V for Vendetta: El rostro de la anarquía

Jun 14 • destacamos, Lecturas, Miradas, principales • 4941 Views • No hay comentarios en V for Vendetta: El rostro de la anarquía

 

POR MAURICIO MATAMOROS DURÁN

 

Como ha sucedido con el resto de ciudades importantes en el mundo, un rostro ha invadido la ciudad de México: aquel socarrón de Guy Fawkes en máscaras que se ofrecen en cruceros de la ciudad (junto a cargadores de celulares o botellas de agua) o que aparecen en las máscaras que llevan puestos los voceros de Anonymous. La historia de esta máscara y lo que hay detrás de ella se remonta a cuatro siglos atrás; pero, sobre todo, a una historieta llamada V for Vendetta, que desde hace tres décadas se ha convertido en una de las lecturas más populares, y que ha sido publicada por primera vez en México.

 

1998, Londres, bajo un estado totalitario. V, cubriendo su rostro con una máscara de Guy Fawkes y llevando vestimenta y capa de cuero, así como un sombrero de punta, ha tomado sin ayuda de nadie la televisora del Estado; es decir, la única que existe en el Reino Unido. Frente a la cámara de televisión, por ende refractado en millones de televisores de hogares amagados por un estado totalitario, V se sienta con su sardónica sonrisa y libera el siguiente mensaje:

 

Durante cerca de diez mil años han trabajado para la “compañía”, sin ausentarse y creando una buena cantidad de logros, sin duda. Aunque un paraíso les fue ofrecido para vivir y construir, lo único que han hecho es corromperlo y corromperse a sí mismos en el camino. Es cierto que no toda la culpa es de ustedes, sino en gran medida de la “administración”. Pero, ¿quién ha escogido a la administración? Ustedes mismos, y ustedes mismos le han permitido hacer lo que le plazca. Con un simple NO podrían haber arreglado muchas cosas. Así que, a partir de hoy, tendrán dos años para arreglar la situación. Si en ese tiempo nada sucede, entonces serán “despedidos”. Fin del comunicado.

 

El ultimátum de V a la sociedad es claro y conciso. Así se comunica y actúa. Su manera de pensar y actuar puede parecer igual de fascista que la del Gobierno que condena, pero esa tan sólo es una de las trampas que crea el orden supuesto y los supuestos gobiernos democráticos. V es apenas una voz disonante en medio de un orden muerto y podrido. Es una idea a mitad del desierto neuronal que aparenta movimiento. Eso es suficiente para iniciar la Revolución, para iniciar un movimiento en el papel del cómic y en la realidad que lo inspira.

 

Para romper moldes

 

Es 1982 y la historia anterior comienza a publicarse bajo el título de V for Vendetta en la revista inglesa Warrior. Esta historia, entonces futurista, coincide con otras serializadas en dicha publicación de sobresaliente manufactura, y que se alejaban un tanto de las historias de superhéroes que por la época producía de manera exitosa el mercado estadounidense. En Warrior, la necesidad del editor Dez Skinn por innovar en un mercado muy homogeneizado coincide con la voluntad de escritores y dibujantes por romper moldes.

 

El escritor Alan Moore, entonces de 28 años de edad, busca la oportunidad para acabar con lo preconcebido. Así, para esta publicación, junto a los dibujantes Garry Leach y Alan Davis, decide redefinir un clásico del cómic inglés: Marvelman, tomando a este personaje y a su entorno prácticamente ridículo de los años cincuenta, para incrustarlo en una charada que reevalúa la pertinencia del cómic de superhéroes al final de la Guerra Fría, y redefiniendo de esta manera el camino a seguir en este subgénero del cómic que, hasta hace unos años, prácticamente se había mantenido como algo endémico. Junto a Steve Parkhouse, Moore construye una grotesca comedia de situaciones que retoma el formato del teleplay inglés con un elenco de monstruos que caricaturizan a la sociedad de la reina Isabel II, en The Bojeffries Saga, con un humor socarrón que únicamente podría palidecer junto al producido por sus paisanos del Monty Python. Y la tercera obra que Moore realiza para Warrior es V for Vendetta.

 

Moore y Lloyd buscaban ir más allá de las reglas y límites del cómic de superhéores, al reconsiderar la pulp fiction como un medio útil para desarrollar una forma moderna de aventuras que reflejara o se inmiscuyera con la situación de los años ochenta. Con esa premisa inician la conceptualización de esta historia, y todo parece cerrar un círculo mágico cuando Lloyd presenta una V dentro de un círculo (aludiendo a la A de anarquía) como detalle formal y propone que el vengador protagonista (que hasta entonces había permanecido sin rostro) lleve puesta una máscara de Guy Fawkes, aquel subversivo que siglos atrás quiso incendiar el Parlamento inglés: “Le daría a Fawkes la imagen que se merece desde hace años. No deberíamos quemar al tipo cada 5 de noviembre, sino de celebrar su intento de volar el Parlamento”, le explicó Lloyd a Moore en una carta durante la preparación de V for Vendetta.

 

El rostro de la anarquía

 

Guy Fawkes fue un católico subversivo que intentó derrocar al rey Jacobo I, tras la reforma protestante que colocó a la iglesia anglicana como oficial. El plan urdido por un grupo de católicos en el que se encontraba Fawkes consistió en acumular una buena cantidad de explosivos en uno de los comercios bajo el Parlamento, con la idea de volarlo el 5 de noviembre de 1605, junto a Jacobo I y todos los aristócratas que hicieron del catolicismo una minoría perseguida. Sin embargo, este plan, conocido como Conspiración de la Pólvora, fue descubierto, Fawkes y sus compinches fueron colgados y descuartizados, y su muerte se volvió un espectáculo para el que se vendieron boletos. A partir de 1606, el gobierno los tomó como estandartes de la Ley de Acción de Gracias, mediante la cual se quemaban muñecos con su efigie para recordar cuál era el precio por la traición. Aunque en 1859 estas “celebraciones” fueron abolidas, el festejo se mantuvo como una ceremonia festiva cada 5 de noviembre con la quema del Guy Fawkes. Y de ahí es de donde se retoma el rostro para V.

 

Cuando Moore se encontró con la subversiva V y el rostro de Fawkes como últimos detalles para la historieta, entendió que Lloyd había dado al clavo de manera perfecta, y lo que seguía debía ser la construcción de una intriga con tonos tanto góticos como expresionistas, que pudieran encerrar una pertinente discusión sobre la anarquía, el terrorismo, el fascismo y el heroísmo durante tiempos aciagos.

 

Al establecer poco más de quince años en el futuro la historia de V for Vendetta (recordemos que esta historia sus autores comienzan a realizarla en 1981, y se desarrolla entre 1997 y 1998), más que predecir, Moore se aleja del presenta para examinarlo —junto con sus posibles consecuencias— sin tanto riesgo y temor. Gran parte del mundo ha pasado ya por una hecatombe nuclear, y el Reino Unido ha logrado sobrevivir como un estado totalitario, en el que la sociedad se organiza en familias bien definidas, donde la diversidad de pensamiento, actitudes y deseos han sido exterminados en campos de concentración y su reincidencia se combate con una policía bien definida y efectiva en su naturaleza represora. En medio de ese terrorismo emocional aparece V, un personaje de genio casi diabólico que utiliza y mezcla herramientas tanto del teatro como de la filosofía, el anarquismo y lo considerado como terrorismo. V comienza una revolución de uno solo contra todo un sistema, y en un intento por despertar a una sociedad comatosa y amputada. En su senda se encuentran asesinatos, terrorismo, secuestro, lecciones de filosofía, cultura popular y declamaciones de Shakespeare y Aleister Crowley. V es como una aberración… aunque en una época aberrante y enferma. V es como un demente de métodos severos, aunque con plena conciencia de lo que es bueno y malo en un ecosistema en el que lo malo pasa por bueno, y lo bueno… simplemente no existe ya.

 

La ley de la voluntad propia

 

Publicado por primera vez en México, bajo el sello de DC Comics México, V for Vendetta es una obra que llega precedida por una celebridad artística, cultural y sociopolítica. En los últimos meses, años, la figura de V se ha convertido en una imagen viral, omnipresente a través de los canales de comunicación, al ser retomado como emblema del grupo de protesta Anonymous, quienes no sólo se cubren con su rostro y lo convierten en su símbolo, sino que igualmente retoman su manera de irrumpir en los medios y romper con candados gubernamentales a través de la tecnología haciendo de la subversión una manera de comunicar lo que comúnmente es poco probable escuchar en los canales corrientes y permitidos. Este movimiento, poco a poco, ha ido esparciendo por las calles el rostro de Fawkes, enmascarando a miles de participantes en marchas, plantones y todo tipo de protesta.

 

Sobre el anarquismo, Lloyd comentó en una entrevista publicada por el diario español El País en 2013: “[Alan] Moore cree en los anarquistas y en la sociedad autogestionaria. Yo no. Para autogestionarse, una sociedad debe tener gran autocontrol individual y colectivo y, lo siento, somos muy débiles, influibles en grado preocupante; nos encanta sacarnos responsabilidades de encima y delegamos rápido el poder en otros. Y, además, somos fácilmente corruptibles, como vemos cada día”.

 

Moore, por su parte, quien a través de otras importantes historietas como Watchmen, From Hell (las cuales, junto con V for Vendetta, han sido llevadas al cine) y Promethea ya ha discutido de manera elocuente sobre el ser humano y su condición actual, en una entrevista concedida a la revista Proceso en 2011, explica: “en el siglo XXI la política no puede ser manejada bajo los modelos que la sostuvieron durante el XX. Tenemos en nuestras democracias mandatos cada vez más acotados de la gente e incluso, si votamos por líderes políticos, sus acciones concretas una vez en el gobierno muchas veces son opuestas a las que prometieron en las campañas electorales. Si queremos que se haga algo en el siglo XXI, el mensaje parece ser: No votes por alguien que dice que va a hacer algo, porque lo más probable es que no lo haga. Si quieres que pase algo en el siglo XXI, hazlo tú mismo”, o como el mismo V propone en V for Vendetta al citar a Crowley: “Haz lo que desees, será la ley total”.

 

En la entrevista mencionada, Lloyd igualmente recordaba que cuando iniciaron la construcción de esta historieta los modelos que tuvieron fueron la Alemania y la Italia de los años treinta al querer “reflejar el comportamiento de las sociedades fascistas y la actitud demasiado estúpida de la gente, incapaz de ver que muchas veces quien les lidera es un monstruo”; sin embargo, esto fue algo que su sociedad sintió que se reflejó en el Reino Unido unos años después con Margaret Thatcher.

 

En la introducción que Moore escribió en 1988 para la primera recopilación de V for Vendetta dejaba ver su incomodidad con su país y manifestaba su deseo de dejarlo si Tatcher seguía al frente. Hoy, Moore continúa habitando en su pueblo natal de Northampton y Thatcher ha muerto. Pero la revolución continúa.

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