Tin Tan, un transgresor transgeneracional
Por GERARDO ANTONIO MARTÍNEZ
Esa, mi jaina, cómo me guachas, ton´s qué. Pareciera una invitación, pero son sólo unas frases al aire del lenguaje pachuco y que ilustran algunos de los rasgos retomados por Germán Valdés para la creación de Tin Tan.
A cuatro décadas de su partida, las frases, canciones y el ícono de El rey del barrio se resiste a desaparecer del itinerario cotidiano de las generaciones más jóvenes, las que no coincidieron en los viejos cines citadinos pero que ahora lo rescatan en estampados de playeras, cromos, flyers y memes que circulan por las redes sociales.
Ricardo Pérez Montfort, investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas), estima que la vigencia de Tin Tan en algunos sectores de la juventud mexicana se debe a la actitud transgresora y contestataria que en su momento representó este personaje.
“Es un personaje provocador y esta dimensión de provocador está bastante ligada con estos valores que están con mucha fuerza en el sector juvenil. Se sale delstablishment. Va en contra de los parámetros clásicos de la cultura excepcional mexicana, del purismo cultural, de aquellas cosas que se consideran relativamente sagradas, como hablar bien, vestirse correctamente, bailar de una manera moralmente aceptada, no andarte burlando”, considera.
Sin embargo, el origen de Germán Valdés, que creció en el barrio Las Chabeñas en Ciudad Juárez en la década de los 30 del siglo pasado, dejó una huella permanente en su propio personaje, la misma que enfrentará su discurso actoral con Cantinflas, otro emblema del humorismo nacional.
Sobre este enfrentamiento y la razón que finalmente determinó la aceptación o rechazo de los jóvenes, José Manuel Valenzuela, catedrático del Colegio de la Frontera Norte (Colef), considera que “la imagen de Cantinflas termina asumiendo una posición cargada de moralina en sus últimas películas, mientras que Tin Tan representaba una fuerte dosis de trasgresión, de humor de cuestionamiento, que alude a la mariguana en forma directa en las películas, el improvisador”.
A diferencia de Tin Tan, dice, el lenguaje de Cantinflas está más asociado al discurso de la clase política. Ese decir por no decir genera una fuerte animadversión por parte de los jóvenes que están hartos de ese tipo de discurso.
Por su parte, Pérez Montfort, quien ha estudiado los estereotipos culturales del siglo XX en México y su relación con la Historia, sostiene esta aceptación juvenil de Tin Tan a partir de la misma oposición con el Primer mimo de México.
“Tin Tan, el personaje netamente urbano, de la ciudad de México, ocupa el lugar del cosmopolita que no solamente es reconocido en la ciudad de México sino también en la frontera norte del país. Cantinflas es el cómico que representa al pelado, a la cultura arrabalera, el que dice sin decir; asciende del arrabal a la interpretación de toda clase de papeles: embajador, doctor, profesor, mientras que Tin Tan se queda claramente en ese papel. Su dimensión cosmopolita tiene que ver con su versatilidad como artista”.
El cantante
Las interpretaciones musicales de Tin Tan son otros de los rasgos que resaltan ante el ojo de los conocedores de la música popular mexicana y de quienes en décadas posteriores retomaron algunos de sus síntomas transgresores que le dieron carta de aceptación y resurgimiento entre los jóvenes.
Ricardo Pérez Montfort no pierde oportunidad para destacar las cualidades vocales e interpretativas del pachuco, las que dice lo colocan entre los mejores intérpretes de música romántica nacional.
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