Relato de una obra memorable

Ene 10 • Escenarios, Miradas • 4124 Views • No hay comentarios en Relato de una obra memorable

 

POR JUAN HERNÁNDEZ 

 

En 1997 el director, actor y dramaturgista mexicano Claudio Valdés Kuri (México, D.F., 1965) fundó Teatro de Ciertos Habitantes, que se convirtió en una compañía referencial por su propuesta artística rigurosa, arriesgada y polémica. La agrupación inició con el pie derecho: su primer montaje Becket o el honor de Dios tuvo éxito de público y obtuvo el reconocimiento tanto en el país como en el extranjero. El golpe fue rotundo.

 

Con las miradas puestas en su talento, Valdés Kuri inició una aventura que se convertiría en un verdadero fenómeno en la escena teatral mexicana, con resonancias significativas en el extranjero. Teatro de Ciertos Habitantes se convirtió en una de las primeras compañías de México con presencia internacional, con el montaje memorable de la obra De monstruos y prodigios. La historia de los castrati, escrita por Jorge Kuri (1974-2005), en el año 2000.

 

Puesta en escena que rompió con los esquemas en boga en la época finisecular y tomó como premisa la libertad de expresión y el uso de los elementos necesarios para la consolidación de una obra que funcionara de manera orgánica, espontánea y vital. La cultura musical, operística, dancística, plástica y teatral de Claudio Valdés Kuri, apoyado por un equipo de creativos con visión interdisciplinaria para la creación escénica, consolidaron un discurso por demás polémico y subversivo.

 

De monstruos y prodigios. La historia de los castrati fue producto de un proceso de laboratorio de varios años, en los que se experimentó y trabajó arduamente en la búsqueda de las venas que dieran vida al cuerpo que se levantaría en escena: monstruoso y prodigioso al mismo tiempo.

 

Lo efímero del teatro impide revivir el momento de la escenificación, cuya potencia se instala en el presente, en el instante. Sin embargo, obras de la naturaleza de De monstruos…, permiten que de ellas se desprendan críticas, ensayos, investigaciones académicas, entre otras actividades y productos de carácter cultural, que conllevan a la reflexión siempre positiva sobre la legitimidad del arte.

 

Recientemente apareció el libro De monstruos y prodigios. La historia de los castrati. Recuento de un proyecto teatral inclasificable, editado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y Tintable (Colección Ojo al Gato). Un tomo en el que se relata el nacimiento y desarrollo de la puesta en escena, regalando al lector la posibilidad no sólo de relacionarse con una de los montajes memorables y referenciales del teatro mexicano, sino también de comprender el proceso íntimo de un colectivo entregado a la creación.

 

El tomo lo abre el director de escena Mario Espinosa con el texto “El arte de cabalgar una puesta en escena”, en la que confirma su admiración por el talento de Claudio Valdés Kuri y menciona su intervención, entonces como coordinador nacional de teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), para que De monstruos y prodigios. La historia de los castrati, se presentará en el Teatro El Galeón de la ciudad de México, recién remodelado entonces.

 

Claudio Valdés Kuri, en el texto “Genealogía de Monstruos”, relata de manera apasionada el encuentro con el tema de los castrati, cantantes sopranos que debían la tesitura de su voz a un hecho siniestro: la castración en la infancia, permitida por los padres que esperaban que sus hijos se convirtieran en las “estrellas” redituables del espectáculo operístico, popular en Italia en el siglo XVII.

 

La obra se presentó como una conferencia sobre el tema, en sí mismo fascinante. Pero lo que convirtió a De monstruos y prodigios en uno de los hitos del teatro mexicano fue la creación de personajes que parecían salir de un retablo barroco que cobraban vida en un espacio fantástico, en donde lo mismo aparecía un personaje siamés que representaba: una cabeza a la razón y la otra a la emoción y que, a pesar de sus personalidades radicalmente opuestas, eran un mismo ser; o un caballo blanco, símbolo de la belleza prodigiosa de los castrati.

 

Valdés Kuri subvirtió las formas del teatro y puso a dialogar en escena a diferentes lenguajes artísticos: danza, teatro, circo, ópera, música y plástica. Si De monstruos y prodigios. La historia de los castrati fue memorable, interesante resulta también el libro que relata su permanencia en los escenarios nacionales e internacionales por una década.

 

Además de los textos, el libro ofrece un relato visual, con fotografías que congelan algunos momentos irrepetibles de la representación. Quizá lo único que podemos reclamar a los editores es el descuido que dejó pasar algunos errores tipográficos y el no ofrecer una ficha técnica, mínima e indispensable, para identificar las fotos.

 

Por lo demás, De monstruos y prodigios. La historia de los castrati es un libro para disfrutar. Quienes fueron testigo de la puesta en escena gozarán relacionando las ideas de sus creadores con lo que vieron y recuerdan. Y quienes no tuvieron la fortuna de verla en su momento, podrán comprender, gracias a la claridad y sencillez del relato, el complejo fenómeno de la creación escénica.

 

*Fotografía: Tomada del libro De monstruos y prodigios. La historia de los castrati. Recuento de un proyecto teatral inclasificable, de reciente publicación / Editorial Tintable.

 

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