Un mundo sin superhéroes

Feb 27 • Miradas, Pantallas • 3183 Views • No hay comentarios en Un mundo sin superhéroes

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Wandavision es la apuesta de Marvel a Netflix, con recursos narrativos de un éxito comercial tan comprobados como reiterativos

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POR CHRISTIAN RAMÍREZ

El Mercurio/ GDA

No pensé que fuera a escribir esta frase alguna vez, pero en fin, ahí va: extraño las películas de superhéroes.

 

En serio.

 

El punto es que las echo de menos no por un asunto de calidad ni menos cinefilia, sino porque –mal que nos pese– estas producciones han llegado a definir el estándar de la industria audiovisual. El negocio del cine se ha vuelto imposible de entender sin ellas: si alguna vez los western, las comedias románticas y las fantasías sci fi nos dieron una idea de lo que Hollywood vendía y de lo que el público compraba, la gente con capa y sus historias trenzadas a través de multitud de episodios interconectados nos han llegado a dominar de tal modo el mainstream de la última década que su ausencia se ha hecho notar, y vaya cómo, en estos meses de multisalas vacías.

 

No son, ni por menos, los únicos damnificados en esta masacre mediática –es cosa de ver cómo anda el estatus de cualquier cinematografía nacional (como la chilena, por ejemplo), repletas de suspensiones y proyectos congelados–, pero el cine de superhumanos es único en el sentido de que sólo funciona de forma cabal con recaudaciones millonarias conseguidas a sala llena, con popcorn en el suelo y celulares prendidos durante la función. Por mucho que Warner Bros. haya lucido la artificial sonrisa del Joker pretendiendo que todo estaba bien tras el estreno digital de Wonder Woman 1984 en diciembre pasado, el terror de que el antiguo orden no se restaure, por lo menos antes de fin de año, es una cicatriz interna que no parará de sangrar mientras las multitudes pasen por fuera de los cines. No les queda otra que hacer la pérdida o intentar reinventar la rueda, como ha intentado hacer Marvel a través de Disney Plus, que desde hace mes y medio lanzó en streaming la serie Wandavision para sumar The Falcon and the Winter Soldier (19 de marzo) y Loki, en algún momento de mayo. Su estrategia ha sido la opuesta a la de Netflix: en vez de subir todos los capítulos para estimular una maratón de fin de semana, eligió operar a la antigua y, a fin de estirar la discusión en las redes lo más posible, estrenar un episodio a la semana. Me imagino que todos los tuiteros que insistían en que Marvel iba a reformular la TV como se supone que hizo con las películas deben sentir una gran ansiedad de cada a una revolución que ha ido llegando con cuentagotas, cada viernes, con capítulos de media hora que deben estar entre lo más discutido y sobreanalizado de la temporada. ¿Merece toda esa atención? Como relato de aventuras, sin duda que no –es el clásico relato con gato encerrado, donde el verdadero antagonista se revela bien avanzada la trama, algo que acaba de ocurrir esta semana, de hecho–, pero la cosa cambia cuando dirigimos la mirada al formato mismo y nos descubrimos en las antípodas de Avangers Endgame y sus delirios de gigantismo que empujaban la función más allá de las tres horas, en busca de entretener y, de paso, abrumar a un público que pedía más y más. La campaña publicitaria vendía a Wandavision como una sitcom de superpoderosos inspirada en programas como Mi bella genio, La hechizada, The Brady Bunch, Malcolm in the Middle y otras comedias de temática familiar, adoptando un estilo visual distinto en cada entrega; pero, en la medida que ese cuento se ha deshilvanado y han aparecido las ya habituales escenas de acción asociadas a estos productos, ese diseño presuntamente sofisticado (no lo es) se derrite y queda reducido a lo básico: una narrativa de modesto tamaño, de fácil consumo y pedestres alcances. El equivalente audiovisual de un cómic de 32 páginas. Ver Wandavision, sin culpas ni pretensiones de por medio, se ha convertido en la nueva versión de ir corriendo al quiosco, comprar la revista, hojearla, releerla, prestarla al compañero y luego olvidarla. Y en una era en la que medio mundo espera la inminente aparición (el 18 de marzo, vía HBO Max) de Zack Snyder’s Justice League con sus operáticas cuatro horas de duración y su vocación de fin de mundo, esa clase de miniaturas –que no le rinden cuenta a nadie salvo a ellas mismas– pueden llegar a convertirse en una especie de lujo.

 

FOTO: Wandavision, serie de sólo ocho capítulos, se estrenó el 15 de enero en Disney Plus./ Especial

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