El cuerpo, territorio de la guerra

Ago 24 • destacamos, Escenarios, Miradas, principales • 4672 Views • No hay comentarios en El cuerpo, territorio de la guerra

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POR JUAN HERNÁNDEZ

Un hombre está sentado sobre un bote de latón, en una cámara oscura, cubierto con una cobija de lana vieja. El cuerpo trémulo denota los signos de una historia siniestra. Los labios temblorosos se entreabren para pronunciar palabras entrecortadas. Es un superviviente de la guerra y comparece ante el público para relatar la historia que carga como un pesado lastre en la memoria.

 

Ejecutor 14, de Adel Hakim (El Cairo, 1953-Ivry-sur-Seine, Francia, 2017), traducida y dirigida por David Psalmon (París, Francia, 1973, naturalizado mexicano), con el actor sonorense Osvaldo Sánchez, se levanta como una propuesta artística que establece en el cuerpo y la psique el territorio del ejercicio de la violencia.

 

La propuesta de David Psalmon (director artístico de la compañía TeatroSinParedes) busca un acercamiento a la acción: ilumina al actor y deja el resto en la oscuridad absoluta. De esa manera, la mirada del espectador observa el detalle del gesto y, sobre todo, la intención dramática que acompaña a los movimientos mínimos del intérprete.

 

Teatro de cámara para una obra que requiere de intimidad profunda. Es así como Psalmon y el actor Osvaldo Sánchez resuelven la naturaleza cruel del drama que cuentan en escena; una historia sobre los horrores de la guerra, la brutalidad despiadada del ser humano contra sus semejantes, convertidos en el enemigo natural, una vez que la humanidad ha sido fragmentada en bandos.

 

La historia narrada por el personaje es la piel de la compleja estructura dramática de una obra que busca desvelar el misterio del origen de la violencia o, dicho de otro modo, el instinto de la destrucción sin contrapesos en el ser humano. En esa medida, la obra tiene varios niveles textuales que se ponen al descubierto y exigen de toda la atención del espectador.

 

La batalla, es decir, el desasosiego de la violencia, toma su lugar en el presente de la escenificación. Ocurre en el territorio del cuerpo del actor. Un intérprete que pone en marcha, con gran precisión, la estructura orgánica corpórea, que es llevada a sus límites.

 

Es el cuerpo abatido por los horrores de la violencia, la denuncia del asesinato del espíritu humano. O eso indica este drama, íntimo y al mismo tiempo de enorme dimensión en su significación simbólica.

 

El discurso de la puesta en escena es conciso y sobrio dentro de un espectro dramático desgarrador. Requiere de la contención emocional para no caer en la fácil tentación del melodrama. Director y actor tienen claro ese peligro y toman por otro camino; uno que les permite significar en la memoria corpórea la experiencia traumática de la crueldad y, a partir de esa partitura escénica, trabajar con una hipótesis que mueve a reflexión y, ciertamente, genera polémica: el ser humano no es violento por naturaleza, sino por efecto de los sucesos de vida que matan la parte noble de su espíritu.

 

Las acciones violentas que, en todo caso, desequilibran la convivencia de lo luminoso y oscuro en la naturaleza del hombre son llevadas a cabo por otros seres humanos en los que prevalece el instinto de la destrucción. El personaje es entonces la figuración de ese resquebrajamiento de la estructura idónea de la convivencia humana y se convierte en territorio de la violencia sin cortapisas.

 

El actor Osvaldo Sánchez realiza un trabajo corporal extenuante. Con pocos elementos de apoyo en escena (un bote, una mesa de apariencia desvencijada y una cobija), el ritmo de la puesta en escena recae por completo en el desempeño del intérprete, quien refleja en su estructura orgánica, emocional y de razonamiento los efectos de los horrores de la guerra.

 

Ejecutor 14 es una obra actual, en la medida en que desarrolla un discurso en relación con el origen de la violencia y sus múltiples rostros. Es la exposición brutal del ejercicio de la crueldad del hombre sobre sus semejantes; paisaje desolador sobre el destino de la humanidad, figurado en el cuerpo des-almado de un hombre con el espíritu roto por la desesperanza.

 

Teatro al momento

 

El drama de un amor prohibido en la época de la Inquisición es la línea narrativa de Amor oscuro, de Isaac Slomianski, dirigida por Víctor Weinstock, con Ana Karina Guevara, Sonia Franco, Gastón Yanes, Fernanda Albarrán, y música en vivo de Natalia Pérez, que se presenta en el Foro Lucerna (Lucerna 64, Juárez), viernes a las 20:30, sábados a las 18:00 y 20:00 y domingos a las 18 horas hasta el 29 de septiembre.

 

 

 

Una historia controversial, que pone sobre la escena el debate acerca de temas tabú sobre las relaciones amorosas y sexuales, es el sustento de la puesta en escena Blackbird, del dramaturgo escocés David Harrower. La obra evita posicionamientos maniqueos y deja al espectador la tarea de llevarse en la mente el debate en relación al dilema moral que la obra plantea. Con la dirección de Katina Medina Mora, con los actores Alejandro Calva y Cassandra Ciangherotti, en el Foro la Gruta del Centro Cultural Helénico (Revolución 1500, Guadalupe Inn), viernes a las 20:30, sábados a las 17 y 19:30 y domingos a las 18 horas, hasta el 29 de septiembre.

 

 

Una joven mujer y un capitán de globo aerostático emprenden un viaje fantástico y lúdico en la obra Elefantes, espectáculo para niños de la compañía Idiotas Teatro, dirección de Cristian David y Fernando Reyes, con Miguel Flores y Lucía Pardo, que se presenta en el Teatro Orientación del Centro Cultural del Bosque (atrás del Auditorio Nacional), sábados y domingos a las 12:30 horas, hasta el 6 de octubre.

 

FOTO: Ricardo León/Cortesía de la producción /  Ejecutor 14, de Adel Hakim, creación de TeatroSinParedes y Mono Teatro, traducción y dirección de David Psalmon (miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fonca), con el actor Osvaldo Sánchez, escenografía de Ana Patricia Yáñez y diseño sonoro de Daniel Hidalgo Valdés, se escenifica en La Teatrería (Tabasco 152, Roma), viernes a las 21:00, sábados y domingos a las 19 horas, hasta el 1 de septiembre.

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