Reincidentes, de Alonso Ruizpalacios

Jun 20 • Escenarios, Miradas • 4723 Views • No hay comentarios en Reincidentes, de Alonso Ruizpalacios

POR JUAN HERNÁNDEZ

 

David Gaitán y Alonso Ruizpalacios, creadores que apuestan a la transgresión y el cuestionamiento de los dogmas, se unen a una pléyade de actores con vocación y compromiso con el arte de la escena, para dar vida a la obra Reincidentes, estrenada esta semana en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz del Centro Cultural Universitario de la UNAM.

 

 

El texto, escrito por Gaitán y Ruizpalacios, se realizó a la par del trabajo de montaje, en el cual los actores Sophie Alexander-Katz, Esmirna Barrios, Raúl Briones Carmona, Francia Castañeda, Pablo Chemor, Diego Espinosa y Leonardo Ortizgris, tienen una participación creativa sobresaliente, toda vez que no interpretan a los personajes a la manera tradicional, sino que son ellos con su nombre, identidad y pulsiones, quienes están en escena.

 

 

Cierto es que en toda propuesta escénica los actores tienen como materia de trabajo su cuerpo y emociones, así como su experiencia de vida, pero en esta propuesta se va más lejos: se trata de llevar al actor a terreno peligroso, en el que su vulnerabilidad emocional es puesta a prueba al abrir la caja de Pandora de su inconsciente y dejar fluir miedos, fantasmas, deseos, en una atmósfera de ruptura con las normas reguladoras del “equilibrio” y la “salud mental”.

 

 

El colectivo creador pone sobre la mesa el carácter impulsivo natural del ser humano y cuestiona los prejuicios que pueden generarse en torno a una propensión “anormal” de la conducta.

 

 

Autores y actores de Reincidentes se “inspiran en relatos clínicos de Oliver Sacks” —neurólogo sobresaliente a nivel mundial por sus estudios relativos a enfermedades neurológicas como el Síndrome de Tourette—, pero la propuesta de la compañía Todas las Fiestas de Mañana no busca profundizar en las teorías del neurólogo, sino tomarlas como disparadores de un lenguaje teatral que refiere a la liberación de la energía contenida por un sistema represor y convertir esa experiencia, en donde no hay un “mediador”, en reflejo de caos en el mundo.

 

 

El montaje se inscribe en la línea del quehacer escénico que reactiva el sentido de comunidad entre los protagonistas del montaje y el público; de tal forma que borra las líneas divisorias entre el que observa y el que actúa. El director recurre a la circunferencia, como metáfora de núcleo social, pero también de aquello que no tiene principio ni fin y que puede transitarse hasta el infinito, como los tics nerviosos o las obsesiones.

 

 

Los espectadores se sientan en sillas colocadas en circunferencia y entre ellos están los actores, que no son identificados de inmediato. Excepto el “moderador” de lo que parece será terapia grupal, los demás miembros del elenco permanecen camuflados con ropa de calle entre el público.

 

 

Se anuncia la tercera llamada y los actores no aparecen por ningún lado, excepto Pablo Chemor, quien se presenta como “El Pandas”, quien va a moderar aquella reunión con el tema: “la participación ciudadana”.

 

 

Cuando la tensión del público se eleva, pensando que será obligado a ser protagonista del montaje, el moderador lanza un consolador “no se preocupen, no los vamos hacer actuar”, y poco a poco los actores de la puesta en escena se hacen notar. Sin embargo, sus primeras participaciones confunden, porque no es claro si estamos en la “realidad” o en la “ficción”, y la agresividad con la que responden al “moderador” puede ser interpretada como la reacción de un espectador cualquiera que se altera cuando le piden ser participe, de bote pronto, en la obra.

 

 

Esta línea fina entre ficción y realidad es quizá lo que determina la propuesta escénica de Reincidentes; esa zona fronteriza que nos permite colocarnos en el mundo de lo real y lo imaginario y que, en el momento de la apoteosis emocional de los actores-personajes, se desvanece.

 

 

Por lo demás, el montaje es producto de la interdisciplina: el uso de instrumentos como el piano y la batería, música electrónica, video, sonidos guturales y otros utilizando las palmas, y lectura en voz alta de pasajes de libros de Oliver Sacks, entre otros recursos.

 

 

La escenografía de Alejandra Quijano resulta sumamente atractiva y efectiva. Un plafón colocado sobre las cabezas de los espectadores y actores, baja continuamente hasta llegar a rozar los cráneos de los presentes, quienes parecen ser aplastados por ese artefacto. Presión, asfixia, se siente en ese enorme cajón, mientras los actores dejan salir las pulsiones contenidas, en una muestra de histeria colectiva.

 

 

La obra de Ruizpalacios podrá generar gusto o disgusto entre los espectadores, pero ciertamente no es una puesta en escena que deje indiferente, porque se trata, en esencia, de una provocación.

 

*Reincidentes, de David Gaitán y Alonso Ruizpalacios, dirigida por éste último, con las actuaciones de Sophie Alexander-Katz, Esmirna Barrios, Raúl Briones Carmona, Francia Castañeda, Pablo Chemor, Diego Espinosa y Leonardo Ortizgris, miembros de la compañía Todas las Fiestas de Mañana, se presenta en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz del CCU (Insurgentes Sur 3000), miércoles, jueves, viernes y sábados a las 19 horas y domingos a las 18 horas, hasta el 5 de julio.

 

*FOTO: Reincidentes  se presenta en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz del CCU (Insurgentes Sur 3000), miércoles,viernes y sábados a las 19 horas y domingos a las 18 horas, hasta el 5 de julio/ Alejandra Carbajal

 

 

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