Pintura derivada
POR ANTONIO ESPINOZA
Conocida es la reacción violenta que provocó en Charles Baudelaire la pretensión de los fotógrafos de su tiempo de adquirir el estatus de artistas. Con motivo del Salón de 1859, donde se concedió una sala a los fotógrafos, el poeta francés los cuestionó severamente y los acusó de conspirar en contra de la pintura. Baudelaire fue más allá: “estoy convencido de que los progresos mal aplicados de la fotografía han contribuido mucho, como por cierto todo progreso puramente material, al empobrecimiento del genio artístico francés […] al irrumpir en el arte, la industria deviene su enemigo más mortífero”. Y aunque el también crítico y teórico reconocía la importancia de la fotografía recién inventada, pedía que ésta: “vuelva a su verdadero deber, de sirvienta de las ciencias y de las artes, pero una muy humilde sirvienta”.
A siglo y medio de distancia, podemos ver cuán inútil resultó la diatriba baudelaireana. Sucede que en el siglo XX la “industria” irrumpió con tal fuerza en el arte…que lo transformó radicalmente. Don Charles se volvería a morir si viviera entre nosotros y tuviera que lidiar con un término que está de moda: pintura expandida.
Rosalind dixit
En uno de sus libros más celebrados: La originalidad de la vanguardia y otros mitos modernistas, Rosalind Krauss incluye un ensayo fundamental para entender el arte contemporáneo. Me refiero a “La escultura en el campo expandido”, en el que la crítica y teórica norteamericana reflexiona sobre los cambios que el género de la escultura venía sufriendo de tiempo atrás. La autora nos habla de la desterritorialización de la escultura, sus nuevos espacios de experimentación y sus nuevas categorías. Krauss define a la escultura como un modelo matemático: la intersección de la “no-arquitectura” y el “no-paisaje”, a partir de la cual se introduce en el campo expandido encontrando múltiples posibilidades de expresión.
Los postulados conceptuales de Rosalind Krauss llegaron para quedarse. La práctica artística contemporánea no podría entenderse del todo sin sus reflexiones. Lo expandido se ha extrapolado a otros lenguajes artísticos. Hoy hablamos de pintura expandida: un tipo de pintura que cuestiona su propia historicidad, que reniega de sí misma y desborda sus límites. Quizá surgida como una reacción ante la tan llevada y traída “muerte de la pintura”, la pintura expandida se nos presenta como una suma de expresiones vitales dentro de la aldea global del arte. Un nuevo tipo de pintura, ya no encerrada en sí misma, sino abierta, que se adentra en el territorio de lo híbrido, que se mueve con entera libertad en el campo expandido.
Una interesante exposición de pintura expandida se presenta actualmente en la Celda Contemporánea, espacio de exhibición de la Universidad del Claustro de Sor Juana (Izazaga 92, Centro Histórico). Bajo la curaduría del crítico de arte e historiador Luis Rius Caso, la exposición: Derivaciones pictóricas incluye obra de Berta Kolteniuk, Saúl Villa y Anibal Catalán. Muestra enmarcada en la propuesta del Formato 3, que desde el año pasado sustenta el proyecto curatorial de la Celda, encabezado por Kolteniuk, Derivaciones pictóricas nos ofrece tres visiones, tres reflexiones a partir del concepto expandido de la pintura.
Tres en expansión
Los tres artistas visuales que participan en Derivaciones pictóricas son diferentes entre sí. Críticos y reflexivos, se adentran en el campo expandido con distintas herramientas y estrategias. Berta Kolteniuk (Ciudad de México, 1958) lo hace con sentido lúdico y antisolemne; Saúl Villa (Ciudad de México, 1958) lo hace a partir del gesto iconoclasta; Anibal Catalán (Iguala, Gro., 1973) lo hace reciclando las vanguardias rusas. Kolteniuk presenta en dos mesas pequeños rectángulos de tres tamaños diferentes. En una mesa las piezas arman una muralla; en la otra las piezas pueden ser manipuladas libremente por el público. Se establece así un juego dialéctico entre lo abierto y lo cerrado, lo que se puede tocar y lo que no se puede tocar.
Saúl Villa presenta una obra en tres tiempos. Realizó una acción que consistió en pintar el suelo de su espacio de exhibición, lo que dio como resultado una instalación in situ y el video que registró el evento. Frente a esta acción “antipictórica”, Aníbal Catalán presenta tres grandes artefactos constructivistas que bien pueden integrar una exposición de escultura contemporánea. He ahí lo fascinante del momento artístico que estamos viviendo: las fronteras entre las disciplinas artísticas se diluyeron. Yo lo celebro.
FOTOGRAFÍA: “Muralla” y “Struggle for pleasure”, obras de Berta Kolteniuk, de la exposición “Derivaciones pictóricas”/Cortesía Antonio Espinoza.
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