Tierra Adentro, cuatro décadas del semillero

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POR GERARDO ANTONIO MARTÍNEZ

 

Una colaboración de Mario Benedetti, un texto póstumo al poeta Jaime Torres Bodet y 44 páginas en sepia son parte de la bienvenida que la revista Tierra Adentro dio a sus lectores en el primer número de esta revista, en el otoño de 1974. La portada anaranjada es el único lujo, pero sus editores hacen uso del ingenio editorial para ilustrar sus colaboraciones, abren un espacio con las noticias culturales más relevantes de la zona centro-occidente del país y sobre todo para impulsar a los jóvenes escritores de estos estados.

 

Esta publicación trimestral, fundada por Víctor Sandoval en la ciudad de Aguascalientes, llega este año a cuatro décadas de existencia con un equipo robusto, con proyectos de alcance multimedia y un fondo editorial que ha servido como primer impulso a algunas de las plumas más reconocidas del país.

 

“Hacia la descentralización de la cultura” se titula la primera editorial de este proyecto apoyado inicialmente por el Consejo Regional de Bellas Artes y que a partir de 1990 se constituyó como un programa del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta). Hoy, Tierra Adentro tiene un equipo de 18 personas dedicadas de manera permanente a la edición de la revista en su versión impresa y el sitio web, la organización de dos encuentros nacionales de escritores, el cuidado del fondo editorial y la promoción de sus títulos, sin contar a los dictaminadores externos que colaboran en la selección de obras para su publicación.

 

El director editorial de este programa, Rodrigo Castillo, explica que en 2007 el equipo encargado no superaba las tres personas. “Éramos un equipo muy pequeño. Estaba Fernando Fernández como director general adjunto del programa, Mónica Nepote como directora general, y tu servidor. Con tres personas no se podían lograr muchas cosas. Sin embargo, se dio una expansión para la publicación. Se pensó en tener corresponsales y un consejo editorial”.

 

Aun cuando el perfil de este programa ha sido más cercano a la literatura, Tierra Adentro ha incursionado en la divulgación de trabajos fotográficos, en artes plásticas y en la introducción de otros géneros como la reseña literaria o de música, esta última en su sitio de internet por las dificultades que su periodicidad impresa impone a las carteleras culturales.

 

“En esa medida estamos saliendo un poco del soporte de la literatura para salir a otras disciplinas, como danza, que podemos exponer videos en la página de internet. Sobre música tenemos columnas semanales en este soporte. Tenemos muchos artistas visuales”.

 

En agosto de 2013, la Dirección General de Publicaciones solicitó a Rafael Vargas Escalante, por entonces nuevo director de la revista, la realización de un diagnóstico de rediseño y relanzamiento de esta revista. A partir de los resultados de este diagnóstico se propuso el cambio en la periodicidad de esta publicación, que pasó de bimestral a mensual, con una reestructuración de las secciones.

 

Un apartado de este diagnóstico señaló la cantidad considerable de autores mayores de 30 años de edad y nacidos en el Distrito Federal, por lo que propuso priorizar la publicación de autores más jóvenes y provenientes de ciudades distintas a la ciudad de México.

 

Castillo explica que otro de los cambios que se iniciaron en 2013 fue la reducción en el precio final al público en 20 pesos, el rescate del encarte poético La Ceibita y el rediseño que desde 2010 introdujo el color con la intención de ofrecer páginas a los artistas visuales mexicanos.

 

Uno de los puntos relevantes en este análisis fue la distribución, por lo que se propuso llevarla a espacios universitarios y a una mayor cantidad de puntos de venta. Sin embargo, advierte su actual director, el proyecto anterior contemplaba un tiraje alto: 10 mil ejemplares al mes. Sin embargo, la nueva dirección hubo de reducir la cantidad de ejemplares impresos. “Nuestro diagnóstico del número de ejemplares que se imprimieron en la etapa anterior se hizo contra las ventas. Quizá de 10 mil revistas mensuales se vendían 350 revistas”, señaló Castillo.

 

Cuestionado sobre el horizonte frente a la presencia de lectores más jóvenes, asegura que esta revista se ofrece como una opción más dentro del mercado: “Para los millenials (nativos digitales) Tierra Adentro es un espacio más. ¿Por qué los jóvenes voltean a ver esta revista? Uno, porque se trata de un espacio plural. Segundo, porque tiene una plataforma muy sólida. Da un espaldarazo muy fuerte a quienes quieren tener una carrera sólida en las artes en México”.

 

Fondo editorial, cantera a secas

 

Autores que desde la aparición de la revista y la creación del fondo editorial han colaborado y vieron publicados aquí sus primeras obras resaltan la importancia que publicar en el programa Tierra Adentro significó para la divulgación de su obra. Todos coinciden en la importancia de este sello, sobre todo en la difusión de sus primeros trabajos en momentos en que el mercado editorial impone privilegios a géneros más demandados como la novela o que difícilmente apuestan por escritores del interior de la república poco conocidos.

 

El poeta jalisciense Ernesto Lumbreras comparte que la experiencia al publicar su primer libro de poemas en este sello significó un impulso poco visto en otras editoriales de ese momento para el género. Clamor de agua, como se titula este poemario, publicado en 1990, fue el tercer título de la serie.

 

“El libro tuvo incluso publicidad en la televisión en esa época. Se manejaban los tiempos oficiales. El libro circuló muy bien en el circuito de librerías de Educal; en las presentaciones se ofrecían también los números más recientes del catálogo. De mis libros publicados es el que tuvo más reseñas, lo que implica que un área encargada de proporcionar ejemplares a los suplementos y a los críticos ubicados consiguió que el libro fuera comentado”.

 

En esos años, refiere, la divulgación de la poesía tenía circuitos limitados, entre ellos el encabezado por Vicente Quirarte en la Universidad Nacional y que con el nombre de El Ala del Tigre contó con un catálogo que publicó obras de al menos tres generaciones de poetas. Hoy, la dinámica ha cambiado. Al igual que el cuento y el ensayo, la poesía carece del afecto de la mayoría de las editoriales a causa de su bajo margen de capitalización. Una de las opciones para los escritores —no mayores de 35 años— interesados en publicar este género es Tierra Adentro.

 

“Es una opción para no quedarse en la problemática que tienen editoriales pequeñas o universitarias o de institutos estatales, que a veces no tienen la voluntad política para enviar o hacer negociaciones con Educal o el Fondo de Cultura Económica para que los libros prueben fortuna. Tierra Adentro sigue siendo la opción más atractiva”.

 

Otra autora que también se ha beneficiado con la publicación de uno de sus libros en este fondo editorial es Nadia Villafuerte, quien destaca el objetivo de divulgación que tiene este sello. “Aquí vemos espacio para el cuento, la poesía (que es vital) y el ensayo, para escrituras fronterizas, para voces experimentales. Los libros de Tierra Adentro siguen gustando porque no son sólo objetos, no están creados solo para generar ventas”.

 

Para la autora de la novela Por el lado salvaje este fondo editorial sigue cumpliendo el propósito de fomentar el contacto a través de la promoción digitales o tradicional, por lo que el catálogo, “aún con sus disparidades, tiene muy buenos libros. Busca promover el trabajo de jóvenes autores, no sólo del centro sino de todos los estados del país, y se publican otros géneros que no tienen tanto ‘peso’ dentro del vasto y a veces predecible mercado editorial”.

 

En el catálogo del fondo editorial existen títulos como El gran pretender, de Luis Humberto Crosthwaite, o autores como Cristina Rivera Garza, a los que editoriales trasnacionales como Tusquets se han acercado y de quienes han conseguido los derechos de publicación. El más reciente es el de Carlos Velázquez, que con su segundo libro —La biblia vaquera— agotó el tiraje publicado por Tierra Adentro, y posteriormente reeditó ese libro de cuentos en la editorial Sexto Piso.

 

Este escritor coahuilense considera que el Fondo Editorial Tierra Adentro ofrece la posibilidad para que autores no sólo publiquen géneros relegados por el resto de las editoriales no estatales, sino que además ofrece la distribución en la cadena de librerías Educal. “El Estado se la está jugando con todos sus autores. Nunca va a recuperar su inversión, y no se trata de lucrar. Hay una apuesta, y por eso el sello es tan importante y seguirá estando ahí. Es una apuesta que no hace cualquier editorial comercial”.

 

Velázquez resume la capacidad de este fondo editorial en términos de futbol: “Mucha gente sí consulta cuáles son las novedades de Tierra Adentro porque funciona como las reservas o las fuerzas básicas del mercado editorial en México. Esto no se da en todos los autores. No todos los títulos corren con la misma suerte, pero en definitiva hay libros muy importantes que han pasado por aquí”.

 

La voz de David Toscana no reemplaza las opiniones ya expuestas. Relata la experiencia que le llevó la publicación de su primera novela —Las bicicletas— en esta serie editorial. Los beneficios, recuerda, consistieron en la distribución de su libro y el viaje desde su natal Monterrey a la ciudad de México para la presentación de su libro. “La novela había sido finalista en el Premio Diana, que ganó Nacho Solares, pero la editorial no se interesó en publicarla. También la llevé a Joaquín Mortiz. Entonces fui con Tierra Adentro. Ahí hablé con Eduardo Langagne y Jorge von Ziegler”. El tiraje de esta, que fue la segunda novela en el catálogo, se agotó en los meses siguientes.

 

Con 25 títulos publicados anualmente, el sello, nacido en 1990 como una extensión de la revista, suma ya más de 500 títulos, aunque las garantías de consumo no sean necesariamente alentadoras y se presenten limitantes en la distribución. El mismo director, Rodrigo Castillo, reconoce las barreras impuestas por el mercado editorial:

 

“A pesar de ser un programa con subsidio bastante fuerte, que nos permite ubicar los libros en todo el país, tenemos una gran desventaja: las publicaciones que hacemos son primeras obras, por lo que primero se requiere posicionar a los autores. Podemos tener libros en básicamente todas las librerías de Educal, a veces entran en Gandhi; en el FCE también hay algunos títulos. Como todas las editoriales, tenemos problemas de distribución”.

 

Sin embargo, los casi cinco lustros de existencia de este fondo editorial permiten a su director asegurar que Tierra Adentro es reconocido como referencia permanente en la publicación de primeras obras, y que han servido como espacio para la publicación de obras que de otro modo difícilmente habrían encontrado espacio en los círculos comerciales. “En el Fondo Editorial Tierra Adentro los libros se han logrado ubicar en un imaginario importante de lectores en el país. No son lectores cautivos, sino gente que sigue de a pie el fondo de nuestros autores”.

 

Diseño editorial: los retos

 

Desde la portada anaranjada del primer número hasta el número más reciente dedicado al escritor José Revueltas por su centenario natal, la revista Tierra Adentro ha transitado por distintos estilos en el diseño.

 

La diseñadora Selva Hernández, quien estuvo a cargo de coordinar esta área de la revista durante la dirección de la poeta Mónica Nepote, destaca que una de las virtudes que tuvo la revista desde 2007 fue el acercamiento a los contenidos dirigidos a los jóvenes, además de una reformulación con el uso de una gama más amplia de colores en sus páginas y el aporte periodístico.

 

“Empezó con esa transformación muy sutil al principio en cuanto a contenidos e imágenes. Después tuvo un cambio radical en el diseño, lo que le dio un aire de más acercamiento a la juventud. Se le dio una vuelta a esta idea anquilosada de una revista estatal. Dejó de ser sólo la revista cultural del Conaculta, sino que empezaron a presentarse temas e imágenes más interesantes que las del proyecto anterior”.

 

Sin embargo, reconoce que en un circuito comercial cada vez más globalizado, con un número indefinido de revistas electrónicas, blogs personales de distintos autores, la presencia de holdings (conglomerados) editoriales y revistas culturales que han demostrado su éxito por la ausencia de procesos burocráticos, revistas como Tierra Adentro cuentan con un margen más limitado de proyección.

 

En el trabajo de diseño editorial dentro desde la Dirección General de Publicaciones (DGP) de Conaculta, estima: “no todo depende de la persona que está detrás del diseño sino de la maquinaria administrativa de esta institución. Podrían mejorar muchísimo. Los libros que publica no necesariamente te atraen por su portada. Podría pensarse en una colección más rica visualmente no sólo para la revista sino para todas las publicaciones de la DGP”.

 

Al respecto, Rodrigo Castillo explica que desde hace más de veinte años la visión acerca del diseño de esta publicación se ha nutrido del diseño editorial mexicano. Aparte dela participación de Vicente Rojo, resalta la labor de autores reconocidos en el campo de las letras pero que han ofrecido su expresión plástica para engalanar esta revista, como Fernando del Paso.

 

Un aspecto que no deja de lado es que desde 2010 la revista se hace a color en su totalidad, cuando en épocas anteriores se tenía esta opción cromática sólo en la cubierta.

 

Como parte de la DGP, el programa Tierra Adentro posee objetivos de promoción y divulgación artística, pero con dinámicas gubernamentales que complican su labor por la cantidad de procedimientos administrativos y ritmos del presupuesto.

 

Su director acepta que aun cuando este programa y su fondo editorial reciben un subsidio que le permite ubicar los libros en toda la geografía del país, poseen desventajas que las editoriales con perfil comercial evitan. “Hay candados financieros que protegen el dinero, que me parecen muy bien, pero que para hacer una revista atoran otras cosas. No tienes posibilidad del efectivo para decirle a un ilustrador que te haga la portada en un corto periodo. Tenemos procesos administrativos que debemos cumplir al pie de la letra y no podemos hacer nada en ese sentido”, refiere.

 

Como parte de la estructura de gobierno en materia cultural, la revista Tierra Adentro se define como una publicación plural, respetuosa de la línea de la institución a la que pertenece, pero en la que se puede opinar sobre cualquier tema.

 

“No hay un interés más allá de hablar de la creación artística en este país. El principal objetivo de la revista y del programa es dar a conocer a los lectores mexicanos lo que está sucediendo en Mexicali, Tijuana, Mérida… Somos una revista que pasa revista de lo que pasa en todo el país”, concluye.

 

* Fotografía: La revista Tierra Adentro, fundada por el poeta Víctor Sandoval, cumplió este otoño cuatro décadas de vida / Especial

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