El amor distante, una ópera poética

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Esta obra de la finlandesa Kaija Saariaho es una aventura que, con una intensidad sincera y sensible, busca expandir las texturas sonoras de este género musical

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POR IVÁN MARTÍNEZ

Con mi solidaridad a los músicos de esta orquesta ante el desdén de las autoridades

 

Hace tiempo en alguna entrevista, me preguntaron si la ópera era espacio propicio para ser “actualizado, modificado o transgredido”. Fue a propósito de una serie sobre ópera contemporánea y recuerdo que había surgido por una ópera del compositor Rogelio Sosa (el entrevistador) para la que, en su reseña para este mismo espacio, había sugerido yo emplear una nueva definición, buscar una forma de llamarle al nuevo género al que estaba recurriendo Sosa para expresarse. No estaba en contra de su obra, recuerdo disfrutarla, pero el contexto de su estreno me daba ideas para inscribirla en una nueva forma de teatro musical, nacida desde la plataforma en la que él mejor se ha desempeñado: la instalación sonora. Además, como he insistido sobre la “sinfonía” o el “oratorio”, la “ópera” me sigue pareciendo un género que como lo conocemos, es inagotable, y cité ejemplos de creadores actuales que siguen recurriendo a ella sin necesidad de “transgredirla”; verbo que encuentro violento e innecesario.

 

Uno de los ejemplos más claros de ello es L’amour de loin (El amor distante, 2000), de Kaija Saariaho (1952) que, estrenada el pasado domingo 31 de marzo y con función todavía hoy domingo 7 de abril, presenta la Compañía Nacional de Ópera en el Palacio de Bellas Artes. La plataforma es la forma clásica, ópera tradicional, e incluso la historia y su contenido dramatúrgico se ubican siglos atrás, pero el lenguaje es moderno y actual, el vehículo es la mirada sonora de la creadora a ese drama y se expresa a través, y principalmente, de la música.

 

A pesar de su visita a Morelia tres años atrás y de ser una de las compositoras vivas de mayor relevancia, a Saariaho se le ha escuchado poco en México. Su música la entiendo como un expresionismo que se representa a través de los colores: “es ante todo, una incomparable creadora de timbres y texturas”, dice la nota que acompaña el programa de mano. Además de ese granulado exquisito que existe en su entramado instrumental, pareciera que se entiende siempre desde el canto; no que toda su música sea vocal, sino que incluso aquella escrita para otros instrumentos tiene una naturalidad cantábile muy particular. “Es inconsciente, pero hay mucho de razón y sí deben estar más emparentadas de lo que parece”, recuerdo que me dijo al hablar de la diferente naturaleza de sus óperas y la de su música para alientos.

 

La narración literaria (libreto en francés de Amin Maalouf) y musical de El amor distante es poética pura. Y de una intensidad sincera y sensible. Básicamente, cuenta la leyenda del trovador Jaufré Rudel, interpretado aquí por el barítono Jaako Kortekangas, quien imagina a “una amada lejana e idealizada”; un peregrino, la mezzosoprano Carla López-Speziale, quien le informa que “esa mujer ideal en verdad existe”; y la Condesa de Trípoli Clemence, la soprano Agnieszka Slawinska, quien oyendo de la devoción del poeta, “comienza a soñar con él”. Un amor de lejos que concluye al encuentro real de los enamorados, con el mensajero de por medio.

 

Tres personajes que si bien han sido cantados con cierta fluidez, no han corrido con voces lo suficientemente presentes para destacarse por encima de la propia partitura o de la propuesta escénica en sí, encargada al director Mauricio García Lozano y que ha sido enmarcada por la escenografía de Jorge Ballina iluminada a su vez por Víctor Zapatero: “líneas de luz, proyecciones, pliegues, horizontes y una serie de juegos que corresponden con las distancias reales e imaginarias de ese amor de lejos”, en un entramado que “se mueve para enmarcar y abrazar a los enamorados” y que potencia la poesía de esta ópera con movimientos que “desplazan, se alejan, se acercan y amplían la mirada y la perspectiva” (la descripción es de mi compañera Sonia Sierra para El Universal).

 

En el foso, la responsable de lo musical ha sido la batuta de José Areán. Se tiende a pensar que esta música, la contemporánea, funciona por sí sola, al hacer palpable la búsqueda sonora, la paleta de recursos de cada compositor. Se equivocan los intérpretes que piensan así: “batutear”, marcar compases o hacerla sonar no es suficiente. Falta la “carne”, intensidad, contenido, búsqueda: leerla y no sólo pronunciarla. De lo contrario, nos encontramos como en esta ocasión con una lectura que no es sólo cautelosa, sino sosa, como si la dicción de un actor fuese suficiente para entender la profundidad de un texto.

 

El amor distante de Bellas Artes ha funcionado porque la música es suficientemente bella para trascender el trabajo de Areán, y porque se ha enmarcado en un trabajo exquisito y sensible de la triada García Lozano-Ballina-Zapatero, pero podía haberse perdido.

 

Afortunadamente también, en la orquesta ha estado un espléndido cuarteto de primeras maderas: la oboísta Francesca Ettlin, el clarinetista Jahaziel Becerril, el fagotista David Ball y sobre todo el flautista Aníbal Robles (conmovedor, todo su primer acto), para con toda musicalidad hacer presentes esos pasajes de maderas que tanto material aportan a esta partitura.

 

 

Romeo y Julieta

Romeo y Julieta Teatro

Un trabajo menos “poético” y más “visceral”, el mismo García Lozano presenta actualmente en el Teatro Milán su lectura, juvenil, explosiva y desgarradora, a la tragedia romántica por antonomasia.

 

 

Saariaho/Koh

Portada del disco Saariaho x Koh

La brillante violinista Jennifer Koh, presenta en esta breve colección de obras para violín un panorama amplio de la obra de Kaija Saariaho: tanto música de cámara –duos y tríos- como el concierto Graal Thèâtre.

 

 

Viaje de invierno: Ian Bostridge

Ya está disponible en español Viaje de invierno. Anatomía de una obsesión, del tenor Ian Bostridge, el nada común libro que indaga el laberinto que es esta obra con rigor musicológico y desde la experiencia propia.

 

 

FOTO: El escritor francés Amin Maalouf fue el encargado del libreto de El amor distante. / Fabián Cruz / INBAL

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