¡Ya te vimos, “Rius”!

Sep 16 • destacamos, principales, Reflexiones • 1841 Views • No hay comentarios en ¡Ya te vimos, “Rius”!

 

Liderados por el monero mexicano, caricaturistas del mundo se unieron en 1974 para denunciar a Pinochet

 

POR CRISTIÁN CASTRO GARCÍA
Si bien mucho se ha escrito sobre las redes internacionales de solidaridad que se construyeron para apoyar a los miles de exiliados chilenos que se instalaron por el mundo, todavía quedan historias que no han sido lo suficientemente tributadas. Por esta razón, a 50 años del golpe de Estado, me parece importante relevar el rol de denuncia que jugó el caricaturista mexicano Eduardo del Rio, Rius, quien junto a otros colegas se pusieron en contacto con distintos moneros alrededor del mundo, para que le hicieran llegar sus trabajos publicados en diarios y revistas de sus respectivos países sobre Chile y el golpe. De esta manera, Rius, como líder del grupo, articuló una red de solidaridad internacional que les permitió reunir una cantidad importante de caricaturas y publicar en México el libro-denuncia: ¡Ya te vimos, Pinochet! (Editorial Posada, 1974). El libro, a pesar de ser aún totalmente desconocido en Chile, tiene distintas dimensiones que lo hacen muy relevante. En primerísimo lugar, es un texto que busca denunciar a través del humor las atrocidades del golpe de Estado y los primeros momentos de la dictadura instaurada por la junta militar chilena. En ese sentido, Rius explica en su introducción que no es un libro hecho para que el lector goce al leerlo. De hecho, si bien es un libro de caricaturas, éste no busca necesariamente la risa, por el contrario.

 

Otra de las características particulares de estas caricaturas como fuentes históricas es que informan de aquellos primeros momentos grises en el que el poder todavía lo ejercía “colectivamente” una junta militar, pero a su vez, ya se dibujaban los primeros toscos bosquejos de un Pinochet dictador. Resulta importante destacar que las caricaturas publicadas en distintos medios del globo demuestran el fuerte impacto que tuvieron las imágenes que emergieron de los distintos equipos corresponsales que se encontraban en Chile en el momentos del golpe o que llegarían en los días posteriores. Y producto de este fenómeno que cruza lo político con lo tecnología disponible durante esos años, las caricaturas permiten explorar el repertorio visual que emergió de la cobertura extranjera del golpe. Este es un punto clave y tiene relación con que durante esos años se produjo la masificación de la televisión en distintos países del mundo, facilitando la divulgación de estas imágenes y alimentando así el imaginario de estos artistas y sus correspondientes sociedades.

 

Asimismo, las ideas-fuerza que emergen del análisis de las caricaturas demuestran que el juicio de los artistas al identificar a los actores o símbolos más relevantes de aquel evento fue certero. Por lo tanto, se pudo dar la curiosa situación que un caricaturista de India y otro en Francia se focalizaban en las imágenes de los detenidos del Estadio Nacional de Santiago, como representación gráfica de lo que estaba ocurriendo en Chile. Producto de todo lo antes mencionado, el golpe de septiembre 11 de 1973, alcanzó la categoría de evento de relevancia internacional, lo que generó una suerte de primera memoria social global de lo que estaba ocurriendo en Chile. ¡Ya te vimos, Pinochet!, en palabras del mismo Rius, “más que un libro, es la muestra de la solidaridad humana”.

 

El gran trabajo de recopilación de Rius —a partir de la red de solidaridad que montaron— fue rescatar la forma en que la prensa extranjera representó, simbolizó y juzgó, a través de la caricatura, a determinados personajes, situaciones, países y hechos que tuvieron que ver con el golpe de Estado. La caricatura extranjera, al igual que la prensa internacional del periodo, se transformó en una herramienta de denuncia y condena de los excesos cometidos por los militares chilenos en el golpe. Un rápido análisis de la selección realizada por Rius reafirma la hipotesis que las imágenes televisivas jugaron un papel fundamental en la formación de la opinión pública internacional y, por tanto, en las representaciones que los caricaturistas realizaron con respecto al tema. Hace 20 años, el historiador Alan Angell identificó específicamente las siguientes imágenes que siguieron al 11 de septiembre y que llenaron las pantallas y periódicos del mundo: los Hawker-Hunter bombardeando La Moneda; los soldados quemando libros en las calles; la fotografía de Pinochet con lentes oscuros en la conferencia de prensa de la junta; y la expresión de temor de los prisioneros en el Estadio Nacional. De esta manera, si la televisión entregó una respuesta internacional activa y condenatoria en relación a los hechos ocurridos en Chile, las caricaturas terminaban de hacer juicio histórico aportando información sobre el contexto. Es decir, para los caricaturistas, la Guerra Fría, el rol de Estados Unidos, el Tío Sam, las transnacionales y el dólar estaban detrás del violento quiebre institucional chileno. Por lo tanto, para los ojos del mundo, el caso chileno era una batalla simbólica dentro del conflicto ideológico de las dos grandes potencias. Así como el socialismo había tenido su triunfo de Salvador Allende por la vía electoral en 1970, ahora era el turno de un capitalismo norteamericano, interviniendo, vía militar, en el país que ostentaba la más limpia trayectoria política del vecindario. Por lo tanto, ¡Ya te vimos, Pinochet! también captura el momento del nacimiento de Salvador Allende como un político que se transformaría en símbolo de un demócrata que se sacrifica por el bien superior de defensa de la dignidad de la democracia chilena.

 

A 50 años de las caricaturas reunidas por Rius y su red de solidaridad de moneros nos ofrecen en su conjunto una forma novedosa de entrar al repertorio visual de un periodo álgido de la historia latinoamericana, y que tuvo en Chile una de sus batallas más sangrientas y recordadas. Hace unos días, Andrés Manuel López Obrador, de visita en Chile, además de hacer referencia a las atrocidades del golpe dentro de las lógicas de la Guerra Fría, rememoró a Salvador Allende como un ejemplo de político humanista, y recordó como es que producto del golpe, “Allende se hizo universal”. Justamente en estas palabras de López Obrador podemos apreciar lo exitoso que resultó el proyecto de armar el libro ¡Ya te vimos, Pinochet!, cuando un grupo de caricaturistas entendió que, si bien el 11 de septiembre de 1973 Chile entró en una dictadura histórica, tuvieron la lucidez de prever que la batalla por la memoria se daría a largo plazo, y que había que debía ser combatida también desde la solidaridad internacional.

 

 

 

FOTO: Caricatura de Blankito, publicada en Marcha, Montevideo, Uruguay, 1973, titulada: “Reencarnación”. Crédito de imagen: Especial

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