El teatro-performance de Mouawad

Nov 29 • destacamos, Escenarios, Miradas, principales • 4145 Views • No hay comentarios en El teatro-performance de Mouawad

 

POR JUAN HERNÁNDEZ

 

Wajdi Mouawad (Beirut, Líbano, 16 de octubre de 1968) es un dramaturgo, actor y director de escena premiado y reconocido internacionalmente. En México su obra fue dada a conocer por el director Hugo Arrevillaga, quien montó la tetralogía La sangre de las promesas, integrada por Incendios, Litoral, Bosques y Cielos, puestas en escena que conmocionaron el medio teatral mexicano.

 

Recientemente el artista libanés, radicado en Quebec, Canadá, presentó la obra Seuls (Solo), escrita, actuada y dirigida por él mismo, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, en el Distrito Federal, el 22 y 23 de noviembre. Un evento que convocó a buena parte de la comunidad teatral mexicana, que acudió, expectante, a celebrar el encuentro con uno de los autores de teatro actualmente más admirados en el país.

 

La puesta en escena expuso a Mouawad en tres versiones: la de actor, la de director de escena y la de dramaturgo. Tarea nada fácil la que el artista emprendió para desdoblarse y dialogar desde cada una de esas facetas e intentar conseguir equilibrio y unidad en el montaje.

 

Como actor Wajdi tiene dominio del espacio, se mueve y actúa con naturalidad. Hay en sus acciones una espontaneidad con la cual provoca una reacción inmediata del público. El personaje que interpreta —diríamos autobiográfico— es un estudiante de doctorado, el cual realiza una investigación acerca de los solos del dramaturgo, director de teatro y cine, y actor canadiense Robert Lepage (Quebec, 1957) —quien es una de las referencias de Mouawad en su perfil como creador.

 

La escena inicialmente transcurre dentro de un ambiente cotidiano, con un sentido del humor sarcástico para remarcar el carácter patético del personaje, quien se encuentra en medio de una crisis emocional, al mismo tiempo que debe resolver los asuntos prácticos de la vida.

 

Entonces vienen a colación dos preguntas:¿Quién soy? ¿Quién creo ser? La búsqueda de respuesta a estas interrogantes abre la puerta a una dimensión extra cotidiana, una metarrealidad, en donde podemos ver en toda su expresión la manifestación rabiosa y violenta del inconsciente de un hombre desgarrado espiritualmente por un mundo que no comprende del todo.

 

Como director de escena Mouawad recurre a fórmulas que están de moda en el arte contemporáneo: la yuxtaposición de imágenes videograbadas al suceso vivo y orgánico, la apertura del espacio para la inclusión de una realidad virtual, la dislocación de escenas y el acento en el acontecimiento como un valor por sí mismo.

 

La fórmula escénica del creador tiene resonancias de movimientos artísticos del pasado, sobre todo de la vanguardia de principios del siglo XX, que abrió un abanico amplio de posibilidades para la creación artística, y revisita, asimismo, propuestas creativas fundacionales como la del francés Yves Klein (1928-1962), quien en la Galerie Internationale d’Art Contemporain de París, el 9 de marzo de 1960, hizo una demostración de la técnica pictórica, en la que utilizaba cuerpos desnudos de modelos a modo de pinceles, abriendo el camino al happening y al performance art.

 

En el momento en que la trama de Seuls da un giro que modifica de manera determinante el sentido de realidad y entra de lleno a la metarrealidad en la que se expresa el delirio del personaje, trastocando el tiempo y el espacio —llevados a una relatividad extrema—, el actor se convierte en el constructor de una propuesta plástica que expresa la furia del caos, de la inconformidad, del desasosiego frente a la incapacidad para ubicarse en el mundo.

 

Mouawad-actor interviene su cuerpo, lo desnuda, lo embadurna de pintura roja, amarilla, blanca, y luego utiliza a la escenografía como lienzo para dejar las huellas de su cuerpo. En algún momento recordamos a Pollock con el action painting, quien buscaba liberar la energía y el inconsciente; o los happenings del estadounidense Allan Kaprow (1927-2006), a quien le importaba crear espectáculos mezclando valores plásticos, sonoros y visuales, poniendo énfasis en la acción.

 

Las resonancias de aquellas propuestas artísticas vanguardistas tienen un sentido que difiere con el de la puesta escénica de Mouawad, la cual se inscribe dentro del mainstream del quehacer teatral globalizado, cuya apuesta es la espectacularidad visual y no busca, como lo hacían aquellos otros artistas de las vanguardias, cuestionar la postura del artista, el estatus del arte y su injerencia en la vida social y política.

 

En donde encontramos a un Moauwad a sus anchas es en la dramaturgia. Loable resulta la estructura del texto. El autor crea a un personaje contemporáneo empático, quien batalla con los problemas de la identidad, los fantasmas del origen, el exilio, la rabia y el amor hacia el padre, así como la lucha constante por la exigencia de “ser alguien”.

 

Wajdi juega con diferentes planos de realidad: el tiempo no es lineal sino accidentado y abre resquicios para ingresar a dimensiones distintas de existencia. La sencillez aparente del relato va acompañada de un misterio que se va desvelando de a poco, dentro del caos emocional y el furioso enfrentamiento con el mundo.

 

Moauwad es un dramaturgo con una postura crítica sobre la contemporaneidad. Sus obras tocan sensiblemente los problemas provocados por la crisis espiritual actual de la humanidad. En Seuls nos recuerda que hay distintos modos de ver los acontecimientos: desde la superficie (con los ojos) o desde el interior, extendiendo la capacidad de mirar a la imaginación, la única forma que tenemos para desvelar los misterios esenciales del alma.

 

*Fotografía: Wajdi Mouawad en su presentación en la ciudad de México, con la obra Seuls / Cortesía Thibaut Baron.

 

 

 

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