Por una gestión propia: “Contra el futuro”, de Marta Peirano

Oct 29 • destacamos, Lecturas, Miradas, principales • 1555 Views • No hay comentarios en Por una gestión propia: “Contra el futuro”, de Marta Peirano

 

Contra el futuro llama a una postura activa frente al cambio climático, mismo que se ha visto recrudecido por el avance tecnológico no neutral

 

POR ALEJANDRO BADILLO
El nuevo libro de Marta Peirano —periodista española cuyos trabajos exploran la relación entre nosotros y la tecnología— podría parecer, para el lector poco experimentado, uno más sobre el tema de la crisis climática. Las editoriales ya explotan este nuevo nicho de mercado y, conforme avance el tiempo, la avalancha será aún mayor: desde el catastrofismo que impide pensar en el futuro hasta soluciones fáciles que, por supuesto, venden la idea de que un milagro de la innovación tecnológica nos salvará de último minuto, como sucede en la narrativa hollywoodense. Contra el futuro. Resistencia ciudadana frente al feudalismo climático (Debate, 2022) se distingue de estos libros por la capacidad de la autora de comunicar conceptos complejos de manera clara y, además, echar mano de la literatura, psicología, política y, sobre todo, pensar fuera de los paradigmas dominantes. En tiempos en los que la imaginación está secuestrada, la liberación pasa por recuperar una narrativa que nos acerque a lo que está pasando y dejar atrás los placebos.

 

 

Muchos investigadores piensan que términos como “cambio climático” o “calentamiento global” ya son eufemismos que disfrazan la emergencia a la que nos enfrentamos. El concepto que usa Marta Peirano, “feudalismo climático”, describe mucho mejor no sólo la crisis ecológica, sino las estrategias que emplea la élite global para gestionar nuestros temores. A través de la tecnología y, sobre todo, de la acumulación de poder y dinero, estamos experimentando diferentes desigualdades que nos acercan a la sociedad jerárquica feudal en lugar del mundo próspero que nos vendió la democracia liberal. Ése es uno de los objetivos del libro: romper con la narrativa dominante que nos indica, en primer lugar, que hay una solución de mercado para los problemas que ha generado él mismo y, en segundo lugar, hacer a un lado la idea de que la tecnología es neutral o, peor aún, que es la vía para que los gobiernos y corporaciones nos salven del desastre. El discurso individualista y las grandes gestas de los héroes —pensemos en Elon Musk o Mark Zuckerberg, entre otros— capturan la atención pública y crean la fantasía de que nuestros sueños están al alcance de la mano ya sea en una hipotética colonización de la Luna o a través de un ecosistema artificial que materializa nuestros deseos como sucede con el llamado Metaverso. El asunto de fondo, como apunta la periodista, es que hemos entregado la gestión del futuro a un puñado de empresas que, a través de la tecnología, se adueñan de espacios y proyectos que deberían ser públicos por su valor estratégico. De manera antidemocrática deciden qué tenemos que soñar, cómo serán las ciudades del futuro o, como en el caso del magnate sudafricano, la forma de conducir la exploración espacial, un peligro que ya consideraba el astrónomo Carl Sagan en el siglo XX. La lucha contra la crisis climática puede seguir la misma ruta que las empresas faraónicas que admiramos a través de los medios, pero cuyos resultados son inexistentes o poco significativos.

 

Peirano, como en su anterior título El enemigo conoce el sistema. Manipulación de ideas, personas e influencias después de la economía de la atención, apuesta por un involucramiento ciudadano para combatir la crisis climática. Su perspectiva, sin embargo, no es ingenua. A menudo confundimos lo “ciudadano” con el activismo en las redes sociales o, incluso, las estrategias que ofrecen las corporaciones. La emergencia ecológica es de tal dimensión que es difícil pensar en ella o entender las múltiples conexiones que configuran nuestro pensamiento sobre la realidad y el mundo. El filósofo inglés Timothy Morton usa el término “hiperobjeto” para describir cosas tan inmensas en el tiempo y en el espacio que representan un desafío para nuestra comprensión. Al mismo tiempo —como también coincide Peirano— plantea dificultades para adjudicar responsabilidades y, sobre todo, actuar de forma colectiva y con la urgencia que demandan los peligros que enfrentamos como sociedad. Siguiendo la crítica de la autora, tendremos que desechar la idea del héroe y pensar que, además de aceptar que la tecnología no es una varita mágica, la colectividad es y será la única manera de adaptarse al futuro que viene.

 

En el libro Colapsología: El horizonte de nuestra civilización ha sido siempre el crecimiento económico. Pero hoy es el colapso, publicado por la editorial Arpa en el 2020, Pablo Servigne (ingeniero agrónomo y doctor en Biología) y Raphaël Stevens (investigador y ecoasesor) refieren que, en las reuniones con diferentes comunidades para hablarles del futuro de la sociedad industrial y su previsible final, hay reacciones que van de la resignación al enojo. La última conducta es lógica, pues muchos percibimos que estamos pagando las decisiones irracionales y egoístas que se tomaron hace mucho tiempo por un grupo reducido de personas. Sin embargo, los científicos también encontraron, en ciertos públicos, una especie de tranquilidad por saber, al fin, la verdad, aunque ésta sea difícil de digerir. Quizás éste sea el punto de inicio para derrumbar las murallas que ponemos entre nosotros y una realidad cada vez más difícil de asimilar. El libro de Marta Peirano es, sin duda, una herramienta para esto.

 

FOTO: Nuestras acciones impactan en la crisis ecológica que vivimos/ Pixabay/Pexels

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