La cultura de lo fotográfico: ¿por dónde andamos?

Feb 11 • destacamos, principales, Reflexiones • 15137 Views • No hay comentarios en La cultura de lo fotográfico: ¿por dónde andamos?

POR JOSÉ ANTONIO RODRÍGUEZ

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Contra todo, un viento fortalecido recorre la cultura fotográfica en México. En primer lugar, hablemos de los libros. No son pocos. Y ni por dónde comenzar a hacer un minirrecuento. Pero los libros autorales, históricos, de artista, se encuentran hoy en su mejor momento. Y ahí está RM dando la batalla, como siempre. Cada libro publicado por esta editorial es un hallazgo en sí. Su catálogo va de la obra del maestro Alberto García Alix: la cuidadosa edición de Un horizonte falso (2016), libro que en su puesta en página deja ver, como siempre, una especie de archivo personal de este fotógrafo; o bien Urbes mutantes, 1941-2012 , Latin American Photography (editado junto a Toluca Ediciones, 2015), acerca de la gran fotografía documental sobre las ciudades realizada ahora en Latinoamérica y que reúne una colección privada, la de Stanislas y Leticia Poniatowski. Fundación Televisa no se queda atrás con la colección Serie Ve, a cargo de Vesta Mónica Herrerías, que ofrece libros sobre historia y teoría con autores como Régis Durand, Michel Frizot o George Didi-Huberman, antes sólo leíbles en inglés o francés. Así, Televisa ha actualizado aquel antiguo catálogo de su colección –Luz y tiempo (1998)– y ahora cada fin de año nos muestra en libros monumentales lo que resguardan su arcas fotográficas, digamos: Paul Strand en México (con Aperture, 2010); El fotolibro latinoamericano (en conjunto con RM, 2011), Vámonos. Bernard Plossu en México (2013) o Juan Guzmán (2014); y ahora sigue actualizándonos con dos sendos libros: Imaginaria (2015) e Imaginario (2016). Gracias a todos estos libros sabemos hoy la riqueza con la que cuenta Televisa.

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Otros libros circulan desde las particulares autorías: el de Julio Galindo (Lo íntimo de lo otro, La herrata feliz ediciones, 2016). El de David Maawad (Tierras de misión, Consejo Estatal para la Cultura y las Artes-Conaculta, Hidalgo, 2016), y el de Marianna Dellekamp, (Coleccionar, pensar, Ediciones Acapulco, 2015).

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Los organismos privados

Las galerías privadas van por lo suyo. A fines del año pasado en la Galería López Quiroga se realizó una exposición de primer nivel: Cuerpos expiados (debidamente reseñada en las páginas de EL UNIVERSAL), en la cual pudo verse a grandes clásicos de la fotografía: Araki, Rodrigo Moya, Constatino Arias, Fernell Franco, y los desnudos masculinos de Librado García, Smarth, un vanguardista mexicano aún por conocer, entre muchos otros. Una muestra en la que se vieron verdaderas joyas de la fotografía. Más allá de los museos públicos, las galerías privadas han puesto entonces especial atención hacia lo fotográfico. Dígalo si no Patricia Conde Galería, espacio que lleva el nombre de su directora, que ha traído a México la obra de Helmut Newton, Steve McCurry o Michael Kenna, y en donde se ha impulsado a jóvenes artistas mexicanos, como Humberto Ríos, Cannon Bernáldez, Marianna Dellekamp o Adam Wiseman. Una galería exclusivamente para difundir la cultura fotográfica, lo que no es poco. Y ahí es donde aparece Hydra, una galería/librería, lugar de conferencias, de estudios curatoriales y revisión de portafolios, más lo que se acumule esta semana. Un espacio que incentiva, por si hiciera falta, el coleccionismo de la foto contemporánea y la venta de libros inencontrables en las librerías de todos conocidas, manejado por Gerardo Montiel Klint, Ana Casas y Gabriela González, tres artistas y promotores a los que hay que seguirles la pista por todo lo que están haciendo (autores de una actualización sobre la foto contemporánea: Develar y detonar: fotografía en México ca. 2015 (Conaculta-Centro de la Imagen-Televisa, RM), lo que ya haremos en estas páginas.

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¿Y qué decir del Foto Museo Cuatro Caminos? Una institución que nos trajo a Joel Peter Witkin, casi nada, en impresiones finísimas y con un montaje de primer orden. En conjunto con Enrique Metinides. Un museo que hoy reactualizó a las estrellas de la farándula setentera en la muestra Las fabulosas. Híjole, ver a Rossy Mendoza, a Lyn May, a Wanda Seux, a Olga Breeskin, la Princesa Lea, Princesa Yamal y Sasha Montenegro fue volver a un tiempo de fascinación. Un regresar, de otra manera, a nuestra historia, la de la noche, la de la urbe noctámbula, la de las luces de las marquesinas a la que sólo los privilegiados asistieron. Uno como chamaco sólo las veía de lejecitos, maravillado ante tanta hermosura que por ahí deambulaba.

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La exposiciones

Alfredo de Stéfano desde el norte de México –su desértico territorio natural– se encuentra planeando hoy la tercera edición del Festival de Fotografía NL Foto 2017, un concurso de Monterrey que se dará a la par del Tercer Concurso de fotografía Contemporánea de México en noviembre 2017, y los premios no faltarán, entre ellos, para los artistas mexicanos, una residencia en Arles, la ciudad que ha recibido lo mejor de la fotografía.

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Y bien, acaso B. Traven en el museo de Arte Moderno en el segundo semestre del 2016 haya sido uno de los mejores rescates de un personaje más conocido como escritor. Pero ahí estuvo un viajero que llegó como fotógrafo a México y murió como tal. Un hallazgo que se debió a la directora de ese recinto, Silvia Navarrete, y a los herederos de Traven. Y por ahí anduvo Nacho López: fotógrafo de México, pura obra original, alguna inédita, en el Museo del Palacio de Bellas Artes. Una exposición que para el diario Excélsior fue la mejor muestra de fotografía del 2016. Sólo por mencionar dos proyectos.

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La educación

Después de un avasallador proyecto educativo gestado desde el Centro de la Imagen que terminó por fenecer a principios de este siglo, muchas otra universidades retomaron los estudios sobre una cultura visual desde la fotografía. En ello han puesto atención estudiosos como Deborah Dorotinsky Alperstein desde el posgrado en Historia del Arte de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, como igualmente Rebeca Monroy Nasr y Alberto del Castillo en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). La historiadora Dorotinsky, autora de un libro esencial, Viaje de sombras. Fotografías del Desierto de la Soledad y los indios lacandones en los años cuarenta, IIE-UNAM, 2014 (no lo suficientemente reseñado en la prensa) ha promovido, junto con la teórica de la fotografía Laura González Flores, los estudios de la fotografía para estudiantes de maestría y doctorado. Y no han sido pocas las tesis que se han dado a conocer en ese posgrado –tanto con temáticas históricas como contemporáneas–, y tal es la cantidad de investigaciones que a veces resulta difícil darles seguimiento a todas. Por su lado Monroy Nasr y Del Castillo hacen lo suyo desde la ENAH y desde el Instituto Mora. Clases y tesis comandadas por ellos. Y no sólo eso, sino que llevan a cabo un seminario, conocido como La Mirada Documental, abierto a todo investigador y estudioso de la fotografía. Mientras las universidades privadas no se quedan atrás, como es el caso de Centro, una escuela que además de diseño, televisión y cine, imparte clases de historia de la fotografía. Gran complemento.

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Y eso no es todo. Pero este es apenas un atisbo de que no andamos tan perdidos, como algunos creen. Otra cosa ya será incidir sobre los sucesos de forma crítica, de manera particular, como debe ser. Ésta es sólo una probada de lo tanto que ha surgido. Ya lo iremos viendo.

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FOTO: El Foto Museo Cuatro Caminos es una de las opciones más relavantes para el arte fotográfico. Enla imagen, aspecto de la exposición Las fabulosas, con obras de Antonio Caballero, Jesús Magaña, Juan Ponce y Paulina Lavista./Carlos Mejía/EL UNIVERSAL

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