Barro Rojo: creatividad, persistencia y riesgo en la danza 

Dic 5 • Escenarios, Miradas • 4427 Views • No hay comentarios en Barro Rojo: creatividad, persistencia y riesgo en la danza 

POR JUAN HERNÁNDEZ

 

Resulta impresionante que Barro Rojo Arte Escénico, compañía con 33 años de vida artística, encuentre la manera de evolucionar y no engolosinarse con hallazgos y fórmulas probadas. Digo esto porque he sido testigo de varias épocas creativas de la agrupación y podido constatar el empeño que ha puesto en mantenerse como una organización dancística dinámica, cuyo quehacer es absolutamente pertinente en el campo del arte coreográfico de México.

 

Dirigida por Laura Rocha, la compañía mexicana tiene su sede en un espacio conocido como Tiempo Nuevo, perteneciente a la Delegación Tlalpan. Ese lugar ha sido prácticamente levantado de la ruina y dignificado con la actividad artística de la agrupación. Es así como Barro Rojo ratifica la vocación que le ha dado razón de ser: el servicio a la comunidad y, en particular, a los sectores más vulnerables de la sociedad.

 

Si bien la agrupación dancística forma parte del mainstream del quehacer coreográfico nacional y goza de apoyos del Estado para su operación, se trata de una compañía de características poco usuales entre los colectivos dedicados al arte escénico en el país. Y es que tanto su carácter organizativo como las obras que produce reflejan el interés de un país ávido de hábitos democráticos.

 

Es por eso que Barro Rojo no se ha volcado en la atención de la élite cultural y social del país, sino que ha preferido estar en los barrios y lugares marginales, hablando de tú a las personas de a pie, a quienes les da voz con sus obras.

 

La compañía ha logrado que funcionarios de la Delegación Tlalpan, en diferentes periodos, respeten su labor y la consideren sustancial para el desarrollo de la comunidad. En Tiempo Nuevo, en la parte alta de la demarcación, los integrantes del colectivo artístico realizan trabajo administrativo, se entrenan, dan clases a futuros bailarines y crean obras para enriquecer el panorama coreográfico nacional.

 

¿Por qué es peculiar la actitud ética de la compañía? Porque Barro Rojo no busca los lugares aterciopelados, ni la comodidad de las estructuras que ya están consolidadas; por el contrario, pone todo su empeño en hacer de su danza una expresión pertinente y de interés sobre el mundo contemporáneo.

 

La agrupación se lanza a la aventura: busca llegar al público menos atendido de la sociedad, sus obras coreográficas renuncian al lenguaje de moda (a lo bonito) para arriesgarse con formas y temas que ofrecen voz a los más vulnerables y, además, asume la responsabilidad de formar nuevos bailarines —libres de los corsés estilísticos académicos que, en ocasiones, mutilan el áurea creativa nata de los artistas—; y ofrece facilidades a coreógrafos noveles, quienes se sirven de la infraestructura que a la compañía le ha tomado 33 años consolidar.

 

Esto, como decía, no es usual en compañías estables. La mayoría de ellas deciden proteger lo ganado. La agrupación dirigida por Laura Rocha, con el apoyo creativo de Francisco Illescas, por lo contrario, opta por la incertidumbre, la inseguridad y el riesgo; se mantiene firme en su convicción, sin importar que esto pudiera representar “fracaso”.

 

La agrupación cerró 2015 con actividad intensa. Presentó el programa “Perspectivas”, en el Salón de Danza de la UNAM, el 24, 25 y 26, con obras de Miguel Gamero, al cual Barro Rojo le ha abierto las puertas para su formación en la coreografía: Trinidad y Violeta dan cuenta de un creador escénico que conoce el valor simbólico del cuerpo en movimiento, y reflejan una sólida visión de la composición.

 

El programa estuvo integrado también por la obra Errante, del veterano Francisco Illescas, quien de manera humilde renuncia a trabajar con el elenco titular de la compañía y asume el riesgo de hacerlo con el “Elenco B”, es decir, los intérpretes en formación, quienes derrochan pasión, energía y arrojo técnico, pero aún carecen de suficiente experiencia en la vida y la escena. No obstante, el coreógrafo los lleva a explorar sus límites con una obra en la que aborda la falta de esperanza y oportunidades para los adolescentes, quienes se enfrentan a un mundo violento y desalmado.

 

Barro Rojo Arte Escénico se presentó también en el Teatro de la Ciudad el 1 de diciembre, con obras de Gamero e Illescas, y Cartas de otoño, de Laura Rocha; así como el 2, 3 y 4 de este mes en el Foro El Camino, recién inaugurado en Tiempo Nuevo, espacio alternativo para la danza profesional y experimental.

 

No podemos dejar de mencionar, por otro lado, que la compañía auspició, junto con InFluir Ediciones, a cargo de Fabián Guerrero, el libro Barro Rojo: El camino, en el cual se publican fotografías de Jorge Izquierdo, quien documenta, con imágenes conmovedoras, la gira que la compañía realizó por El Salvador, en 1988, en época de guerra. El tomo fue presentado en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes, el 28 de noviembre, junto con Coyote del olvido: 40 años de un anhelo, libro del coreógrafo Arturo Garrido, quien conmemora cuatro décadas de vida en la danza.

 

Intensa vida creativa la de Barro Rojo Arte Escénico en este 2015. Enhorabuena.

 

 

*FOTO: Barro Rojo Arte Escénico se presentó el 24, 25 y 26 de noviembre en el Teatro de la Danza de la UNAM; en el Teatro de la Ciudad, el 1 de diciembre, y en el Foro El Camino 2, 3 y 4 de este mes/ Emilio Sabín.

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