Nuevos días para la venganza
POR MAURICIO MATAMOROS DURÁN
Con casi 110 años de historia, el cine parece estar renaciendo y readaptándose durante la transición de un nuevo siglo. En sentido estricto, lo que hoy llamamos cine podría ya no serlo, al dejar de ser un medio análogo para convertirse en uno totalmente digital; al pasar de todo un proceso casi alquímico a uno simplemente electrónico. En esa misma transición y re-entendimiento del llamado séptimo arte, tanto el artesano como el mercachifle que se dedican a hacer cine se apoyan fuertemente en otras fuentes narrativas para consolidar su discurso.
Y así, a pesar de que aún hay mucho cascarrabias que desea lapidar a todo director, productor o guionista que desea llevar a cabo una adaptación fílmica de alguna obra escrita, constantemente nos encontramos con buenas adaptaciones de novelas, series televisivas, películas (remakes) e, inclusive, hasta de la satanizada historieta. Y esto no se trata de ningún síntoma de la muerte del arte fílmico (si es que deseamos continuar definiéndolo de esa manera), pues es algo que ha estado sucediendo desde que el medio se transformó en industria. Es, así, un simple movimiento circular.
Todo esto se menciona porque este fin de semana se estrena en las pantallas nacionales el más reciente filme de Spike Lee: Oldboy (2013), el cual, a pesar de pasar de madrugada en Estados Unidos, es un filme que se sostiene mucho más allá de la media de thrillers que vemos desfilar cada fin de semana en las carteleras comerciales.
El pecado de este filme parece hallarse en condición de remake del filme coreano homónimo dirigido en 2003 por Chan-wook Park —a su vez una adaptación de un manga japonés original de Garon Tsuchiya y Nobiaki Minegeshi—, que obtuvo la Palma de Oro en el Festival de Cannes y que, finalmente, ya ha llegado al estatus de filme de culto.
Está claro que el filme de Chan-wook es una obra redonda, que en buena parte redefinió el thriller y el cine contemporáneo con base en la profundidad que ha mostrado a través del cruento film noir oriental contemporáneo en las últimas dos décadas. Este filme (que forma parte de la llamada trilogía de la venganza del realizador, complementada por las igualmente extraordinarias Sympathy for Mr. Vengeance [2002] y Lady Vengeance [2005]) explota todos los elementos sensacionalistas y exitosos del género, y otros más, en Oriente: el encierro, la violencia, el tabú, recovecos narrativos y portento formal y técnico. Pero a esto se suma una apreciación sobre la condición humana en la transición de siglos a partir de temas fácilmente reprobables como lo es el incesto que, en manos de Chan-wook y su equipo, se convierten de manera sencilla en fuertes discusiones sobre el amor y el tiempo.
Entre el Oldboy (Cinco días para vengarse, su título de exhibición en México) de Chan-wook y el Oldboy (Días de venganza, su título de exhibición en México) de Lee hay diez años de distancia. Pero, sobre todo, lo que marca la diferencia son los mundos de Oriente y Occidente; a pesar de que, como bien ha apuntado Lee, una historia como la de Oldboy es tan buena, tan bien construida, que puede adaptarse a cualquier tiempo o punto geográfico.
Josh Brolin interpreta a Joe, un ejecutivo de publicidad patán y alcohólico. Tras una borrachera para expiar una monumental metida de pata con un cliente importante, sin percatarse del momento y la manera, es secuestrado y llevado a una habitación donde estará recluido los siguientes 20 años. En ese tiempo, además de intentar suicidarse y sufrir la tortura mental y el encierro, se entera a través de la televisión de que su esposa fue asesinada, que el principal sospechoso es él mismo y que se cree que huyó tras el crimen, además de que su ahora huérfana hija fue adoptada. Así, en el tiempo de encierro busca afanosamente una manera de escapar para buscar la venganza y el perdón de su hija; pero cuando parece que encontró la manera de liberarse, su secuestrador decide liberarlo y ofrecerle una recompensa si descubre de quién se trata y por qué lo ha mantenido cautivo durante todo ese tiempo.
Aunque Lee buscó tomar de referencia tanto o más del manga original que de la versión fílmica de Chan-wook, la obra maestra del cineasta coreano pesa sobremanera sobre cualquier cosa que se compare con ella. No obstante, a pesar de todos los detrimentos que podrían preceder esta obra, Lee concretó un filme valioso, repleto de Zeigeist y energía cinética. A diferencia de su antecedente coreano (en el que la redención y el amor, de alguna manera, existen hasta para los pecadores), en la visión estadounidense de Lee parece que la vergüenza de una nación descansa sobre los hombros de un hombre cuya única manera de expiación es en la reclusión autoimpuesta. Son dos maneras de ver el castigo y el pecado por dos naciones, dos culturas distintas en un mismo planeta.
Dirección: Spike Lee
Guion: Mark Protosevich, basado en Oldboy de Chan-wook Park
Elenco: Josh Brolin, Elizabeth Olsen, Sharlto Copley
Música: Roque Baños
Fotografía: Sean Bobbitt
Edición: Barry Alexander Brown
Producción: 40 Acres and a Mule, Filmworks, Good Universe, Vertigo Entertainment
* Fotografía: Josh Brolin en Días de venganza, dirigida por Spike Lee / ESPECIAL.
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