El encuentro Moctezuma-Cortés. Más allá de la leyenda

Nov 9 • Conexiones, destacamos, principales • 13359 Views • No hay comentarios en El encuentro Moctezuma-Cortés. Más allá de la leyenda

/

A 500 años del primer contacto entre Hernán Cortés y Moctezuma, el historiador Matthew Restall hace una nueva lectura de este episodio, y busca desmontar la versión sobre la rendición del tlatoani mexica

/

POR ABIDA VENTURA

El 8 de noviembre de 1519 ha quedado en la narrativa tradicional de la Conquista como el día en el que Moctezuma le abrió las puertas de Tenochtitlán a Hernán Cortés y a sus acompañantes. Aquel encuentro que marcaría el devenir de la ciudad mexica, ahora inmortalizado en un mural en la avenida Pino Suárez, es sometido a revisión por el historiador británico Matthew Restall en su libro Cuando Moctezuma conoció a Cortés (Taurus, 2019).

 

En más de 500 páginas, el profesor de Historia Latinoamericana en la Universidad Estatal de Pensilvania utiliza la abundante bibliografía existente, desde las cartas de Hernán Cortés, los textos de los primeros cronistas y las versiones indígenas hasta materiales artísticos y musicales, para tratar de desmontar el relato de la rendición del tlatoani mexica. Entre las representaciones artísticas a las que recurre están una escena esculpida en el Friso de la Historia Americana en el edificio del Capitolio, en Washington; poemas, como México Conquistado. Poema heróico (1798) de Juan de Escoiquiz o Mexicana (1594) de Gabriel Lobo Lasso de la Vega; obras de teatro que van desde las primeras representaciones nahuas de la Navidad a Cortés, el Conquistador: una tragedia en cinco actos fundada en la conquista de México del estadounidense Lewis Foulk Thomas (1857) o Malinche y Carlota de Salvador Novo (1956); explora también una serie de óperas, por mencionar algunos, Moctezuma (1733) de Antonio Vivaldi, Amazilia de Giovanni Pacini (1796), Fernand Cortez (1809) de Gaspare Spontini, Cortés o la conquista de Messico (1848) de Ignacio Ovejero Hernán y Moctezuma: Ópera en tres actos (1964) de Roger Sessions.

 

Alumno del nahuatlato californiano James Lockhart, Restall es uno de los principales impulsores de la llamada Nueva Historia de la Conquista (NHC), corriente historiográfica revisionista que congrega a investigadores anglosajones como Laura E. Matthew, Florine Asselbergs y Michel R. Oudijk; su propuesta es mirar con otros ojos las fuentes tradicionales, así como a los protagonistas normalmente ignorados. Autor de El mundo maya: Cultura y sociedad yucateca 1550-1850 (1997) y Siete mitos de la conquista española (2003), el historiador forma parte de la larga lista de estudiosos anglosajones, como Lockhart, William Hickling Prescott, Francis J. Brooks, Hugh Thomas, John Huxtable Elliott, Camila Townsend y muchos otros, que se han dedicado a analizar la Conquista.

 

En entrevista con Confabulario, el autor habla sobre este volumen que plantea aquel encuentro como una invención histórica y revisa la apresurada y falsa lectura que Cortés dio a la hospitalidad mostrada por el emperador mexica. Entre esas revisiones destaca la que hace sobre el zoológico de Moctezuma, las colecciones donde el tlatoani congregaba la diversidad del mundo Mesoamericano a sus pies, desde aves, animales y plantas exóticas, hasta atuendos, objetos preciosos, incluso “rarezas humanas” (enanos, jorobados, albinos). Posiblemente, sugiere el investigador, las intensiones del tlatoani eran, en realidad, atraer a los españoles, conocerlos y añadirlos a sus colecciones.

 

 

Plantea que el encuentro entre Moctezuma y Cortés ha sido una invención que la narrativa tradicional se ha encargado de pintar como la rendición del emperador azteca. ¿Cómo habría que ver ese momento a la luz de las nuevas interpretaciones?

Primero, lo que planteo es que esa historia de la rendición no tiene sentido, ¿por qué habría de rendirse Moctezuma? Es una tontería. En lugar de desafiar esa mentira, los cronistas e historiadores españoles o mexicanos han pasado siglos tratando de explicar algo que es absurdo, a menudo con explicaciones que son perjudiciales para Moctezuma y para los aztecas, diciendo que fue un cobarde, por ejemplo. En segundo lugar, los acontecimientos de antes y después del encuentro no apoyan la mentira de la rendición, apoyan el hecho de que Moctezuma vio a los invasores españoles como una amenaza que podía ser contenida y controlada; para él eran personas absolutamente fascinantes, dignas de estudio y de observación.

 

 

En una parte de su libro compara la matanza de Cholula con la de My Lai (Vietnam) y menciona que en casos así, al no haber explicaciones satisfactorias, las heridas o secuelas son permanentes. En México la Conquista sigue siendo una herida abierta. ¿Es posible reparar la memoria histórica de esos eventos de hace 500 años?

No estoy seguro de que sea mi lugar como no mexicano expresar opiniones sobre cómo México puede llegar a un acuerdo con su propia historia. Lo que sí puedo decir es que es importante que los extranjeros estudien la historia de México, así como los no británicos deben estudiar a Gran Bretaña, pero no sé qué es lo que México debe hacer hoy. Aparte de eso, quisiera hacer una observación: es importante no tomar partido ni culpar a una persona o a un grupo, ya sean los españoles, los aztecas, los mexicas, los tlaxcaltecas, porque el juego de la culpa es una barrera, es como la guerra, y creo que, por definición, la guerra es el problema. En la guerra personas de todas las culturas y las razas hacen cosas terribles, es como una bestia que debe ser enfrentada, entendida y detenida, no debe volver a suceder. Creo que cuando se juega el juego de la culpa no ayuda mucho. El presidente de México dice que España debe pedir disculpas y los políticos españoles dicen que no, que no les corresponde, que fueron otros, y la gente se pregunta entonces de quién es la culpa. Preguntas si es posible reparar la memoria histórica. Si juegas este juego de la culpa, no es posible. Es muy importante no caer en eso.

 

 

Algo que usted destaca para describir la personalidad de Moctezuma es su zoológico. ¿Qué nos dice este espacio de él?

Creo que tengo razón al describir al emperador como un gran coleccionista, como maestro-guardián del zoológico de su mundo. Esto nos permite explicar a Moctezuma como coleccionista, explica sus reacciones a la invasión española, pero es una teoría y, sin duda, se debatirá.

 

 

Llama la atención la idea de que el emperador quería atraer a los españoles para su colección.

Esa parte de la idea me encanta, aunque puede ser fácilmente tomado como una exageración. No estoy diciendo que Moctezuma estaba imaginando o pensando que los españoles eran animales. Había personajes, hombres y mujeres en su zoológico, esto debe entenderse no sólo como una colección de animales, pues era más que eso. Consistía en todas sus colecciones, objetos diversos de todas partes del mundo Mesoamericano: animales, plantas, culturas, ideas y más. Tenemos que pensar que sus colecciones eran una unicidad en el centro de Tenochtitlán y creo que para Moctezuma los españoles fueron fascinantes, personajes muy interesantes.

Representación del zoológico de Moctezuma en el Códice Florentino.

 

 

Hernán Cortés, dice usted, se ha visto más como un personaje mítico que como personaje histórico. ¿Qué falta por conocer de él?

El problema no es que no lo conozcamos. El problema es que nos preocupamos demasiado por él y mucho de lo que sabemos son leyendas, exageraciones o distorsiones. Me parece que el hombre verdadero era simplemente menos interesante, menos talentoso y poderoso. Uno de los problemas de mi libro, y aquí estoy admitiendo una contradicción, es que digo que tenemos que ver toda la Conquista sin Cortés en la trama, pero aparece en casi cada página de mi libro, incluso en el título, entonces sí, es una contradicción, pero que se da precisamente por la importancia que se le ha dado en esta historia.

 

 

Al final no se puede soslayar su presencia en la narrativa….

Sí, es un personaje, una leyenda que está en todas partes, en cada esquina del cuarto y es muy difícil ver la historia sin él, pero creo que lo que tenemos que hacer es ver esta historia sin él, y posiblemente sin Moctezuma. Creo que hay una etapa siguiente que sería tratar de ver toda la historia de la Conquista sin Cortés, sin Moctezuma, sin Malinche, sin todos esos personajes famosos, para darle más atención a las otras personas que participaron en esa historia y que tuvieron un rol importante. Las decisiones no fueron tomadas sólo por Cortés o Moctezuma. Hubieron muchos otros, indígenas, nobles nahuas, como Ixtlilxóchitl de Texcoco, los esclavos taínos; los acompañantes de los españoles son invisibles, pero fueron importantes, hicieron posible la invasión, sin ellos los conquistadores hubieran muerto.

 

 

Falta ver entonces esas microhistorias dentro del relato que conocemos.

Sí, y el problema no es que no esté estudiado, hay historiadores que lo han hecho; en México hay muchos trabajos, libros, artículos, sobre el tema, el problema es que en la “gran Historia”, la más visible, la que la gente conoce, la de las películas, la que se da en las escuelas, esa historia sigue siendo, más o menos, la de la narrativa tradicional de los conquistadores. Creo que es un problema no tanto de México, en las escuelas allá se habla del tema a un nivel más sofisticado, entienden los problemas, pero fuera de ahí, la gente en el extranjero cree que conoce lo que pasó en México en el siglo XVI, pero no, lo que conocen es la narrativa de Bernal Díaz del Castillo y la de Cortés mismo, la que hizo López de Gómora, que es donde se encuentra la leyenda del conquistador, la rendición de Moctezuma.

Moctezuma representado en el Códice Tovar.

 

 

Para esta investigación usted echó mano de diversos materiales, no sólo históricos, también representaciones pictóricas, poesía, obras de teatro y ópera ¿Cómo fue reunir todo este material?

Cuando empecé el proyecto sabía que no tenía nada nuevo para decir, que no valía la pena escribirlo, que ya estaba bien estudiado, y lo que cambió mi idea fue el descubrimiento de un montón de otras fuentes, las óperas, las bellas artes, la poesía, que los historiadores no estudian ni mencionan. Hay medio siglo de óperas, como la de Vivaldi, y aunque hay estudios musicológicos, no se ha abordado desde el tema de la Conquista, eso fue para mí la chispa que me dio la idea. Pensé que ahí había una nueva manera de abordar el tema, sin ser un libro más sobre lo mismo.

 

 

Los hallazgos en Templo Mayor también son otra fuente importante porque ofrecen nuevas interpretaciones, como el caso del Tzompantli.

Esa es una idea que a la gente no le gusta mucho, mi argumento de que no necesariamente tenemos que usar la palabra sacrificio humano porque creo que no había mucho de eso, sino que eran ejecuciones político-religiosas, no más o menos de lo que hacían los españoles durante la Inquisición. Si digo que Moctezuma fue un gran coleccionista es una excelente idea, si digo que Cortés fue un personaje interesante también, pero si digo que los aztecas no estaban obsesionados con el sacrificio humano, la gente no está de acuerdo, que sí lo estaban, que hay que ver el tzompantli y la cantidad de cráneos que se han encontrado. Es un debate que continúa y espero que esta obsesión de ver a los aztecas como sacrificadores y caníbales, porque todavía se piensa que lo fueron, cambie pronto; ojalá que toda esta atención y debate sobre la Conquista produzca un cambio en la forma en que los aztecas son vistos.

 

 

FOTO: El encuentro de Cortés y Moctezuma, óleo sobre lienzo del siglo XVII. /Colección Kislak

« »