Diálogos bailados

Mar 1 • Escenarios, Miradas • 2869 Views • No hay comentarios en Diálogos bailados

 

JUAN HERNÁNDEZ

 

La danza occidental representada por la compañía noruega Toyboys y la expresión butoh del japonés Katsura Kan compartieron el mismo escenario, en uno de los diálogos bailados a los que invita el Centro Cultural “Los Talleres”, en el marco de la temporada internacional con artistas de Alemania, Argentina, Costa Rica, Japón, Noruega y México.

 

Una función gozosa en la que se apreciaron dos tradiciones, la de occidente y la de oriente, enfocadas en una misma tarea: hacer hablar al cuerpo y elaborar discursos pertinentes para dialogar con la humanidad en la contemporaneidad.

 

Difícil es establecer coincidencias en el sentido estético, sin embargo, parece que hay una preocupación común respecto de la manera de ver el mundo, y es la referente a la necesidad de espiritualidad en una civilización sacudida por la violencia y la crueldad.

 

Katsura Kan, bailarín formado con Tatsumi Hijikata, uno de los creadores de la danza butoh, ofreció la obra Kamaitachi (comadreja guadaña), en la cual hizo gala de cualidades excepcionales para convertir al cuerpo en un medio eficaz de comunicación.

 

Kan trabaja cada milímetro de piel para despertar al ser que danza y el tipo de movimiento generado pondera la belleza y el poder de transformación del cuerpo humano. Es ese ser corpóreo el que se eleva como estatua en movimiento, en una atmósfera onírica y mágica.

 

Las imágenes creadas por Katsura Kan se apartan de la lógica racional y se insertan en el misterio del alma humana, en la figuración del universo interior del cuerpo que danza y se transfigura simbólicamente en cosmos.

 

La danza butoh, surgida en la década de los años 60, como respuesta artística a la barbarie de la Segunda Guerra Mundial y al bombardeo atómico de Hiroshima y Nagasaki, y también considerada la vanguardia que se opuso a la tradición en el Japón sesentero, encuentra en el bailarín Katsura Kan a uno de sus máximos exponentes.

 

Se trata de un intérprete que consigue gran profundidad en la organicidad de sus movimientos y llega al éxtasis para sintetizar las emociones que surgen de una búsqueda interna. Su danza no es aparatosa, sino lenta, ritual y, desde luego, espiritual. Hace converger a las energías en la expresión corporal. Es el cuerpo el que sintetiza el discurso y lo expresa.

 

Contrasta esta danza esencial del japonés con la expresión explosiva de la compañía noruega Toyboys, integrada por los bailarines y coreógrafos Terje Tjome Mossige y Ulf Nilseng.

 

Los integrantes de esta compañía no son jóvenes, ni dotados atletas de la danza, sino maduros y experimentados intérpretes escénicos que trabajan en la creación de una experiencia sensible; es decir, intentan que la estructura de su obra provoque en el espectador una alteración de los sentidos.

 

Fundada en el 2002, Toyboys tiene en repertorio una decena de obras, entre ellas While we are sleeping (2002), Boyroom (2004), Unshaved conversations (2006) y The man at the trampstop. En la temporada internacional del Centro Cultural “Los Talleres” presentó la coreografía Hanged Puff, en donde hace una exploración sobre la brutalidad y la condición violenta de la naturaleza humana.

 

Un espectáculo coreográfico que permite generar una atmósfera de intimidad, en la que se plantea un asunto que atañe a la humanidad toda: la crudeza de la realidad, el ritmo avasallante de la cotidianidad que se vuelve irrespirable, la competencia, el nunca parar y no dar tiempo a la quietud.

 

En esta puesta en escena el sonido es fundamental, pues a través de él se reproduce la sensación del viento que va incrementando su poder hasta convertirse en una tormenta que asfixia. Los dos bailarines trabajan con sus cuerpos en la búsqueda de una interpretación que consigue generar en escena la sensación del estrés cotidiano bajo el cual vivimos los seres humanos.

 

El diálogo bailado que establecieron el japonés Katsura Kan y la compañía noruega Toyboys se constituyó en una experiencia gozosa para el público, en un espacio privilegiado como el Centro Cultural “Los Talleres”, que es uno de los pocos escenarios alternativos que existen en la ciudad de México para expresiones no institucionalizadas de la danza.

 

*Kamaitachi, con el bailarín de danza butoh japonés Katsura Kan, y Hanged Puff, con la compañía noruega Toyboys, se presentaron el 21, 22 y 23 de febrero en el Centro Cultural “Los Talleres” (Francisco Sosa 29, Coyoacán). Katsura Kan ofrecerá la conferencia El surrealismo del cuerpo, a las 11 horas, y el performance Times machine, a las 19 horas, en el Salón Larva (Melchor Ocampo 120, Centro, Guadalajara), el 2 de marzo. 

 

*Fotografía: La compañía noruega Toyboys presentó la coreografía “Hanged Puff” en el Centro Cultural “Los Talleres”/Cortesía Centro Cultural “Los Talleres”.

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