Tao Dance Theater: En pos de lo espiritual

Nov 9 • Escenarios, Miradas • 4581 Views • No hay comentarios en Tao Dance Theater: En pos de lo espiritual

POR JUAN HERNÁNDEZ

 

La danza de oriente tiene la particularidad de indagar en el ámbito de lo sagrado para expresar, desde el cuerpo del bailarín, cuestiones esenciales de la existencia del hombre y su relación con el cosmos. Alejado de la espectacularidad de la creación coreográfica occidental y de temas cotidianos, el arte del movimiento oriental busca su fundamento en una simbólica corporal esencialista.

 

En este contexto se enmarca el trabajo de la Tao Dance Theater, dirigida por el artista chino Tao Ye, compañía que si bien tiene identidad peculiar también está apegada a la cosmovisión propia de su cultura, orientada al enlace espiritual de lo humano con las energías del universo.

 

La compañía fue fundada en  2008 y rápidamente ha logrado el reconocimiento internacional. Se ha presentado en festivales como el Caochangdi Art Workstation, el Sino-US Dance Festival, en el American Dance Festival, así como en el Lincoln Center Festival de Nueva York y en el Spring Dance Festival del Sydney Opera House, entre otros.

 

Las obras que recientemente presentó en México fueron 4 y 5, tituladas con números porque su creador considera que esa es la mejor manera de nombrar a sus obras, ya que no indaga sobre asuntos cotidianos, sino en la energía que fluye de los cuerpos en movimiento, fuerza que se transforma en un todo simbólico que nos refiere a expresiones inconmensurables del cosmos.

 

Tao Ye va tras la conquista del espacio interior y del exterior corpóreo. Territorio de tránsito de la energía y de la trasmutación de los cuerpos para arribar a la expresión de lo sagrado, que de pronto aparece en el todo simbólico; concreción de un discurso que manifiesta un mundo abierto a la interpretación, que pone en marcha el poder único de la imaginación.

 

La obra 4 es de naturaleza líquida; refiere al movimiento y a la fuerza oceánica. Los cuerpos de los cuatro bailarines en escena fluyen como maquinaria perfecta que produce energía en el ir y venir a veces tranquilo, otras apresurado y violento.

 

Los cuerpos se mueven en una misma dirección ondulante, los rostros de los bailarines van ocultos, y cubiertos también están sus cuerpos con unas telas amplias, negras y azuladas. Se mueven en una misma dirección pero no se tocan. El movimiento sugiere el ritmo de olas marinas que van y vienen, y se siente la fuerza y la inmensidad del mar.

 

El coreógrafo Tao Ye también es el creador de la música, que en el caso de 4 es indie-folk-rock. Resalta, en ese sentido, el fino hilo que enlaza a la tradición ancestral con la contemporaneidad. Lo que vemos en escena es la expresión de una búsqueda espiritual genuina, basada en una sensibilidad propia del tiempo que vivimos.

 

La coreografía 5 también busca la expresión de lo sagrado y lo espiritual, así como la creación de un tiempo y un espacio que permitan la manifestación del misterio de la creación en el espacio único e irrepetible de la escena dancística. Sin embargo, esta coreografía es de otra coloratura. A diferencia de 4 su esencia es sólida, terrenal. Los cuerpos en ella sí se tocan y en esencia es el contacto lo que permite simbolizar en el movimiento de los bailarines la vuelta continua de un grano de arena que mueve a otro, generando estados de gran sensualidad.

 

En 5 el chino Tao Ye consigue juntar los opuestos en sentido estético; parte del minimalismo pero termina en un enlazamiento ostentoso de los cuerpos en formas que se acercan a lo que conocemos por barroco. La exuberancia corporal sobre la escena turba la mirada que, ya en trance, comulga con el tiempo y espacio sagrados de la expresión dancística.

 

La función que ofreció la Tao Dance Theater en el Teatro de la Ciudad, en la ciudad de México, el 4 de noviembre, fue casi perfecta. Digo casi porque lamentablemente una falla técnica iluminó de súbito la escena, rompiendo el encantamiento que hasta ese momento había logrado la interpretación de la obra.

 

Por lo demás, no podemos menos que calificar de sublime el arte de esta compañía que logra, con el uso mínimo de elementos, una expresión poderosa del cosmos.

 

*Fotografía: 4 es una obra de naturaleza líquida; refiere al movimiento y a la fuerza oceánica/Antonio Nava/Secretaría de Cultura.

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