Plantu, el hombre que dibuja por la paz
POR ABIDA VENTURA
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El caricaturista francés Plantu (Jean Plantureux -Francia, 1951), colaborador del diario Le Monde desde 1972, está convencido de que el dibujo es un lenguaje universal y que es una herramienta para tender puentes entre las personas, las religiones y las diversas regiones del mundo. Ese ha sido el objetivo que ha seguido desde que en 2008 impulsó la asociación “Cartooning for Peace” (“Dibujos por la Paz”), una red de dibujantes de más de 45 nacionalidades que luchan mediante el humor por el respeto a la diversidad cultural y que en próximos días realizará en París, una serie de entrevistas con políticos franceses, como el presidente Francoise Hollande, el ex mandatario Nicolas Sarkozy, y representantes del partido de extrema derecha, como Marine Le Pen.
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La idea de estos diálogos, que después serán transmitidas por televisión, es hacer preguntas sobre la situación después de los atentados contra Charlie Hebdo, explica: “cómo podemos ahora utilizar un lenguaje que pueda impedir este tipo de cosas, cómo podemos dialogar con las escuelas para decirles que los dibujos están allí para sacudir la palmera, pero que también pueden servir para crear puentes entre las diversas opiniones y religiones”.
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¿Cuál es el objetivo de estas entrevistas?
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Es un proyecto pedagógico para tratar de implementar una forma de unión nacional porque después de las tragedias tenemos que inventar algo para mejorar, para sensibilizar a la sociedad sobre el respeto de la opinión de los otros. Por ejemplo, yo no estoy de acuerdo con la extrema derecha, con Marine Le Pen, pero eso no quiere decir que voy a humillar a sus electores. Tampoco estoy de acuerdo con la extrema izquierda, pero dejo que digan lo que tengan qué decir.
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El 21 de septiembre, en París, también organizaremos un gran encuentro donde se reunirán 15 dibujantes e intelectuales de diferentes países del mundo para hablar sobre la las caricaturas de prensa y la libertad de expresión; participarán también personajes religiosos, rabinos, obispos. Creo que podemos ganar la batalla contra la intolerancia trabajando en las escuelas y en las universidad, tenemos que apostar por las universidades del diálogo.
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¿Cuál es el estado actual de la libertad de expresión en Francia?
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Personalmente, como dibujante, no tengo ningún problema ni lo he tenido. Si quiero dibujar a los yihadistas, sobre los ataques contra Gaza, sobre la pedofilia y la Iglesia, hago el mismo trabajo que antes. Pero respecto a mis amigos dibujantes en Francia y en Europa, creo que se ha instalado la idea de hacer lo políticamente correcto. Hay un choque de varias cosas, hay miedos justificables que se instalan. Por ejemplo en Francia, yo tengo guardaespaldas, dos oficiales de seguridad que me acompañan, aunque no tendría por qué.
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Hay periódicos que empiezan a cuestionarte si dibujas a un rabino o a alguien del estado islámico, pero yo no tengo miedo, es mi trabajo y continúo haciendo lo mismo. Hago como si fuera más fuerte ante esta pesadilla y pienso en que los columpios más sólidos son los que están colgados en las estrellas, y yo cuelgo columpios en las estrellas, ese es mi trabajo.
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También ha sido criticado por sus dibujos que hacen referencia a grupos religiosos. ¿Hasta qué punto un caricaturista debe respetar las creencias de las personas? ¿Cuál sería el límite de la sátira?
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Cuando tocó un tema religioso, mi límite es evitar dañar a los creyentes. Por ejemplo, defiendo a los niños que fueron violados en las sacristías, y si para defender a esos niños debo reírme de los obispos, lo hago.
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Cuando sucedió el atentado contra Charlie Hebdo usted dijo que los atacantes eran cobardes que reaccionaban a la sátira empuñando sus Kalashnikovs. ¿Cree que la sociedad actual comprende la sátira?
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No. Es por eso que tenemos un gran trabajo pedagógico internacional. Con ayuda de los amigos mexicanos, nicaragüenses, de Latinoamérica, de Estados Unidos, Rusia, China o en el Mediterráneo, queremos dar a conocer el trabajo de “Cartooning for Peace” en las escuelas, a los creyentes, a los que tienen diferentes opiniones, con el fin de crear puentes para usar el dibujo para hablar y dialogar entre los diferentes grupos. Necesitamos crear una universidad del diálogo.
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¿Cómo el dibujo puede ser un instrumento de paz?
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Yo creo que (los dibujantes y artistas) somos más fuertes que todas las formas de presión e intolerancia. Por ejemplo, hace 25 años, a Yasser Arafat, quien no era capaz de reconocer al pueblo israelí, le di un crayón y dibujó la estrella de David sobre la bandera Israelí. Ese mismo dibujo lo llevé a Jerusalén y fue firmado por el mismo Shimon Peres. Creo que el arte es más fuerte que la intolerancia; el arte crea puentes.
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¿Y actualmente cuáles son los temas europeos que le preocupan?
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El aumento de la intolerancia, de la islamofobia, del antisemitismo. En Francia, en Bélgica, en Hungría, no podemos escapar del gran trabajo que tenemos que hacer en las escuelas para hacer entender que hay una crisis muy grande en Europa y que debemos aprender a conocernos mejor y a respetarnos. Hay un tsunami de la islamofobia y la intolerancia.
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En “Cartooning for Peace” tenemos dos pequeñas cubetas para enfrentar la enorme ola de este tsunami, pero no importa, tenemos dos, tres, cuatro, mil pequeñas cubetas y seguramente seguiremos más fuertes y podremos evitar que la intolerancia se instale en el mundo.
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*FOTO: El 21 de septiembre, 45 caricaturistas de todo el mundo se reunirán en París para llamar al respeto de la diversidad cultural. En la imagen, el cartonista Plantu/ Christopher Rogel /EL UNIVERSAL.
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