“El periodista especializado tiene los días contados”

Sep 19 • Conexiones, destacamos, principales • 7145 Views • No hay comentarios en “El periodista especializado tiene los días contados”

POR ALIDA PIÑÓN

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Entrevista con Juan Villoro

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Juan Villoro camina por el vestíbulo del Salón Juárez del Centro Cultural Universitario Tlatelolco seguido por una multitud de muchachos. Desean hablar con él, necesitan que les diga las respuestas a las grandes preguntas que, dice el propio escritor y sociólogo que lo mismo ha entrevistado a Yoko Ono que seguido al subcomandante Marcos desde Chiapas hasta la Plaza de la Constitución del Distrito Federal, siempre han tenido los jóvenes periodistas: ¿existe la censura?, ¿qué podemos hacer para mejorar nuestra labor?, ¿hay oportunidades de trabajo?, ¿qué se espera del periodista en los nuevos tiempos?

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Las respuestas, las tiene. “Todos los periodistas jóvenes de todos los tiempos se sienten abrumados, no hay qué preocuparse. Estudié la carrera de Sociología y tenía un profesor que decía: estudien muchachos o van a acabar de periodistas, para él era la peor cosa que le podía ocurrir a una persona. Obviamente eso ha cambiado y se ha profesionalizado mucho el oficio, pero también han cambiado las exigencias. Necesitamos historias para soportar el peso del mundo, el mundo está muy mal hecho, es muy defectuoso, nos queda a deber siempre, el mundo necesita una ventanilla de quejas y esa ventanilla de quejas es el periodismo. Nosotros le decimos al mundo tú eres incomprensible, eres arbitrario, azaroso, abusivo, pero yo te puedo entender a ti a través del relato. Esto lo harán los periodistas de todos los tiempos a través de su talento, de su atrevimiento y de su curiosidad”.

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“Sus preguntas pueden ser siempre las mismas, pero son muy apasionantes porque siempre el periodista joven está inseguro de si va a poder ejercer su oficio, si van a cambiar las plataformas, si va a tener libertad, si va a tener apoyo de sus jefes. No basta tener talento para poder ejercer el periodismo porque depende del criterio de los demás. Creo en que los periodistas deben darle acogida a los jóvenes pero esto no siempre ocurre, hay muchas dificultades para que los jóvenes puedan desatar todas sus potencialidades”.

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Los celulares apuntan a su rostro, las grabadoras digitales a su voz, los ejemplares de sus libros a sus manos en busca de su firma. No hay libretas ni lápices. No más. Su retrato sentado a lado del filósofo español Fernando Savater y el debate que ambos han tenido sobre los desafíos del periodismo en el mundo virtual sobreinformado durante el Encuentro Internacional de Periodismo organizado por EL UNIVERSAL, ya están en línea desde hace casi una hora convertidos en un tuit, en una publicación de Facebook, una transmisión en directo a través de Periscope, una instantánea, una nota on line. En un instante, el instante ya es pasado.

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“La velocidad la asocio con el presente. El periodismo, tradicionalmente, ha cubierto lo que ocurrió, no lo que no está ocurriendo. Tenemos un peso cultural del presente superior y esto es el gran desafío, debemos atender a este presente. No se trata de decir sólo que tal cosa está sucediendo porque para eso ya está el periodismo robot, Los Angeles Times ya está publicando periodismo generado por computadoras y pronto todos los periódicos lo estarán usando”, dice.

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¿Periodismo robot? La cara de los jóvenes muestra asombro. ¿Es que acaso hay androides sentados frente un teclado? No, en 2014 se publicó una nota escrita por una computadora sobre un temblor en California, gracias a un sistema informativo. En dos minutos toda la información estaba escrita, detallada y con estadísticas. ¿Cómo se compite con una inteligencia artificial y super dotada? Esta una pregunta más de los jóvenes periodistas del siglo XXI.

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“Una de las características del periodismo robot es que debemos admitir, trágicamente, que es superior al de muchos colegas; las máquinas superan no a los mejores periodistas sino a los que no son particularmente buenos, creo que necesitamos ejercitar nuevos talentos y nuevos reflejos. Los periodistas van a ser imprescindibles porque van a tener que contar una historia en donde también esté impregnada la subjetividad humana, la manera de ver el mundo, la realidad del periodismo no está en los hechos sino en el texto, me refiero al periodismo escrito. Entonces una realidad periodística es tan buena, como bueno sea ese texto y ahí depende mucho del talento y de la sabiduría del periodista”.

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“Una cosa que no se ha explorado lo suficiente y es el desafío de los tiempos, es la capacidad de establecer vínculos entre zonas de la realidad que aparentemente no están conectadas. Si analizamos los grandes reportajes de los grandes periodistas, muchas veces nos sorprenden porque escribiendo una historia deportiva o religiosa dan claves que son culturales, psicológicas, es decir, que vienen de otros territorios del saber. Esto lo han hecho siempre los periodistas, pero se ha vuelto más urgente en la medida que tenemos una realidad cada vez más dispersa y más sobreinformada, entonces la buena información rápida va a ser la de alguien súper curioso que tenga informaciones diferentes que pueda conectar casi instantáneamente. Vamos a necesitar periodistas que sepan más de más cosas. El periodista especializado, el de la fuente, tiene los días contados”responde el sociólogo que se hizo escritor, que se hizo periodista, que es, al mismo tiempo, las tres cosas.

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Decía Nélida Piñon que una de las virtudes del periodismo es la creación de mitos. Juan Villoro está de acuerdo. Cuando Maradona declara que el gol fue consecuencia de la mano de Dios se crea uno de los grandes mitos. ¿La censura es uno de esos mitos o es una de las realidades inherentes al periodismo? Dos jóvenes preguntan casi al mismo tiempo dónde está la censura, quién la ejerce, qué se hace con ella. Una reportera coloca frente al escritor un celular para grabar sus palabras sobre el tema. En la mesa de discusión que Villoro ha sostenido con Savater ronda también ese enemigo del periodismo.

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Pero Villoro prefiere hablar, primero, de la libertad. “Manuel Vázquez Montalbán, el gran escritor y periodista español decía: ‘lo primero que tiene que saber un periodista es quién es el dueño de tu periódico porque ahí están los límites de tu libertad’. Si el dueño de tu periódico es concesionario de una marca, pues no te vas a poder meter con esa marca; pero ha habido grandes periodistas que han trabajado con muy poca libertad. Los jóvenes periodistas te dicen que como los censuraron ya no pueden hacer nada, pero pensemos en Kapuscinski, el gran escritor polaco, escribía para una agencia comunista en Polonia y tenía que hacer despachos muy restringidos que tenían que cumplir con las asignaciones puntuales y con la política exterior del gobierno; él cumplía con ese trabajo, pero iba a tomando notas para su verdadero trabajo periodístico que eran libros que escribía 30 años después de los sucesos. Hay que encontrar nuestra propia libertad. A veces no está en el medio en el que trabajas, pero va a estar en otro lado, en un libro futuro; el mensaje siempre va a encontrar un canal. La censura existe, la libertad está siempre condicionada, pero hay que encontrar, como decía Octavio Paz, nuestra libertad bajo palabra”.

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Y después, la censura, la de hoy, la de esta realidad nuestra, la mexicana. “En este sexenio hay un intento muy marcado de controlar a los medios. Se ha retirado publicidad oficial a ciertos medios, ha habido presiones directas o indirectas, no podemos decir que el caso de Carmen Aristegui sea una intromisión violenta del estado en los intereses de un grupo de telecomunicaciones, como fue el caso de Excélsior en 1976, pero claramente se creó un clima en donde a un grupo de intereses le convenía que Carmen no siguiera informando por esa vía, porque es una paradoja que la periodista con más alto rating de pronto tenga que dejar su trabajo más allá de las explicaciones que ha dado MVS. Entonces estamos en un clima complejo”.

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Canal 22 es un ejemplo en el que muchos periodistas han tenido que salir por discrepar con la dirección por querer ofrecer una información plural que ahí ya no es posible, entonces es también un caso preocupante; los asesinatos de periodistas y que no haya habido una sanción política para un gobernador como Javier Duarte es alarmante. Creo que es precipitado e irresponsable atribuirle al gobernador todos los asesinatos, pero lo que sí podemos hacer es considerar que alguien que gobierna una entidad en donde en cuatro años son asesinados 14 periodistas y ningún caso se resuelve satisfactoriamente, está gobernando mal, eso no puede suceder independientemente de cuál sea su participación directa o indirecta. Sí estamos en un clima más amenazante para los medios. De acuerdo con Artículo 19, una ONG que tiene su sede en Londres, con representación en México, en su último informe habla de más de 300 agresiones para periodistas mexicanos. Esto es muy grave”.

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Si el mundo está mal hecho, si la ventanilla de quejas no funciona porque no hay quién las resuelva, entonces para qué. Juan Villoro, el columnista, el que fuera director de un suplemento cultural, está convencido de una verdad que todo periodista debería y debe abanderar: “Tenemos que seguir insistiendo hasta que las informaciones que estamos haciendo puedan tener la repercusión que merecen”.

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Y es que, dice, no siempre se da un caso como el Watergate con el que puedes tirar a un presidente con tu información. En el caso de México, la Casa Blanca y el grupo Higa es algo terrible, ha habido un impacto social.

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“Podemos ir sumando gotas de agua hasta que creemos una grieta en la pared. No debemos desistir porque el impacto no es inmediato. Es como cuando uno escribe en el periodismo cultural para recomendar un libro. Una de las cosas más gratificantes que me han sucedido es escribir una nota sobre un autor y al día siguiente estar en una librería y ver que alguien lo pide. A lo mejor no tuvo que ver con mi nota, pero tal vez te puedes engañar a ti mismo y pensar que algo tuvo que ver lo que escribiste y te sientes justificado. Lo normal es que uno escriba sobre algo y pase inadvertido, pero no podemos dejar de insistir. Pienso en Guatemala. ¿Quién nos iba a decir que Guatemala nos iba a dar una lección acerca de la información, del balance que se hizo en el propio congreso, del apoyo de la sociedad civil y del fin de un estado de cosas? Cuando el periodismo se pregunta ¿de qué sirve que publique una nota sobre el ilícito que cometió determinada persona si eso no se repara? Hay que seguir insistiendo hasta que eso importe.

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“En la sociedad hay un resentimiento generalizado. La valoración que se hace de los abogados suele ser negativa, la valoración que se hace de los médicos que aunque salven vidas los condenan por cobrar muy caro, si están en hospitales públicos por no atender a la gente. La valoración del periodista también es negativa, pero no debemos dejarnos llevar por las reacciones inmediatas en Internet”.

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¿Juan Villoro es periodista? Soy un escritor que escribe distintos géneros en distintas plataformas, el periodismo ha formado parte de mi trayectoria, he hecho entrevistas, reportajes, crónicas, que es quizá el género que más me gusta y, por supuesto, muchos artículos. Es una forma de vida. Estamos frente a desafíos cambiantes y hay que ver cómo vamos a cubrir las noticias en un mundo en donde el presente gana inmediatez, en donde hay exigencias de velocidad mayores, hay que ver qué tipo de periodismo vamos a hacer. Todos nos equivocamos, la inmensa presión del periodismo te lleva a una conclusión precipitada o a manejar mal una información, eso me ha pasado a mí y a todos, pero también me ha beneficiado porque la urgencia me obligó a sacar formas expresivas que no hubieran aparecido por otra vía. El crítico literario George Steiner dice: ‘El hombre acorralado se vuelve elocuente’. Entonces el periodismo te produce eso, la elocuencia del acorralado. Hoy en día somos los bárbaros de una nueva civilización y no sabemos lo que está pasando, estamos empezando, a veces consideramos, con cierta prepotencia, que sabemos más de lo que realmente sabemos, pero no estamos en esa situación, estamos aprendiendo protocolos”.

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Villoro firma un par de libros más. Camina aprisa, acepta un par de retratos, aprieta el paso. Se aleja de la multitud para encontrarse con sus colegas, con Nélida Piñon, con un vaso de refresco, para mirar por el televisor cómo continúa el diálogo y la reflexión sobre el periodismo y el mundo que nos ha tocado vivir, para escuchar a los bárbaros que “están a la orilla de un océano que aún no hemos navegado”.

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*FOTO: Durante décadas Juan Villoro ha explorado los géneros de la crónica y la entrevista. Durante su participación en el Encuentro Internacional de Periodismo habló de los retos futuros de las próximas generaciones de periodistas/Lucía Godínez/EL UNIVERSAL.

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