Rifle o la ansiedad del tiro por venir
POR VERÓNICA BUJEIRO
Con todas sus mercedes la política cultural de nuestro país ha venido a crear tajantes jerarquías dentro de los creadores al validar por medio de una beca a un grupo reducido de artistas que siempre serán rebasados en cantidad por aquellos no beneficiados. Generoso y de avanzada si estás dentro, parco, vetusto e ilegal si estás fuera. Fauna de sentimientos que aparecen ante cada nueva emisión de resultados de la distribución de las arcas (cada vez más escasas) del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA). Dentro de la comunidad artística esta situación ha creado tensiones de diversa índole con sus escándalos de por medio y afectaciones graves a disciplinas como la teatral en donde la inercia de convocatorias y recursos (también cada vez más limitados) han ido creando un cerco en donde los jóvenes creadores y profesionales recién egresados no tienen cabida, pues el sistema ha llegado a un punto en el que parece estar validándose a sí mismo, tomando casi exclusivamente en consideración a los ya incluidos dentro de su selecta lista. Un escenario que, pensado con frialdad, bien podría ser propio del universo kafkiano con toda su carga de angustias, absurdos insondables y ejercicios de poder. Tierra apta asimismo para un inusitado ejercicio de rencor que quiere validarse en el plano de lo artístico, como nos lo propone el dramaturgo y director Sergio López Vigueras en Rifle.
La obra nos presenta a un joven anónimo que irrumpe con un rifle Remington 700 en las oficinas del FONCA, dirigiendo el objetivo de su arma y rabia contra la burocracia que realiza las funciones más básicas del mecenazgo de la institución, y no así en contra de quienes en realidad lo operan (curiosamente); cobijado por el anhelo febril de ser parte del engranaje a toda costa: “A beca negada, bala cargada”.
La tesitura del texto dramático aborda la problemática del rechazo al sistema de beneficios y validación artística, pero desde una perspectiva profunda y sincera. Más allá de los lugares comunes y las parodias que puede suscitar el rencor de beca”, López Vigueras ofrece un texto en verso libre que hace un uso complejo y claro del lenguaje sin descuidar el entramado que conduce la anécdota dramática del personaje. El acto del joven anónimo guarda cierta empatía con los desvaríos de aquel burócrata de Nikolai Gogol en cuanto a la claridad de ese ardor mental que conoce y calcula cada uno de sus pasos, manteniéndose firme y directo como la fusca que sostiene. El joven creador descalificado ha encontrado en su aparente fracaso el motor creativo de una venganza que busca redimirlo como artista. Nada más lúcido que la demencia, parecerían decirnos López Vigueras y el ruso en voz de sus personajes, pues por momentos llegamos realmente a creer que el ataque de este joven creador rechazado es un verdadero acto político.
Gran parte de esta verosimilitud se debe a la rigurosa interpretación de Raúl Villegas, quien se conduce por el monólogo sosteniendo un rictus corporal que hace juego con el intenso devaneo mental por el que discurre el personaje. La ficción escénica que proyecta el director y dramaturgo en voz de Villegas recuerda al Travis Bickle de Taxi Driver en ese retrato de soledad que en las sombras de su mente erige las reglas de un nuevo orden. Y así como el taxista, por momentos el espectador duda de si esto realmente está sucediendo en la realidad, pese a que hay un interlocutor fantasma a quien se dirige el cañón del rifle, o si esto es una obra que el creador rechazado interpreta para sí mismo frente al espejo. Un efecto por demás inquietante que nos asoma de lleno al arrebato de furia y demencia. Villegas transpira la tensión de su personaje en gotas de sudor que caen sobre su impermeable y matiza con destreza los momentos de calma y reflexión.
El diseño sonoro de Mariana Tejeda hace apuntes sutiles a la puesta en escena, dando parte de ese ambiente interno en el que conviven la creatividad y el horror. López Vigueras, cuyos talentos se extienden también a la escenografía y la iluminación, plantea un espacio simple cuya luz de oficina o de cárcel ayudan al efecto claustrofóbico por el que nos conduce el personaje.
Unido al discurso y la política sobre los apoyos gubernamentales, el escenario que cobija esta puesta en escena es el foro El Bicho, un remanso cultural independiente que sostiene y da cabida a las nuevas voces de la escena teatral mexicana, demostrando que hay vida y creación más allá de la beca. Las propuestas que se presentan regularmente en este espacio constan de recursos mínimos que se apoyan en la relación íntima que el actor establece con el público dado el limitado espacio con el que cuentan, creando una estética propia que distingue al foro de los demás espacios teatrales. Algo realmente necesario para la escena mexicana, pues justamente la subvención gubernamental ha creado una especie de atasco estético al alimentarse de las mismas voces y limitar la representación a espacios institucionales cuyo ingreso para los creadores es sumamente complicado.
Rifle pone la política en la mesa, la personaliza y hace de ella una historia de valores artísticos encomiables. Si habría algo que señalar es que el tiro nunca viene. Una elección acertada para la puesta en escena, que sin embargo dejan un sentido incompleto en el espectador. No porque la detonación del arma sea el cierre esperado, sino porque la potencia y el rigor que nos han demostrado queda en los íntimos minutos de su corta duración asombrosamente tibia. Se desvanece. Vuelve al caos de lo cotidiano y nos deja con esa “ansiedad del tiro por venir”. Más que una conclusión, la compañía de “El orden del pacto ficcional” nos ofrece una prerrogativa hacia el proceso de entender y encontrar nuestra propia salida a la madriguera de la política cultural en México.
Riifle・escrita y dirigida por Sergio López Vigueras con la actuación de Raúl Villegas se presenta en el Foro El Bicho todos los martes a las 20:30 hasta el 28 de julio.
*FOTO: Rifle, monólogo de Sergio López Vigueras, se presenta el el foro El Bicho los martes a las 20:30 horas, hasta el 28 de julio./Especial
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