Sotto Voce: Revelaciones del mundo musical
El nombramiento de Dudamel en la filarmónica de Nueva York crea ámpula entre el público conocedor, mientras que las sinfónicas mexicanas sobreviven a los designios austeros
POR LÁZARO AZAR
Este martes 7 la noticia corrió como reguero de pólvora, aunque, la verdad, no sorprendió a nadie. El nombramiento de Gustavo Dudamel como titular de la Filarmónica de Nueva York a partir del 2026, era canto rodado. Los diletantes que se deslumbraron con la magnífica inversión que Hugo Chávez hizo en él para lavarle la cara a la dictadura venezolana, pueden estar de plácemes, y aunque “el pobre niño de Barquisimeto” tardó en marcar distancia del régimen, su complicidad con éste es lo que menos importa cuando empuña la batuta.
Ponerlo en la misma línea que a Mahler, Toscanini y Bernstein es lo que ha incomodado a más de un patrón de tan prestigiada orquesta. “Es algo desmesurado”, me confía uno de ellos, y añade “es un producto mediático sobrevalorado, nunca ha destacado por ser refinado musicalmente, pero esperamos que, con su carisma, atraiga nuevos patrocinadores que ayuden a rescatar las finanzas de la orquesta, tan lastimadas por la pandemia”. En lo que eso ocurre, aquí nuestras orquestas anhelan, también, tener patronatos que las rescaten del austericidio cuatrotero.
Al parecer, de las orquestas asentadas en la CDMX, el único Patronato que está funcionando realmente es el de la OFUNAM. Su generosidad ha permitido contratar solistas como Mintz, Aimard o Trifonov para sus temporadas recientes. Lamentablemente, nuestras leyes parecen esmerarse en ponerles cuanto “pero” sea posible a quienes han querido apoyar a la Chafónica Naciomal o a la Filarmónica capitalina. El colmo, es que ante el penosísimo deterioro que padece el Palacio de Bellas Artes, he escuchado gente del público que —tras preguntarse si Fraustita habrá visto el estado en que están los baños, con mingitorios inservibles y escusados con las tapas rotas—, se ofrece a donar “lo que haga falta”, empezando por los focos fundidos que tienen sus pasillos en penumbras, pero, más que el desconocimiento de cómo canalizar los recursos, les desanima la idea de que estos acaben en un sobre manila. Cuánta razón tenía José Antonio Alcaraz al decir que “el Blanquito, es la vitrina del país”.
Tras más de un lustro sin asistir a los conciertos de la Filarmónica de la Ciudad de México, el fin de semana pasado volví a la Ollin Yoliztli y vaya sorpresas que me llevé. Continúa teniendo algunos muy buenos atrilistas, pero ha perdido cohesión. Carece de un sonido orgánico, homogéneo y uniforme. Dirigido por Rodrigo Macías, el programa inició con una obra de José Julio Díaz Infante cuyo lenguaje me rebasa. Tanto, que me hizo añorar aquellos tiempos cuando las expresiones artísticas estaban indisolublemente asociadas a la belleza. Prosiguió con La gran Pascua rusa de Rimsky-Korsakov, durante la cual se quedaron cortos los solos del Maestro Casanova, el concertino. Me cuentan que es buen líder, pero ya no da el ancho cuando tiene pasajes que demandan virtuosismo, al grado de que Scott Yoo, el titular, lo manda a descansar en los programas que él dirige.
Más triste todavía fue percibir cuán disminuidos suenan sus chelos, otrora suntuosos, y esto porque, al igual que con el Metro, el Gobierno de la Ciudad ha ejercido el robo hormiga de recursos y le ha ido reduciendo plazas a la orquesta. Con decirles que, desde que Duane Cochran se mudó a la OFUNAM, congelaron la plaza y ya no tienen pianista de planta. Eso sí, la Claudia aprovechó para cometer otro de sus siniestros enjuagues, y dispuso de ella ¡para tres bomberos!
A pesar del insufrible protagonismo de la timbalista que parece estar realizando ejercicios de Tai-chi, lo mejor fue la Sinfonía Renana de Schumann, ¡qué gratísima sorpresa fue escuchar la sección de cornos! “Nos quedamos con un chavito recién egresado de la orquesta Mata”, me confían orgullosos varios de sus compañeros, con lo cual corroboro que no es una mera impresión mía el gran trabajo que está haciendo la UNAM con sus becarios, a cuyo concierto acudí en la Neza al día siguiente.
Para ese programa, la OJUEM contó también con el Maestro Macías como director huésped, ¡vaya maratón que se echó! Su Segunda Sinfonía de Tchaikowsky fue espléndida, y la revelación fue el solista del Concierto para flauta de Reinecke, Emanuel Flores, un joven cuyo exquisito fraseo me conmovió antes de echarse al público a la bolsa con la versión de Solamente una vez que regaló como encore.
Al salir del concierto, una amiga con la que solía coincidir en la ópera me dijo que había leído mi columna publicada ese día y esperaba que la Ópera de Bellas Artes montara alguna de las tres óperas que Rachmaninov alcanzó a completar. Lamenté decirle que no. Y como es la hora en que todavía no dan a conocer qué títulos harán este año, me permitiré revelarles que, a menos que haya algún cambio sobre la marcha, tras la Gala con Elina Garanca el 2 de marzo, ese mismo mes montarán la versión vienesa de Orfeo y Euridice de Gluck los días 12, 14, 16 y 19. En mayo 25, 28, 30 y junio 1 presentarán Los pescadores de perlas de Bizet, y cerrarán el mes con Madama Butterfly de Puccini el 25, 27, 29 y 2 de julio.
En torno al puente septembrino habrá dos funciones de Juana de Arco de Verdi, Florencia en el Amazonas de Catán se presentará el 8, 10, 12 y 15 de octubre, y Arthur Flagen será el único director huésped de este año. Hará El elíxir de amor de Donizetti, el 5, 7, 10 y 14 de diciembre. Salvo por un par de títulos, ante tan previsible oferta prefiero reír con Los Musicales de Brod-güey del gran Álvaro Cerviño, quien conjuga un libreto agudo, culto e irreverente con el talento y la vis cómica de los cuatro jóvenes que conforman el reparto de esta desenfadada propuesta que se presenta los martes en el Teatro Enrique Lizalde. ¡Esa sí se las recomiendo!
FOTO: El director venezolano Gustavo Dudamel será titular de la Filarmónica de Nueva York a partir del 2026/ STEPHANE DE SAKUTIN / AFP
« Steven Spielberg y la clave cinemaniaca La era del conspiracionismo: un adelanto del nuevo libro de Ignacio Ramonet »