Dos poemas

May 21 • destacamos, Ficciones, principales • 3958 Views • No hay comentarios en Dos poemas

MosaicosFotoPortada
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POR MIJAIL LAMAS

@mikhailenko

 

Ulises (Negándose a volver)

 

Ítaca, la desconfiada,

la del sol calcinante y las chozas horrendas,

de la tristeza que se incendia en los ojos,

la del hedor temprano de las carnicerías

y los charcos de sangre donde nada un cadáver.

 

Ítaca, la sin sombra,

la de los ignorantes vendedores de opio,

la que canta a sus asesinos

en tres miserables acordes.

 

Ítaca

la de la bacanal estúpida,

la del alcohol frustrado,

la del rencor amargo para los que se han ido

a perderse en el mar.

 

Ítaca la enquistada en nuestras pesadillas,

donde se vuelve a andar como quien no ha partido.

 

 

Poema estático

(A partir de O Marinheiro de Fernando Pessoa)

 

À beira-mar somos tristes quando sonhamos… Não podemos ser o que queremos ser, porque o que queremos ser queremo-lo sempre ter sido no passado…

Fernando Pessoa

 

El marinero sueña,

náufrago en la distancia de su noche profunda.

Se sabe sin regreso.

En la isla,

que ningún mapa dibuja,

fue inventando otra vida

para no naufragar en la nostalgia.

 

Nombró las cosas con las mismas palabras conocidas

pero les dio un lugar distinto, una disposición más a su gusto.

Se inventó nuevos padres y borró a sus hermanos:

una infancia, prodigio de memorias felices.

Se trazó nuevas calles para su juventud,

una novia anhelante y amigos solidarios.

 

Mucho tiempo después quiso volver atrás,

desandar el camino de esta nueva memoria,

pero no pudo hacerlo.

 

Los rostros que anhelaba ver de nuevo

eran igual que aquellos que inventó en soledad.

 

Inútilmente hurgó en sus pensamientos

buscando el rostro de una mujer amarga,

de sus padres, de sus amigos.

 

Se sabe que después de mucho tiempo regresó a su país.

¿Pero a cuál de los dos?

Tal vez al que inventara en la vigilia

de sus noches de insomnio.

 

El marinero ignora que él también era el sueño

de una mujer que narra un cuento a sus hermanas

para gastar la espera, el tedio y el horror.

 

**Ilustración: Representación de Ulises con las sirenas en un mosaico romano. /Especial

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