El recuento de los daños culturales, a seis meses del sismo

Mar 17 • Conexiones, destacamos, principales • 8564 Views • No hay comentarios en El recuento de los daños culturales, a seis meses del sismo

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Seis meses después del sismo del 19 de septiembre, la Secretaría de Cultura tiene un registro de mil 821 inmuebles históricos y culturales dañados, en once estados del país. Este es un recuento de las pérdidas, pero también una bitácora de la recuperación y rescate del patrimonio cultural mexicano

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POR ALIDA PIÑÓN

 

México se enfrenta al mayor rescate patrimonial de su historia tras los sismos del 7 y 19 de septiembre de 2017 y del pasado 16 de febrero. Hasta ahora se han contabilizado oficialmente mil 821 inmuebles históricos y culturales —242 con daños muy severos— y cerca de 3 mil objetos religiosos dañados. Las cifras no están cerradas y podrían seguir aumentando. Por ejemplo, con el sismo del 16 de febrero pasado con epicentro en Pinotepa Nacional se sumaron 60 inmuebles afectados, según la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH. Las autoridades calculan que se requieren cerca de 12 mil millones de pesos para la restauración, la cual podría concluir en 2020, aunque hay voces expertas que advierten que la previsión es muy optimista frente a una realidad alarmante. En seis meses algunos de los pronósticos y anuncios no se han cumplido, como la puesta en marcha de un portal digital que daría a conocer detalles de los daños, así como los avances de restauración, y la entrega de los primeros inmuebles restaurados que debió ocurrir en enero pasado.

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En diciembre de 2017 la secretaria de Cultura María Cristina García Cepeda advirtió a la prensa que “las instituciones culturales no fueron creadas para atender desastres naturales”. Y es verdad. La dimensión de la tragedia rebasó a las instituciones y a las instancias del sector federal y a los gobiernos municipales y estatales, y hubo que sumar esfuerzos de la iniciativa privada, de organismos internacionales y de diversos países, aunque hasta ahora no se han ofrecido todos los detalles de su participación. Por ejemplo, entre la información relevante que falta por saber se encuentran las razones por las cuales aún no se han entregado los primeros 300 inmuebles restaurados que el director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el antropólogo Diego Prieto, prometió en octubre. Hasta ahora sólo se han reabierto dos: la Iglesia de los Remedios en Cholula, Puebla, y la Iglesia de Santa Prisca, en Taxco, Guerrero. Otro dato que no se ha informado es la cantidad de arquitectos, calculistas, ingenieros que se han sumado al proyecto de reconstrucción. Ante la magnitud de la tragedia se presume que el avance será lento.

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Lo cierto es que desde la noche del 7 de septiembre cuando ocurrió el sismo de 8.2 grados que se registró en la costas de Chiapas, las cifras de daños al patrimonio cultural no han dejado de crecer y la Tierra no ha dado tregua. Tras aquel sismo que encendió todas las alarmas, los titulares de los periódicos advirtieron que se trató del más intenso en casi un siglo en el país. Oaxaca y Chiapas fueron los estados más afectados. En redes sociales se daba cuenta del colapso de torres de campanarios, daños en museos regionales, zonas arqueológicas, casas de cultura, templos, teatros, catedrales. Juchitán y Tehuantepec resultaron los municipios oaxaqueños más afectados.

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El primer reporte oficial se dio a conocer siete días después, tras los trabajos de supervisión por parte de 40 especialistas del INAH. En Chiapas se contabilizaron 56 edificios patrimoniales con daños significativos, como el Templo de Santa Lucía en San Cristóbal de las Casas, con las torres del campanario colapsadas, así como la Catedral de esta misma ciudad de Los Altos, con daños en la torrecilla de la fachada principal. En Oaxaca el panorama era aun más preocupante: 130 inmuebles con valor histórico sufrieron daños, especialmente los templos, seguidos por zonas arqueológicas, museos, espacios culturales y bibliotecas.

Los daños de los sismos. Ve la fotogalería.

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En la zona arqueológica de Cholula, Puebla, se reportaron desprendimientos en el acceso al templo y agrietamientos en espacios internos; mientras que en el municipio de Jalapa, Tabasco —homónimo del veracruzano—, la Iglesia de Astapa, presentó una afectación en las torres de su cúpula.

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Según las autoridades de los estados afectados por los terremotos, los trabajos de apuntalamiento iniciaron, en algunos casos, el mismo día que la tierra se sacudió. Se dijo que las autoridades culturales trabajarían con los tres órdenes de gobierno y que en función del censo preliminar se gestionarían recursos ante el Fondo de Desastres Naturales (Fonden).

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Entonces las comunidades denunciaron que sólo algunos inmuebles, lo más relevantes, como el Teatro Macedonio Alcalá o el Ex Convento de Santo Domingo, en el centro histórico de Oaxaca, habían llamado la atención de los funcionarios y de la prensa, pero que había otros que necesitaban atención urgente, como el Templo de San Lorenzo, en Zinacantán, Chiapas, que sufrió daños en su fachada, y al que indígenas y autoridades tzotziles acudieron a depositar velas e incienso entre los escombros a manera de ofrenda a su santo, además de realizar cantos y rituales tradicionales, hecho que habla de la importancia vital que tienen muchos edificios históricos —templos en su mayoría— para los habitantes de las zonas afectadas.

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Con el paso de los días salieron a la luz más detalles. La cifra creció a 295 inmuebles con valor artístico dañados en Oaxaca y 74 en Chiapas. Se dieron a conocer casos de gravedad como el del Templo de San Vicente Ferrer de Juchitán, que presenta un derrumbe del 80 por ciento de su torre y la zona arqueológica de Monte Albán, a un paso de la capital oaxaqueña, con derrumbes en un muro cercano a la entrada. Se habló de que había 80 especialistas para el diagnóstico en estos dos estados de la República (Oaxaca y Chiapas) y se preveía que se contaría con el apoyo del Programa de Empleo Temporal para que más personas participaran en la recuperación de los inmuebles dañados.

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Doce días después, el 19 de septiembre, un sismo de 7.1 grados con epicentro en Axochiapan, Morelos, en los límites con Puebla, empeoró de forma drástica la situación. La emergencia nacional obligó a suspender prácticamente toda la actividad cultural y se hicieron urgentes reportes preliminares.

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Durante el transcurso de aquel martes fatídico se reportaron daños en la Ciudad de México, Estado de México, Morelos y Puebla. Uno de los que más llamativos fue el que sufrió la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México con la caída de La Esperanza, una de las tres esculturas de Manuel Tolsá que coronan la puerta principal, así como la cruz de una de sus cúpulas.

La Capilla del Barrio de Los Reyes, en Tepoztlán, Morelos, fue una de las más dañadas por el sismo del 19 de septiembre de 2017. /Tony Rivera / EL UNIVERSAL

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La noche del 20 de septiembre la Secretaría de Cultura dio a conocer un informe preliminar sobre los daños a inmuebles históricos, artísticos y patrimoniales. El global preliminar ascendía entonces a 866. A los pocos días la cifra se multiplicó. El 27 de septiembre la secretaria de Cultura aseguró ante el Presidente Peña Nieto que había alrededor de mil 500 inmuebles —patrimonio cultural de la nación— dañados, y que se requerirían al menos 8 mil millones de pesos para la reparación y restauración. La cifra de especialistas involucrados en labores de restauración se elevó de 40 a 200, sin que resultaran suficientes.

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El 27 de septiembre la Secretaría de Cultura anunció un plan de acción que consideró la integración de 50 brigadas de especialistas; el levantamiento del censo de daños para valorar el grado de afectación; el cierre de acceso al público; el acordonamiento de zonas afectadas; y el apuntalamiento de inmuebles en riesgo de sufrir mayores daños. En los inmuebles con afectaciones graves se retiraría la obra artística para su resguardo; se removerían los escombros; y se recuperarían testimonios arquitectónicos.

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Con los datos existentes hasta ese momento, García Cepeda aventuró un costo estimado para la reparación de daños: 8 mil millones de pesos. La funcionaria dio a conocer el inicio de las gestiones del seguro con que cuenta el INAH, que cubre edificaciones federales. Reportó la activación del Fideicomiso Fondo de Desastres Naturales (Fonden), así como el apoyo económico de organismos internacionales como el entro de Patrimonio Mundial de la Unesco, y lanzó una convocatoria nacional para arquitectos, restauradores y conservadores para apoyar el rescate de los inmuebles.

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Las actividades culturales en la Ciudad de México se reanudaron con la convicción de que el arte, en todas sus manifestaciones, era una forma de ayudar a reconstruir el entorno social. Se idearon también brigadas culturales para acudir a los albergues, iniciativa surgida en las redes sociales de algunos artistas como el cantante de ópera Hugo Colín o creadores de espacios como la Casa de Las Artes y Circo Contemporáneo, y ofrecieron ayuda como despensas, agua y ropa, pero sobre todo dieron funciones de danza, teatro y música; más tarde se sumó la UNAM y el INBA.

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En octubre comenzó se dio a conocer que un grupo interdisciplinario de expertos de la Unión Europea, junto con expertos del INAH, la UNAM y la Secretaría de Cultura, realizó recorridos por recintos religiosos de la Ciudad de México. World Monuments Fund, organización privada sin fines de lucro fundada en 1965 con sede en Nueva York, anunció la inclusión de México en su lista 2018 sobre sitios patrimoniales amenazados, debido a los daños por los sismos.

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La secretaria de Cultura dio a conocer que había propuesto a países como Alemania, Hungría, Austria y España, “adoptar” un inmueble con el fin de ofrecer apoyo de cualquier tipo a edificios específicos. El gobierno de Francia adoptó dos: el conjunto conventual de San Bernardino de Siena, en el barrio Santa Crucita de Xochimilco; y el templo de San Francisco, en Puebla. El gobierno de España, por su parte, envió a un grupo de expertos para colaborar con el gobierno mexicano para brindar asesoría en trabajos de restauración.

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En diciembre García Cepeda informó que la cifra de daños y montos de restauración había aumentado nuevamente. El reporte oficial del patrimonio cultural afectado en 11 estados del país señala mil 821 edificios, de los cuales 242 tienen daños catalogados como muy severos. Alrededor de 3 mil objetos religiosos sufrieron estropicios.

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El costo de reconstrucción ascendía a casi 12 mil millones de pesos. La secretaria de Cultura prometió que la reconstrucción total concluiría en 2020, y que antes de que concluya el sexenio habrá un avance del 65 por ciento. Hasta ese momento se habían solicitado 6 mil 500 millones de pesos al Fonden; 3 mil 500 millones serían cubiertos por las pólizas de seguro. A lo que se sumarían los apoyos de fundaciones como Harp Helú, Carlos Slim y Jenkins, así como el de países como Suiza, Francia, Alemania y Hungría. Se solicitó de nuevo la cooperación de organismos internacionales como la UNESCO y la Unión Europea.

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Hasta diciembre pasado de los 242 inmuebles con daños severos se apuntalaron 22, se ejercieron 159 millones de pesos a través de 384 contratos de recursos Fonden-API (Apoyos Parciales Inmediatos), y se habían conciliado montos para 563 bienes inmuebles y 200 bienes muebles por un total de mil 209 millones de pesos.

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Se creó un Comité Ciudadano a iniciativa de la Secretaría de Cultura para garantizar la continuidad y transparencia de los trabajos de restauración, integrado por el escritor y analista político Federico Reyes Heroles, el ingeniero civil Roberto Meli, los arquitectos Francisco Serrano y Xavier Cortés Rocha y el antropólogo Bolffy Cottom. Una de sus primeras acciones fue proponer la creación de una página de internet en la que se pondría a disposición del público, a partir de febrero, toda la información sobre los inmuebles dañados, así como detalles de los montos ejercidos o por ejercer para su rehabilitación y datos de su estado actual. A la fecha este sitio web no se ha presentado.

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Otra de las propuestas del Comité fue ofrecer capacitación en la seguridad de las construcciones para que no sólo se garantizara que los inmuebles volvieran a su estado anterior, sino que además sean más seguros ante eventuales sismos. Hasta el momento no ha habido mayores detalles.

La Secretaría de Cultura estima que aproximadamente 3 mil objetos religiosos resultaron dañados por los sismos del 7 y 19 de septiembre de 2017. / Luis Cortés / EL UNIVERSAL

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A seis meses de los terremotos hay algunos asuntos que saltan a la vista. Por ejemplo: que de los 11 estados afectados, Puebla es el que registró el mayor número de inmuebles dañados, con 465; que la Ruta de los Conventos ubicada entre Puebla y Morelos (con 14 conventos del siglo XVI) sufrió graves estropicios; y que hay edificios que se han convertido en un desafío para los expertos, como la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, en la colonia Guerrero de la Ciudad de México, ya que requiere del diseño de una nueva cúpula.

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En diciembre pasado el censo oficial también registraba 323 edificios afectados en Oaxaca; 289 en el Estado de México; 260 en Morelos; 133 en Tlaxcala; 111 en Chiapas; 92 en la Ciudad de México; 83 en Guerrero; 26 en Tabasco; 25 en Hidalgo; y 14 en Veracruz.

A este censo, la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México sumó 130 inmuebles no históricos como casas de cultura, centros culturales y museos.

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Los últimos 60 inmuebles que se han sumado a lista fueron afectados por el sismo de 7.2 grados del pasado 16 de febrero.

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En total, hasta ahora se habla de mil 881 de carácter histórico y artístico.

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El plan de acción se ha gestado lentamente y la reconstrucción podría tomar varios años más de los que el optimismo institucional pronosticó.

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FOTO: El sismo del 19 de septiembre de 2017 ocasionó la caída de los dos campanarios de la Iglesia de los Remedios en Cholula, Puebla. / Hilda Ríos / Cuartoscuro.

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