José Antonio Meade: Retrato de un economista con simpatía por el arte
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Desde la cuna, José Antonio Meade está rodeado de arte. Nieto del escultor José Kuri Breña, el candidato de la coalición Todos por México gusta de visitar museos, del arte popular mexicano y de la literatura fantástica, aunque lo suyo, dicen sus cercanos, son los temas de macroeconomía
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POR SONIA SIERRA
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“Lo que diga el jefe Meade.” Así ha escuchado decir el doctor Fernando Solís Soberón, desde hace muchos años, a gente de diversos partidos políticos y distintas maneras de pensar, cuando se refieren al hoy candidato por la coalición Todos por México, integrada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza.
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Solís Soberón, que fue maestro de José Antonio Meade en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y su primer jefe —en la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas— y que dirigió su tesis de grado El seguro de vida en México: el impacto de la seguridad social y el tratamiento fiscal sobre los planes de pensiones privados (1993), la cual obtuvo doble mención honorífica, cuenta que el hoy candidato se distinguió por ser el mejor estudiante en el curso de Macroeconomía que impartió.
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“Ahí lo conocí, le eché el ojo por su inteligencia natural. Como profesor te das cuenta de que tiene una inteligencia sobresaliente. Lo notas con sus intervenciones, la manera como se desempeña en sus exámenes. Es una persona fuera de serie”, dice Solís Soberón.
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Meade, que en entrevistas se ha definido como nerd y que tiene entre sus autores de cabecera al psicólogo estadounidense Daniel Gilbert —autor de Stumbling on Happiness (Tropezando con la felicidad)— y al periodista, ensayista y sociólogo canadiense Malcolm Gladwell —autor de The Tipping Point (El punto clave)—, fue alguien muy querido por sus compañeros de la universidad. Solís Soberón recuerda que vio en él desde sus años de estudiante —finales de los años 80 y comienzos de los 90— la cualidad de hacer sentir bien a la gente, “independiente de que esté o no de acuerdo con sus ideas”, y una singular capacidad para construir consensos.
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“Ha mostrado a lo largo de su vida que es un líder. Ha sido líder como estudiante, una persona muy querida y seguida. También en la Comisión. Es seguido por su compañerismo, por su capacidad analítica y propositiva; tiene una gran fuerza para impulsar sus ideas y defender sus puntos de vista”, agrega Solís Soberón.
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Nacido en la Ciudad de México en 1969, José Antonio Meade cursó las mismas carreras que su padre, el ex diputado Dionisio Meade y García de León (actual presidente de Fundación UNAM): Economía y Derecho. La primera, como se dijo, la estudió en el ITAM y la segunda en la UNAM.
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Ha sido secretario de Estado en cinco ocasiones: de Energía y Hacienda, en el gobierno de Felipe Calderón; de Relaciones Exteriores, Desarrollo Social y Hacienda, en la actual administración (durante esta última gestión recortó en más de 3 mil mdp el presupuesto en Cultura para 2017). La vocación de servicio público de sus padres es algo que lo marcó, y que emuló desde 1991, aunque eso no implicó militar en algún partido. Esta es la primera vez que es candidato. Y él mismo presume que es el primer candidato ciudadano del PRI.
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Su tesis de Derecho en la UNAM, de 1995, más allá del tema jurídico y financiero, expresa en sus primeras páginas mucho de lo que es José Antonio Meade. Muestra la profunda relación con su historia familiar, y la fuerza de los lazos con parientes, amigos y compañeros. Personas que entonces eran fundamentales en su vida, hoy, a casi tres décadas, en buena parte integran el círculo que le rodea.
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Titulada La apertura comercial: el desarrollo del seguro de vida en México y sus obstáculos, esta tesis, dirigida por Luis Malpica de la Madrid, cuenta nada menos que con tres páginas de dedicatoria.
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En primer lugar está dedicada a sus padres Dennis y Mari “ejemplo de amor y optimismo”. El nombre Dennis es muy significativo en la familia Meade, originaria de Irlanda: fue a mediados de la década de 1830 cuando Dennis Meade Roche llegó a Guanajuato. Después le han seguido cinco generaciones más, incluida la suya. Algunos de sus antepasados y varios primos han llevado el nombre de Dennis y de Dionisio, su versión en español.
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Meade también le dedica esta tesis a sus hermanos Pablo, Lorenzo y Juan Pedro. Dice que de ellos ha aprendido “lo importante de la nobleza, la alegría y la perseverancia”. Sobre la palabra nobleza dijo en una entrevista para el portal Eje Central, que es “una cualidad que va muy de la mano con la generosidad y la entrega”.
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Pepe, su abuelo materno, escultor y subdirector jurídico de Bancomer, y Mela, su abuela, también son mencionados en la tesis, lo mismo que sus abuelos paternos, su padrino y amigos como Abraham Zamora, a quien conoció durante sus años del ITAM, y Luis Videgaray, actual secretario de Relaciones Exteriores.
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La dedicatoria cierra con el nombre de Juana Cuevas, con quien entonces se acababa de casar, en 1994, y con quien hoy tiene tres hijos: Dionisio, José Ángel y Magdalena. Religioso —el candidato a la Presidencia de México asiste prácticamente todos los domingos a misa— en su tesis apuntó: “A Juana, de quien todos los días doy gracias a Dios”.
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Su otra tesis, la del ITAM, El seguro de vida en México: el impacto de la seguridad fiscal y el tratamiento fiscal sobre los planes de pensiones de privados, dirigida por Solís Soberón, no puede consultarse porque la institución especifica que para la consulta pública es preciso que exista una carta del autor que permita dicha consulta.
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Los años universitarios definieron los grupos, amistades y trabajos que vinieron después, como en el caso de su relación con Videgaray. Los dos estudiaron en el ITAM y luego en la UNAM las mismas carreras. A los dos, de acuerdo con el portal Nación 321 se les conocía en el ITAM como parte del grupo Los Grillos, llamado por sus intereses políticos.
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Aunque Solís Soberón no recuerda ningún grupo con ese nombre, sí tiene presente lo que fue esta generación: “Una generación a la que se le veía hambre por aprender, por estar en el servicio público. La distinguía el propósito de cambiar para bien el país. Varios, entre ellos yo, apostábamos porque (Meade) llegaría lejos. Nunca tuve dudas de su capacidad”.
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Lee “Meade, tejedor de acuerdos con sello de Yale”.
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Los caminos del arte y las letras
Los libros siempre han acompañado los estudios y el trabajo de José Antonio Meade, que en algunas entrevistas ha dicho que ha llegado a estar leyendo hasta ocho libros al mismo tiempo. En la lista de textos o autores citados figuran Pedro Páramo, La sombra del caudillo, la saga Harry Potter y la literatura policiaca. Con todo y el lapsus que cometió al decir “revolvido”, en lugar de revuelto, él no ha cometido el error de no enumerar tres libros (aunque sí olvidó el nombre del libro de su autoría cuando se lo preguntaron en el programa televisivo Tercer Grado, transmitido el pasado lunes). Se ha declarado fan de Las Crónicas de Prydain, novelas de literatura fantástica de Lloyd Alexander, o de la saga de novelas históricas Los reyes malditos del escritor francés Maurice Druon.
https://twitter.com/joseameadek/status/760099895646703621?s=12
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En cuanto a sus gustos musicales, el candidato ha confesado que dos de sus canciones favoritas son “Toda la vida” y “El rey azul” de Emmanuel; ha reconocido su gusto por los videojuegos de los cuales se queda con el ochentero Atari; se dice aficionado a los Pumas, aunque en el fondo prefiere el beisbol; no baila, pero juega dominó; le gusta ver memes y también recorrer museos de México (acerca de su interés por los museos del país y el mundo y, sobre otros intereses culturales, su equipo de campaña no proporcionó la información que solicitó EL UNIVERSAL). Y la catedral de Tabasco está entre sus edificios patrimoniales favoritos.
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Él y su esposa comparten su gusto por el arte popular mexicano. Juana Cuevas, quien estudió también Economía en el ITAM, se dedica a la pintura —igual que la madre de Meade— y al voluntariado en el Instituto Mexicano del Seguro Social.
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El candidato ha dicho que, si bien el arte está presente en su familia, nunca ha practicado una disciplina artística, pero que lo que sí le gusta hacer es criticar. Cuando habla de arte viene a su cabeza Pepe, el nombre de su abuelo, escultor, gran influencia en su vida, a quien evoca con el calificativo de “renacentista”.
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Fue en la terraza de la casa de los padres de José Antonio Meade, en el barrio de San Ángel, en la Ciudad de México, y en torno de una mesa, donde el candidato sostuvo el 15 de marzo un encuentro con la comunidad cultural. Sin embargo, ese encuentro no ha madurado todavía en un proyecto; el candidato a la Presidencia de la República por la coalición Todos por México no ha dado a conocer formalmente un programa y una plataforma con sus propuestas en torno de arte y cultura.
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Aun así, en esa cita se vio a Meade risueño, receptivo y cálido con artistas y gestores culturales muy distintos: desde el arquitecto Enrique Norten y Carlos Phillips Olmedo, director general de los Museos Diego Rivera Anahuacalli y Frida Kahlo, hasta el actor Ignacio López Tarso.
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Su mayor encuentro con la comunidad cultural, en el que su esposa Juana Cuevas fungió como anfitriona y donde el candidato estuvo acompañado por dos figuras de su equipo, el ex panista Javier Lozano y el ex director de Canal 11 Julio Di Bella, tuvo uno de sus momentos más emotivos cuando Meade se abrazó con uno de los escultores que en diversas ocasiones y hasta en sus redes sociales ha recomendado al público: Rodrigo de la Sierra, autor del popular Timo, un personaje con cabeza de huevo y grandes zapatos que, de acuerdo con su creador, no se rinde nunca. De la Sierra fue justamente uno de los enlaces para invitar a otros asistentes a la reunión en la que participaron además el galerista Óscar Román, los directores de dos museos del Instituto Nacional de Bellas Artes —Silvia Navarrete, del Museo de Arte Moderno, y Miguel Fernández Félix, del Museo del Palacio de Bellas Artes— y la directora de la Casa Barragán, Catalina Corcuera.
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El galerista Óscar Román cuenta que durante el encuentro, que duró una hora y media aproximadamente, Meade escuchó las inquietudes de los asistentes en torno de la cultura, el presupuesto para el sector, la necesidad de impulsar la economía cultural.
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“Cada participante habló desde su trinchera; la danza, los museos. No hubo tantos músicos… Sería muy conveniente que cada uno de los candidatos hiciera lo mismo”, dice Román, quien recuerda unas esculturas en bronce, realizadas por su abuelo del candidato, José Kuri Breña, adornando la casa donde se llevó a cabo el encuentro.
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Además de un abuelo escultor —Kuri Breña nació en Zacatecas en 1912 y falleció en la Ciudad de México en 2004—, el arte está presente en su vida cotidiana a través del trabajo de Juana, su mujer, y Mari, su madre.
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Pero el proyecto del candidato no va más a fondo en el mundo de la cultura. La nobleza, lealtad y perseverancia que le atribuyen no han sido suficientes para conectar con el sector. Aunque con su equipo sí ha buscado impulsar la ciencia y la tecnología, la cultura, hasta ahora, aparece como mera escenografía.
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Ilustración: Boligán
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