La cultura y los nuevos futuros posibles
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La crisis sanitaria ha complicado la vida cultural en el país, por lo que este organismo internacional ha compartido guías e iniciativas para beneficio de los creadores
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POR FRÉDÉRIC VACHERON ORIOL
El 26 de noviembre de 2019, la Conferencia General de la UNESCO proclamó el 15 de abril como Día Mundial del Arte, en el marco de la celebración del natalicio de Leonardo da Vinci y a propuesta de México y Turquía.
El Día Mundial del Arte tiene múltiples propósitos: mostrar la contribución del arte a la difusión del conocimiento y la diversidad cultural; subrayar su importancia como un medio para lograr un mundo más libre y pacífico, y exhortar al mejoramiento de las condiciones sociales y económicas de los artistas. Ratifica también que los derechos culturales son fundamentales para el ejercicio de otros derechos humanos y el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU.
Desde hace poco más de un año, las medidas sanitarias para hacer frente a la pandemia han conducido al cierre prolongado de museos, teatros y salas de concierto, así como a la cancelación de casi cualquier actividad cultural. Como lo recuerda la Directora General de la UNESCO, la Sra. Audrey Azoulay, “en un sector en el que los empleos suelen ser informales y precarios, y en ausencia de una protección social adecuada, los artistas y profesionales de la cultura se encuentran, con demasiada frecuencia, inermes ante la pérdida de ingresos”.1
Frente a la apremiante situación, la UNESCO lanzó la primera edición de un documento titulado La cultura en crisis: guía de políticas para un sector creativo resiliente. En su informe de febrero 2021, la Relatora Especial sobre los derechos culturales, Karima Bennoune, llama a aplicar plenamente las recomendaciones de esta Guía que enfatiza “la prestación de apoyo directo a los artistas y profesionales de la cultura, y al mantenimiento de los compromisos en materia de igualdad de género en todos los sectores culturales”2. Hoy, importantes grupos de la sociedad civil proponen que se dedique hasta el 7% del gasto total para la recuperación del sector cultural.
Al mismo tiempo, la UNESCO lanzó el movimiento global ResiliArt, para escuchar las voces del mundo artístico en su diversidad. A la fecha, más de 1, 200 artistas y profesionales de la cultura han participado en cientos de debates en todo el mundo. México es el país que más debates llevó a cabo, con 64 mesas de diálogo y la intervención de más de 150 artistas y profesionales de la cultura. Entre sus múltiples actividades, la UNESCO en México coorganizó estos encuentros en colaboración con una decena de instituciones, desde la Secretaría de Cultura federal hasta los institutos de cultura de municipios como Cajeme, en Sonora, o San Andrés Cholula, en Puebla, pasando por organismos de la sociedad civil como Xácara, Future Team México y Enjambre, así como la Fundación SM. San Luis Potosí, propició diálogos con las ciudades de Roma, Mérida, Zapopan y Ciudad de México, en su camino hacia la creación de una carta de derechos culturales de la ciudad, mientras que la Secretaría de Cultura de Baja California organizó un Seminario virtual de emprendimiento cultural.
También proporciona acompañamiento y asistencia técnica al Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, al de los Pueblos Indígenas y al Centro de las Artes Indígenas de Papantla.
En febrero de 2021, la UNESCO publicó un análisis preliminar de los reportes de cada uno de los 181 debates que hasta octubre del año pasado se organizaron.3 Éste reveló intereses particulares para cada región. Por ejemplo, mientras que en Europa y América del Norte se reiteró la preocupación por la salud mental de los artistas y el desbalance de la vida laboral como amenaza para la productividad artística, en Latinoamérica y el Caribe se señaló la necesidad de fortalecer las relaciones con los gobiernos municipales y las provincias, además de la preocupación por las y los creadores de grupos históricamente marginados: afrodescendientes, pueblos indígenas, mujeres y jóvenes.
El análisis reveló desafíos globales: primero, la oportunidad de aprovechar las redes sociales y las plataformas de videoconferencia para promover el intercambio de conocimientos y la creación artística colectiva; segundo, el redoblado deseo de las y los creadores para influir en los procesos de formulación de las políticas públicas, para garantizar que las lecciones aprendidas y la precariedad preexistente sirvan para re imaginar al sector. Finalmente, la necesidad de organizar modelos de remuneración justa, en particular en la esfera digital, y la importancia de la creación de sistemas de levantamiento y organización de datos que permitan analizar e informar la toma de decisiones en toda la cadena de valor. Actualmente trabaja en un proyecto para ayudar a los creadores a monetizar su actividad en redes sociales.
Para varios actores de la escena cultural y artística, la crisis se percibe como una oportunidad para detonar una era más inclusiva de formulación de políticas culturales y un compromiso más estrecho con el Estado. El camino para ello se encuentra trazado. En noviembre del 2019, México anunció su interés en organizar una nueva edición de MONDIACULT, la Conferencia Mundial de Políticas Culturales que en 2022 cumplirá cuarenta años de haberse realizado por primera vez. Si aquella primera edición resultó histórica por sus resultados, esta segunda resulta ya trascendental por la oportunidad que presenta el panorama mundial actual para determinar nuevos futuros posibles.
Notas:
1.https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223
/pf0000376804_spa
2. La COVID-19, la Cultura y los derechos culturales, informe de la Relatora Especial de los Derechos Culturales, Karima Bennounem A/HRC/46/34, 17 de Febrero de 20121.
3.https://en.unesco.org/creativity/sites/
creativity/files/sessions/14igc_5_covid19_resiliart_en_0.pdf
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