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POR PABLO SOLER FROST
////////////////////////¡Nadie puede salir! ¡Nadie puede salir!
////////iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiVirgilio Piñera, La isla en peso
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///Ésta es mi genealogía cubana. Ésta. No otra. No los que dividieron
el mundo entre los que se fueron y los que se quedaron. No. Ésos no.
///Sino aquello que dijo Martí:
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Mi honda es la de David; la de David es mi onda.
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///Augusto de Armas y el ángel de Hernández Catá: Sodoma. La acera del Louvre. García Lorca, al que espantaron los ireme y que cantó al piano (hace brisa) en una Habana imponente.
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///Gastón Baquero que dice en “Palabras escritas en la arena por un inocente”: …Y César está en los brazos de Alejandro.
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Y Alejandro está en los brazos de Aristóteles.
Y Aristóteles está en los brazos de Filipo.
Y Filipo está en los brazos de Darío.
Y Darío está en los brazos del Helesponto.
Y el Helesponto está en los brazos del Nilo…
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///El río Jordán. El santuario de Regla. El monte de Lydia Cabrera; el devocionario de Getrudis Gómez de Avellaneda. Lezama, la gran ballena que regurgitó a José Cemí. El prodigioso Rodríguez Feo, que era muy guapo, Antón, también, muy guapo. Amigos, él y Virgilio.
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///Cabrera Infante dice que al segundo un marinero le pegó, por feo. Severo, que deseó ser hermoso aunque fuera en otra vida encandilada en la red de Indra (tal vez Maitreya le concedió ese deseo). Reinaldo, que usaba la palabra “maricón”. Senel quien, habiendo de chocolate, pidió de fresa. Y ese joven que no sé que escribe; y esa joven que escribe que no. Que ya basta. Que ya fue suficiente. Esta es mi genealogía cubana.
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FOTO: Panorámica de La Habana / AP
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