El rap femenino, poesía subversiva

Jul 19 • destacamos, principales, Reflexiones • 8983 Views • No hay comentarios en El rap femenino, poesía subversiva

 

POR DANIELA VILLEGAS

 

 

Qué belleza la que tú presentas bajo de ese traje,

¡qué belleza mujer! pero ¡que sea más tu coraje! ¡no dejes que nadie te pise! ¡que no te manden! que lo mejor de ti, no lo oculte el maquillaje…

Mare Advertencia Lirika, ¡Qué mujer!

 

 

“El día que subimos el pre flyer me volví loca, en menos de 10 minutos, ya tenía 30 solicitudes de chavas que pintaban”, exclama sorprendida Nancy Vidal, mejor conocida en la escena del graffiti como Sra DMente, al recordar la convocatoria al primer festival femenino urbano, Feminem 2013, en Xalapa Veracruz, del cual fue impulsora y principal organizadora.

 

Chicas de todos los puntos de la república se dieron cita en aquel primer evento que logró reunir a talento femenino del rap y el graffiti underground, lo que daría pie a un segundo encuentro en octubre en Querétaro y próximamente un tercer Feminemcon sede en Ciudad Juárez, Chihuahua, del 18 al 27 de julio del presente año, donde cuerpo, mujer, arte y frontera confluirán en distintas expresiones artísticas urbanas.

 

Lo que inició como una práctica autogestiva por abrir y difundir la cultura del hip hop por y para las mujeres en sus diferentes manifestaciones: el rap, el graffiti, el DJing y el breakdancing, ha ido creciendo con eventos como Chicas con Estilo en 2013 en Reynosa, Tamaulipas, y el más reciente organizado por la marca de ropa Respeto, el Femenil Rapfest que se llevó a cabo el pasado 11 de mayo en la Ciudad de México en el Club Atlántico.

 

Mare Advertencia Lirika de Oaxaca; Nefftys de Sonora; Malva de Azufre Squad de Saltillo; Nehyra de Aguascalientes; Aps de Querétaro; Dragon Fly de Ecatepec, Estado de México; Yocko Mc + Linna La Dama de la Rima que son el dúo Reynas Aztecas del Estado de México, entre otras raperas, compartieron tarima y micrófono en un ambiente de sororidad, una hermandad de mujeres, fuera de la lucha de egos que suele caracterizar al hip hop masculino comercial.

 

“Bien, bien, bien, bien, súbele tantito al micro porfa…”, pide al iniciar su presentación, Mare Advertencia Lirika, una de las voces femeninas más conocidas dentro del circuito del rap actual, ante un nutrido grupo de seguidor@s. Inicia con Mi vida, mi cuerpo, mis decisiones, una canción de su último disco Experimental Prole (2013).

 

“El ser mujer es una bendición o al menos eso nos contaron. Esta es mi vida, mi cuerpo mis decisiones, ya basta que pretendas controlar mis acciones, no es suficiente la violencia que soporto a diario, y todavía reprimes mi vagina y mi ovarios”. Con letras sobre asuntos que van desde la despenalización del aborto, la autonomía femenina, el rechazo a la violencia del Estado patriarcal y la reivindicación de las mujeres como sujetas y no objetos de consumo, Mare invita a cuestionar los estereotipos de género, indignarse por las injusticias sociales y crear lazos de colectividad por encima de la individualidad que el sistema neoliberal promueve.

 

La poesía y la protesta social nunca habían confluido con tal compromiso y fluidez como en las letras de Mare. Con poco más de diez años rapeando, la joven originaria del estado de Oaxaca y de raíces zapotecas se ha caracterizado por letras combativas que ponen en alto las luchas de las mujeres, al atacar el poder patriarcal que las subyuga.

 

Con una tonalidad incendiaria llena de dignidad Mare materializa en sus letras la rabia volcánica y organizada contra las injusticias y su deseo por construir redes de apoyo con sus hermanas, las mujeres. Pero no sólo en sus rimas busca generar conciencia social y denunciar la violencia contra los grupos más marginados (mujeres, migrantes, indígenas), también a través del activismo en el que participa con sus talleres Hip hop no es violencia, donde busca rescatar y reivindicar las raíces políticas de la cultura del hip hop como alternativa a la criminalidad e injusticias, así como en su participación en movilizaciones sociales a favor de la justicia.

 

Su música la ha llevado a visitar gran parte de Oaxaca, alrededor de 15 estados de la república mexicana, varias regiones de Estados Unidos y Guatemala, dando a conocer su material discográfico compuesto por 3 Reinas, el demo Mujer Maíz y Así es esto, estos en colectivo y ¡Qué mujer! su primer material como solista y el más reciente Experimental Prole.

 

Mare participó en el documental Cuando una mujer avanza (2012) de Manovuelta, narrando su incursión en la cultura del hip hop, su posicionamiento político comprometido desde su ser mujer joven y de origen zapoteca y su apuesta por un mundo en que se creen lazos de comunidad: “cuando comencé en el rap la idea no era sólo hacerlo para mí, de no clavarse en el yo individual sino de volver a esa comunalidad, recordar que no eres tú solo, eres tú con el mundo, eres tú con la naturaleza, eres tú con la comunidad y empezar a tener la responsabilidad de hablar por ellos y no sólo por mí”.

 

Justo es ese deseo por construir comunidad el que ha llevado a que Mare Advertencia Lirika haga alianzas con otras mujeres dentro de la escena del rap en canciones como Somos fuerza en que participa junto con Obeja Negra de Batallones Femeninos de Ciudad Juárez; Malva de Saltillo y Aps de Querétaro, quienes rapearon en el Femenil Rapfest, salvo Obeja Negra.

 

“Yeahh, yeahh, ohhh, ohhh, proyectando cuatro estados, la Advertencia Lirika detona ideales, mujeres progresando, Oaxaca suena junto con Ciudad Juárez, Saltillo está en la casa, representan a QRO, levanta el puño esta tu alerta, los tiros se reparten es unión dando la fuerza, Obeja Negra, Mare, Malva, Aps, sonando somos dos somos fuerza, somos vida, libertad obras plasmadas y letra más que una alerta…”

 

“…Nací mujer en un mundo de machitos, nací poeta y ahora voy gritando hip hop contra la violencia de Estado y en mi estado fuerza y unión en mi canto lo declaro”.

 

Si el hip hop surgió como una manifestación contracultural de protesta y reivindicación en contra de la exclusión de los jóvenes afroamericanos marginados en Estados Unidos, este estilo musical seguro es un buen instrumento para que las mujeres puedan alzar la voz y reunir fuerzas.

 

De la famosa fiesta del 11 de agosto de 1973 en el 1520 de la Avenida Sedgwick del Bronx en Nueva York, que dio origen a la cultura del hip hop con Dj Kool Herc, considerado el padre del hip hop, es importante indicar que esta no habría sido posible sin Cindy Campbell, hermana de Dj Kool Herc, puesto que ella tuvo la visión para organizar una fiesta de regreso a clases que se convertiría en emblemática para la creación de todo un nuevo estilo musical y un fenómeno cultural desde las márgenes.

 

Esto la convierte en la primera promotora de esta cultura urbana. Sin embargo, pese a su participación directa en la construcción y divulgación del hip hop, ser una b-girl y escritora de graffiti en ese entonces, se ha invisibilizado su presencia y el de otras mujeres en la historia del hip hop; por ello es importante reivindicar la labor de las mujeres en esta cultura, como lo hacen muchas raperas hoy en día.

 

Las primeros raperas surgieron dentro de una expresión cultural que fue dominada por hombres y se llevó a cabo en un espacio urbano marginal; por ende, la aparición de las mujeres en esta escena significó una forma de empoderamiento femenino y un desafío a la dominación masculina.

 

Cheryl L. Keyes, etnomusicóloga y autora de Rap Music and Street Consciousness, sostiene que las raperas, a través de las letras y el pararse en la tarima, “refutan, deconstruyen y reconstruyen visiones alternativas de su identidad”.

 

El rap femenino que busca concientizar sobre el papel de las mujeres en la sociedad se centra en la denuncia de las violaciones a los derechos de las mujeres y en promover su ciudadanía a través de la palabra escrita y su posicionamiento dentro del espacio público así como demostrar la necesidad de que las mujeres se apoyen entre sí.

 

“…Uno, dos, uno, dos, tres, súbele al microphone, aquí, vamos a hacer un check yiyiyi, ¿cómo está la gente esta tarde?…” saluda Nefftys antes de cantar a capela y ser aclamada por la audiencia.

 

Con cuatro discos en su haber (Merodeando en la acera, 2009; Más raíces que frutos, 2010; La nube me sigue, 2012 y En el torbellino, 2013), Priscila Rodríguez, originaria de Nogales, Arizona, pero criada en Sonora, utiliza como pseudónimo el nombre de la diosa egipcia del inframundo sobre el escenario.

 

Nefftys se ha labrado una carrera muy prolífica desde hace siete años, escribiendo sobre sus vivencias personales, sus realidades. “Últimamente he estado haciendo cosas más conscientes también porque yo me he dado cuenta de otras cosas, mi hip hop es más humanista”, como demuestra en su canción Al Alcance de Todos con la rapera Afromega: “¿Qué es lo que yo puedo hacer, para cambiar al mundo? Es difícil creer, que de mi esfuerzo ¡saldrán frutos! Que entre tantos de muchos millones, llenos de desilusiones, ya no sepa donde ni a, ¡qué dirección iba!”.

 

Entre gritos de ¡¡Ruido, ruido, ruido!! y ovaciones por parte de Malhecho Malacría, organizador del evento Femenil RapFest, las rimas siguen fluyendo con determinación y habilidad, las raperas van desde el freestyle hasta el estilo más hard, como el que Nehyra y Dragon Fly representan.

 

“Yo hago rap para damas que saben tomar el micro”, sentencia Nehyra, logrando conectar desde la primera rima con un público que muy probablemente sea la primera vez que la ve en vivo, pero que ha sido conquistado ipso facto por la vitalidad y determinación que emana de la rapera de Aguascalientes.

 

Dragon Fly también entona con agresividad y elocuencia sus ideas demostrando que cuenta con la suficiente fuerza para destrozar el micro. “Quiero marcar una diferencia de que el rap no es sólo para varones, sino que también es para mujeres, los varones tienen huevos literal pero las mujeres también tenemos ovarios y tenemos demasiada capacidad dentro del rap”.

 

La lucha de poderes de ego se eclipsa cuando las raperas del circuito underground se suben a la tarima y entonan rimas en el micrófono, dejando la competencia de un lado. En una constante construcción de sororidad, las raperas buscan reconocerse las unas en las otras estableciendo espacios de apoyo mutuo.

 

Si, como dijera la rapera francochilena Ana Tijoux, el hip hop “es la música y la voz de la gente que no tiene voz”, en definitiva las raperas nacionales que participan en los circuitos autogestivos y underground no sólo se convierten en sujetas políticas al ejercer el derecho a la palabra y hacerla suya al compás de los beats a través de letras inteligentes, críticas y apasionadas sino que también adquieren la responsabilidad de hablar y representar a los grupos marginales a cuyos grupos pertenecen, como dijera Mare en el documental Cuando una mujer avanza.

 

Las jóvenes raperas están construyendo un nuevo tipo de subjetividad ciudadana en comunidad al organizarse autogestivamente para crear sus eventos y utilizar sus canciones como armas de lucha contra el sexismo, la violencia del Estado y la apabullante comercialización de las prácticas culturales juveniles, así como demostrar que el apoyo entre mujeres es posible, a través del respeto, la unión y el compromiso social en el espacio público.

 

Hilando rimas, hilando historias, las jóvenes raperas se permiten ser irreverentes desde lo marginal encontrando su propia voz y luchando codo a codo día con día creativamente.

 

*Fotografía: El Femenil Rapfest se llevó a cabo en la ciudad de México el 11 de mayo./ FEDERICO GAMA

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