Umbral Danza Contemporánea: 30 años de discrepancia artística

Nov 16 • Escenarios, Miradas • 5487 Views • No hay comentarios en Umbral Danza Contemporánea: 30 años de discrepancia artística

/

Umbral Danza Contemporánea cumple un aniversario más con un festival que conjuga la disciplina dancística con su vocación de servicio a la comunidad

/

POR JUAN HERNÁNDEZ

Pocas compañías de danza en México dedican parte de su labor a atender a sectores invisibilizados, marginados e ignorados por las políticas públicas en relación con la cultura. En este contexto, resulta excepcional el trabajo creativo que, desde hace 30 años, realiza Umbral Danza Contemporánea, dirigida por Cristóbal Ocaña.

 

La compañía de Ocaña no sólo ha realizado obras que enriquecen el repertorio coreográfico nacional, también a generado iniciativas artísticas y culturales que tienen fuerte impacto entre la comunidad indígena maya de Yucatán, personas víctimas de abuso sexual, menores afectados por el VIH (virus causante del Sida) y personas de la tercera edad, entre otro sectores vulnerables.

 

Resulta difícil ser exhaustivo en la tarea de dar fe de tres décadas del trabajo artístico, con vocación de servicio a la comunidad, realizado por Umbral Danza Contemporánea. Compañía a la que conocimos desde su fundación en 1989 y que luego tuvimos oportunidad de ver atestiguar su desarrollo artístico, durante las presentaciones que hizo en el legendario Festival Internacional de Danza Contemporánea de San Luis Potosí (hoy con el nombre de su fundadora Lila López), luego en la Ciudad de México y, finalmente, en Yucatán, en donde estableció su sede.

 

Lejos de las líneas dictadas por las instituciones culturales del Estado mexicano, Umbral ha logrado mantener su independencia creativa, que se apoya de manera determinante en la fuerte relación que consigue establecer con las comunidades a las que atiende. Los pobladores de los municipios y las comisarías de Yucatán ofrecen casa, comida y colaboran en la logística de la realización de las iniciativas artísticas y culturales que Cristóbal Ocaña promueve y lleva a cabo pese a todos los obstáculos.

 

Tres décadas de trabajo se alcanzan con pasión, vocación y, sobre todo, con la necesidad de posicionarse frente a lo que ocurre en el mundo, en este caso desde el arte de la escena. Así ha ocurrido con las obras de Umbral Danza Contemporánea en los teatros o en la intervención de espacios como el Convento de San Antonio de Padua, en Izamal; o de la zona arqueológica de Dzibilchaltún, por mencionar algunos.

 

En estos espacios la agrupación se ha presentado con bailarines mayas, quienes consiguen una expresión escénica única, en tanto buscan hacer de la figuración coreográfica una manifestación de su manera ancestral de entender el mundo, al tiempo que retoman en su cuerpo el tipo de movimiento de la fauna que habita en su ecosistema.

 

Umbral consiguió abrir plataformas como el Festival Internacional Avant-Garde, amadrinado por la legendaria Lila López (q.p.d), en el que participaron varias de las compañías del mainstream de la danza mexicana. En el festival abrió espacio para la reflexión en relación con la creación dancística, en el entendido de que la danza también se piensa, se escribe y se lee.

 

Recientemente llevó a cabo el XII Festival Internacional de Danza Llanera, en Maxcanu, Yucatán, así como en algunas comisarías del municipio, que prestó el apoyo para la realización de este magno suceso dancístico, en el que participaron alrededor de cien bailarines, de grupos de danza tradicional de Baja California, Coahuila (de Saltillo y de San Pedro), Guanajuato, Veracruz y Chiapas.

 

Un festival en el que la danza tradicional se asume no como un espectáculo, sino como parte de los rituales realizados en las comunidades. De ahí que la experiencia resulte aún más enriquecedora.

 

Por otro lado, en los concursos Umbral América Danza y Campeón de Campeones, en los que participan cientos de bailarines, en distintas categorías, la compañía de Ocaña convoca a los pobladores de los municipios de Yucatán, interesados en expresarse a través del movimiento. De estos concursos se extraen talentos de cualidades excepcionales, quienes reciben becas para tomar clases y hacer un circuito cultural en la la ciudad de Nueva York.

 

Umbral Danza Contemporánea ha permitido también que las personas de la tercera edad tengan el escenario para manifestarse a través de sus cuerpos. El festival de la Edad de Oro es un suceso de excepción, en el que la experiencia de vida toma la forma del danzón, el cha-cha-cha, el charleston o los bailes del folclor nacional.

 

Para celebrar los 30 años de Umbral Danza Contemporánea, se estrenó Santuario, de Cristóbal Ocaña, con la interpretación de María de los Ángeles Ocaña, iluminación y escenografía de Juan arlos Moreno, vestuario de Dolores Acosta y maquillaje de Yarmi May Chi, en el Comunity Hands de la Iglesia de San Jerónimo, en el Bronx, con la presencia de la comunidad de habla hispana, que emigró a la ciudad de Nueva York.

 

Resulta imposible dejar constancia de todas las actividades que Umbral Danza Contemporánea ha realizado en 30 años de existencia. La vocación y la constancia de esta agrupación artística, con vocación por la gestión cultural independiente, no puede ignorarse, pues representa una fuerza discursiva discrepante en el complejo poliedro de la escena nacional.

 

 

FOTO: Participantes de uno de los recientes concursos organizados por Umbral Danza Contemporánea./ Especial

« »