/ yo podía ver su cara él no /claro que nunca volteaba ni dejaba que se le notara /con todo tenía los ojos rojos cuando murió su padre/ están perdidos por una mujer /claro que debe ser terrible cuando un hombre llora/ ellos con más razón / me gustaría que me abrazara uno con sus vestiduras y con el olor a incienso que despiden como el papa/ además no hay peligro con un sacerdote si estás casada/ se cuidan mucho y luego le dan algo a S. S. el papa como penitencia// me pregunto si quedó satisfecho conmigo /algo que no me gustó fue que me diera una nalgada cuando se fue tan campante por el recibidor/ aunque me riera no soy un caballo ni un burro/ o sí…

 

espero que venga el lunes como dijo a la misma hora/ las cuatro /detesto a la gente que llega a todas horas /abres la puerta / crees que son las verduras y resulta que es alguien /y estás toda desvestida /o con el viento se abre la puerta de la cocina tirada y cochina //el día que el viejo caradehielo del Goodwin me vino a visitar para invitarme al concierto en la calle de Lombard /y yo acabando de comer/ toda sofocada y agitada por estar haciendo el maldito cocido/ ni me mire profesor /tuve que decirle/ estoy hecha un asco /sí pero él un verdadero caballero a su modo/ imposible ser más respetuoso/ no hay nadie que diga que no estás /hay que mirar por la rendija de la persiana…

 

no sería agradable que él viniera /qué tal que nuestros cuartos en el hotel fueran contiguos y que estuviéramos haciendo cositas en la cama nueva /no podría yo decirle que parara y me dejara en paz/ con él en el cuarto de al lado /o a lo mejor un pastor protestante con tos golpeando la pared /entonces sí que nunca creería al día siguiente que no habíamos hecho nada /está bien a un marido pero a un amante no se le puede engañar/ después de que le dije que nunca hacíamos nada /claro que no me creyó /es mejor que vaya donde va además //siempre pasa algo con él /aquella vez que íbamos al concierto Mallow en Maryborough /que ordena una sopa hirviendo para los dos /luego que suena la campana /y ahí se va por la plataforma con la sopa regándose por todos lados tomándosela a cucharadas /qué poca vergüenza/ y el mesero corriendo tras él /haciendo un papelón/ gritos y confusión para que arrancara el tren /pero él no quería pagar hasta que se acabara la sopa /los dos caballeros en el vagón de 3ª clase dijeron que tenía razón /y vaya si la tenía /es tan tozudo a veces cuando se le mete algo entre ceja y ceja/ y qué alivio que logró abrir la puerta del vagón con su navaja /si no nos hubieran llevado hasta Cork /capaz que lo hicieron para vengarse de él…

 

FOTO: James Joyce, autor del Ulises/ Crédito de foto: Especial

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