Serafín Aponte, un guerrero de la danza

Abr 14 • Escenarios, Miradas • 6157 Views • No hay comentarios en Serafín Aponte, un guerrero de la danza

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Con una trayectoria de tres décadas, el bailarín y coreógrafo Serafín Aponte ha desarrollado una visión del cuerpo como portador de la tradición y del saber humano

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POR JUAN HERNÁNDEZ

Serafín Aponte (Chilpancingo, Guerrero, 1963) inició su periplo fuera de su tierra natal en 1982. Marchó con Barro Rojo, fundado por Arturo Garrido, en una manifestación histórica, con destino a la Ciudad de México. Así, se convirtió en uno de aquellos cuerpos en rebeldía, que trascendieron esquemas artísticos, para ofrecer una nueva manera de aproximación al hecho escénico, desde la independencia creativa, como respuesta urgente a las necesidades de una sociedad convulsa y cambiante.

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Aquella experiencia hizo de Aponte uno de los creadores escénicos mexicanos más reconocidos. Su talante de intérprete, único e irrepetible, marcó una manera poderosa de estar en el escenario. Para él, la figuración desde el cuerpo era algo más que la exposición de la técnica —la entendía como una herramienta para decir algo contundente—, de alguna manera, entendía el poder del cuerpo, como portador de la tradición y del saber humano.

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Como coreógrafo trabajó en función de necesidades de expresión personales, pero no se encerró en universos herméticos e incomprensibles, sino que buscó su lugar en el mundo y en la sociedad, de tal manera que contactó con los públicos; dialogó y conversó desde la escena. Y lo sigue haciendo.

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En 2007 fue invitado a participar en el Festival Internacional La Nao. Un momento de inflexión en su trayectoria, pues volvió a mirar a sus orígenes: Guerrero. Un estado bronco y convulso, azotado por la violencia y la inseguridad. Desde entonces, pensó, en regresar. Emprender una cruzada a favor de la paz, con lo que sabía hacer: danzar. Creó entonces espacios de reflexión, de confabulación y creación, y los puso al servicio de los jóvenes, necesitados de herramientas para expresar y canalizar su energía. En 2013 empezó a dar clases de danza y a formar nuevos guerreros de Terpsícore, hasta que ese mismo año la tormenta “Manuel”, arrasó las instalaciones donde daba clases.

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La adversidad no le era desconocida. Como en aquel 1982, tomó plazas, calles y parques, para danzar. Se enfrentó, sin filtros, a la pobreza y la inseguridad de las tierras guerrerenses, de la costa chica, de la montaña y del centro de la entidad. Con su arte recorrió zonas en donde la marginalidad era una constante. Ahí, su cuerpo creador, ofreció una mejor versión de lo humano.

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En su quehacer expresó la dialéctica del movimiento, en tanto discurso ordenar del pensamiento. En Acapulco —una de las ciudades consideradas entre las más peligrosas de México—, estableció su proyecto artístico. En ese puerto , desde entonces, ofrece clases en la Casa de la Cultura, en la Costera Miguel Alemán.

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Sus esfuerzos han dado frutos entre los jóvenes interesados en el quehacer escénico, en la exploración de la capacidades expresiva de los cuerpos, que manifiestan, a través del arte, su inconformidad íntima y pública. Es la voz de una generación de artistas en pie de lucha, en una entidad arrasada por la violencia cotidiana.

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A principios de este año, Aponte fue reconocido por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), también ha recibido homenajes en Guerrero. Pero más allá de la demagogia de los reconocimientos oficiales, está su deseo por consolidar, con urgencia, un centro de formación de nuevos creadores de la danza; para dejar un legado y sembrar entre los jóvenes la inquietud por el arte, como la más preciada forma de la experiencia humana.

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Serafín Aponte es creador de un repertorio compuesto por alrededor de 60 coreografías, que se ha sumado al patrimonio dancístico del país: Buscando tierra, En el lugar de los muertos, Retrato de Inocencio X y El universo visto por el ojo de una cerradura, son los títulos de algunas de ellas. Piezas artísticas con la voluntad de expresar asuntos esenciales sobre lo humano, a partir del drama y la tragedia, tanto en la intimidad como en lo social.

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La experiencia del creador se pone al servicio de Guerrero, con un proyecto que este año se enfocará a la formación de nuevos coreógrafos —sin dejar de lado la formación de nuevos intérpretes— para lo cual se ha lanzado la convocatoria, a través de la cual se busca captar las propuestas de jóvenes guerrerenses entre 15 y 25 años, con formación en danza. La capacitación tendrá cuatro meses de duración e iniciará el 20 de abril, en el marco del Tercer Programa de Entrenamiento en Danza Contemporánea Guerrero 2018 “Arte para todos”, con apoyo de la Secretaría de Cultura de Guerrero, a cargo de Mauricio Leyva.

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Serafín Aponte ha enriquecido el arte de la escena mexicana. Su presencia es imprescindible en la historia del arte mexicano de las últimas dos décadas del siglo XX y de lo que va del XXI. Sin dudarlo, ha regresado a Guerrero, para impulsar el arte de la escena. Porque ahí, como dijo en entrevista con El Universal (13 de enero, 2018), como nunca y como en ningún otro lado “la danza es necesaria”.

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FOTO: La convocatoria del Tercer Programa de Entrenamiento en Danza Contemporánea Guerrero 2018 “Arte para todos”, dirigido por Serafín Aponte, se puede consultar en:  https://www.secretariadeculturaguerrero.gob.mx/convocatorias/tercer-programa-de-entrenamiento-en-danza-contemporanea-guerrero-2018/

Germán Espinosa / EL UNIVERSAL

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