“Como decía Newton”, tiranía de lo formal en la danza

Oct 12 • Escenarios • 6606 Views • No hay comentarios en “Como decía Newton”, tiranía de lo formal en la danza

POR JUAN HERNÁNDEZ

 

Como decía Newton, de Stephanie García, con la compañía Sur Oeste Arte Escénico, es una coreografía que se aparta de la grandilocuencia para construir un discurso humorístico, irónico, burlesco y esencial sobre los arquetipos relativos a las relaciones amorosas o, mejor, afectuosas.

 

El punto de vista de la obra es severa en relación con los modelos que la educación sentimental tradicional inserta en la estructura emocional de, en este caso, las mujeres: quienes se sueñan con príncipes y se pelean al macho alfa, en un afán por conseguir las metas a las que han sido, en apariencia, predestinadas.

 

Sin embargo, el discurso no revela aristas novedosas en torno a esa crítica que ya se ha hecho en otras oportunidades sobre la manera en que los seres humanos nos relacionamos sentimentalmente. En esta coreografía se reitera el discurso pero no se trasciende a partir de una exploración profunda de la condición humana.

 

Esa es la objeción, no menor, a la propuesta de García, coreógrafa joven que, por otro lado, llama la atención por su capacidad para componer con una limpieza formal excepcional. En ese sentido, se agradece la corrección en la composición coreográfica, que permite a la obra desarrollarse sin tropiezos.

 

Una vez establecido el punto de vista sobre el ser humano y su manera de relacionarse sentimentalmente —el cual no causa mayor sorpresa—, la obra encuentra sus mejores atributos en la formalidad a la que me referí en el párrafo anterior. Es decir, en el tejido fino de los elementos escénicos: música, iluminación, vestuario, utilería, la palabra poética y, sobre todo, la interpretación, esa sí virtuosa de las bailarinas.

 

Cada objeto en escena adquiere una dimensión simbólica, la iluminación se vuelve atmósfera y dota de color a las imágenes, mientras que la poesía en voz grabada de Mario Benedetti recupera su característica musical; y el ritmo y la musicalidad de la poesía da vida a la danza.

 

Por otro lado, en Como decía Newton resalta la relación que establece la coreógrafa entre las leyes de la mecánica del científico inglés y la experimentación del movimiento del cuerpo como lenguaje dancístico. Ahí es donde encontramos la aportación principal de esta propuesta coreográfica.

 

El código de movimiento se establece a partir de las premisas de Newton en relación con la mecánica de los objetos y, en este caso, de los cuerpos, los cuales se afectan a partir del ejercicio de una fuerza y de fuerzas contrarias entre dos entidades a velocidades relativamente bajas.

 

Los cuerpos de las bailarinas se relacionan de manera consciente para buscar en sus dinámicas corporales el sentido de las leyes de la mecánica de Newton. La presencia del actor Hugo Martínez es simbólicamente la fuerza que se aplica a los cuerpos inertes, a los que afecta en sus movimientos ya sea para acelerarlos o detenerlos.

 

Y en otro sentido, dentro de la poética de la obra, el actor con el rostro cubierto parece ser la conciencia que transforma sensiblemente el devenir de la coreografía, al convertirse en eje de la acción; mientras que las bailarinas se sumergen en el campo de lo simbólico para figurar en escena un discurso de movimiento de tensiones constantes tanto físicas como dramáticas.

 

Stephanie García, Lorena López Aguado y Daniela Rochín son intérpretes virtuosas, derrochan energía, conocen sus cuerpos y los llevan al límite en la búsqueda de la expresión suprema de la danza. Son la fuerza y la potencia del lenguaje que se manifiesta por medio de la creación coreográfica; cuerpos indispensables para encarnar el misterio del espíritu y de la condición humana.
Como decía Newton es una obra corta aún en la expresión del punto de vista sobre el mundo, pero intensa en su construcción formal e interpretativa. Disfrutable y gozosa a los ojos del espectador, la coreografía revela en Stephanie García a una artista de la danza con gran potencial creador.

 

*FOTOGRAFÍA:  La coreografía se aparta de la grandilocuencia para construir un discurso humorístico, irónico, burlesco y esencial sobre los arquetipos relativos a las relaciones amorosas o afectuosas/ GLORIA MINAURO/CORTESÍA COMPAÑÍA SUR OESTE

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