Aire de octubre
POR ANTONIO RIESTRA
Aire de octubre levanta la pollera donde el enigma del mundo había sido escondido.
Gramos de verdosa transparencia pulen sus ecos en frase eléctrica
que da al pensamiento un sentir de plata.
Al otro lado, esperas. Y desde los terrenos invernales te has desvelado, amorosa,
como la palabra que saluda formando la palabra durazno.
Cuánto sabor. Cuánta limalla cruzando el oro de las agujas, violenta ráfaga que no daña,
te moja por dentro nomás.
Ahora definitivo es tu ir y venir entre corazones
(reconózcase la estatura fundida en mercurio de las tardes quietecitas).
Ay, ¿qué voy a hacer contigo, con tu ligereza de fruta?,
¿qué con el aserto?
Estréllame grano de sal sobre tus aguas,
devuélveme a ti, donde pertenezco. Camíname: yo sé que tú, aun en calamidades,
ya lo he dicho, no andas con paso triste.
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