Danza butoh a la mexicana

Nov 8 • destacamos, Escenarios, Miradas, principales • 5130 Views • No hay comentarios en Danza butoh a la mexicana

 

POR JUAN HERNÁNDEZ

 

La obra Espejo negro, del maestro japonés de danza butoh Tadashi Endo (1947), con la compañía mexicana Laboratorio Escénico Danza Teatro Ritual, dirigida por Eugenia Vargas, es un experimento de ensamblaje de dos tradiciones y formas de asumir el fenómeno escénico.

 

Por un lado se advierte la fuerte tradición de la danza butoh y, por el otro, la formación occidental de las bailarinas, quienes asumieron el reto de concretar en escena tanto la propuesta del coreógrafo japonés, como sus propias necesidades expresivas, desde su identidad como mexicanas.

 

De acuerdo con la directora de la agrupación, Eugenia Vargas, la pieza se realizó a partir de una pregunta que Endo hizo a las participantes en el experimento: ¿qué es México? Luego vinieron las aportaciones tanto del maestro japonés —con el lenguaje profundo de movimiento cimentado en la danza butoh— y la experiencia de las bailarinas que viven la realidad mexicana de manera cotidiana.

 

La pieza manifiesta una debilidad al momento de amalgamar el bagaje de Tadashi Endo y el de las intérpretes. El resultado es un butoh a la mexicana que va de la tradición oriental a la occidental, tambaleante al momento de ofrecer unidad estilística en la propuesta artística.

 

A cargo de las intérpretes Malú Macareno, Aura Gómez Arreola, Ireli Vázquez y Eugenia Vargas, Espejo negro se ofrece como una pieza que busca manifestar, sobre todo, el horror, lo siniestro y lo perverso, producto de la exploración que realizan las bailarinas para responder a la pregunta: ¿qué es México? En la obra hay una exaltación de la barbarie, la violencia, la crueldad y la descomposición espiritual de la humanidad en la actualidad.

 

Hay una respuesta de las intérpretes, desde la expresión dancística, sobre el momento que México vive hoy. Su punto de vista convoca a una reflexión pertinente acerca de los acontecimientos que hacen del país un lugar de peligro, con una descomposición espiritual alarmante.

 

Sin embargo, encontramos debilidades en la ejecución técnica de la danza butoh, que en este caso dista mucho de la profundidad que alcanzan los bailarines japoneses dedicados a esta forma de expresión dancística.

 

Las bailarinas exploran la técnica, se mueven de manera lenta, con el cuerpo pintado de blanco —para enfatizar la gestualidad corpórea, la desnudez—, los ojos delineados, el cabello recogido y atravesado por dos palillos. La forma parece resuelta, no así la “actitud” requerida para entrar en un estado ascético, más allá del trance, en el que el movimiento del cuerpo es expresión pura y cuyo origen proviene de una intención poderosa de transformación de la materia.

 

En Espejo negro el butoh no llega a esos niveles de profundidad expresiva. La propuesta coreográfica de Tadashi Endo se permite concesiones estéticas innecesarias, para hacer obvio que la obra habla de México. De la danza butoh esencial se pasa a la interpretación de un danzón, que echa por la borda el esfuerzo inicial para conseguir el estado trascendente de la expresión corpórea.

 

Tadashi Endo nació en Japón, pero radica en Alemania. Es un bailarín que ha explorado la danza occidental y abrevó de la tradición del butoh, particularmente del maestro fundador de esta corriente artística, Kazuo Ohno. En México realizó una residencia artística del 30 de agosto al 11 de septiembre, tiempo en el que montó la obra Espejo negro, con la compañía Laboratorio Escénico Danza Teatro Ritual.

 

La danza butoh ha sido del interés, desde hace varias décadas, de creadores de la danza contemporánea mexicana, quienes han incorporado a su expresión el estudio de esta manifestación artística. Eugenia Vargas, directora del Laboratorio Escénico Danza Teatro Ritual, es una de las principales impulsoras del desarrollo de esta tradición creativa, que fue una de las vanguardias artísticas de los años sesenta, en el campo del arte del movimiento, en Japón.

 

Pese a las debilidades que encontramos en la obra Espejo negro, no deja de ser una pieza reveladora sobre las búsquedas de una compañía mexicana que intenta insertarse en el campo de esta expresión artística, estableciendo colaboraciones con creadores japoneses —entre ellos Natsu Nakajima—, pero manejando un discurso sobre el acontecer actual mexicano.

 

El esfuerzo de la compañía dirigida por Vargas se inserta dentro del campo de la experimentación, en la confluencia de tradiciones, culturas y modos de vida disímbolos. El resultado de su exploración es una obra de butoh a la mexicana.

 

La obra Espejo negro, de Tadashi Endo, con la compañía Laboratorio Escénico Danza Teatro Ritual, se presenta en el Teatro Benito Juárez de la ciudad de México, martes y miércoles a las 20 horas, hasta el 19 de noviembre.

 

* Fotografía: Espejo negro apuesta por la esencia de la danza butoh con acento mexicano / Sistema de Teatros de la Ciudad de México

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