“Las nuevas tecnologías aseguran el debate permanente”

Sep 19 • Conexiones, destacamos, principales • 4535 Views • No hay comentarios en “Las nuevas tecnologías aseguran el debate permanente”

POR ABIDA VENTURA

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Entrevista con Manuel Castells

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“La Historia es la historia de los movimientos sociales porque sólo mediante ellos existe un cambio cultural, estructural y político”, sostiene el sociólogo Manuel Castells (Hellín, Albacete, 1942).

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Así como las huelgas de Glasgow en 1915 dieron origen a la vivienda pública en Reino Unido y el movimiento feminista que se desarrolló en los años 60 y 70 cambió la sexualidad, la familia y las costumbres sociales, los movimientos sociales actuales también están cambiando dinámicas, asegura el catedrático de Sociología en la Universidad de California y profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en Barcelona.

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“Algunos han producido efectos a más corto plazo, otros lo están haciendo a largo plazo… En el caso de Medio Oriente hubo efectos, nada buenos, pero los hubo. No se puede decir que porque los efectos no nos gustan, no los hay. Por supuesto que tienen enormes efectos”, comenta el catedrático en entrevista con EL UNIVERSAL, previo a su participación en el Encuentro Internacional de Periodismo organizado por este diario el pasado 10 y 11 de septiembre.

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Pero el resultado sustancial de cada uno de esos movimientos solo se puede medir con el tiempo. Es un proceso largo, sostiene: “El movimiento feminista, que se desarrolló a partir de los años 60 y 70, cambió totalmente la forma en cómo las mujeres se piensan a sí mismas, cambió la sexualidad, la familia; luego se tradujo en cambios institucionales, legales y, recientemente, en cambios de costumbres en las empresas”.

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El catedrático, que ha dedicado su vida a estudiar la sociedad de la información y los procesos sociales, indica que lo que realmente es nuevo en la historia de las movilizaciones sociales es que las actuales poseen una “extraordinaria capacidad comunicativa autónoma”, gracias a la importancia e influencia de los medios modernos de comunicación.

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“Hoy hay una infraestructura tecnológica que asegura la comunicación y el debate permanente”, señala.

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“Los movimientos son redes horizontales que surgen espontáneamente y que no están controladas ni por gobiernos ni por empresas mediáticas; es comunicación autónoma. Internet permite la comunicación directa entre personas sin pasar por los controles de los grupos mediáticos o de los gobiernos. Sí, están vigilados, pero no controlados. Esto cambia completamente todo. En la historia reciente, los movimientos sociales de la última época que he investigado, muestran que esta capacidad comunicativa ha permitido crear un espacio autónomo en las redes de Internet y también en las plazas de las ciudades, y la interacción entre estos dos espacios ha creado formas de contrapoder que están cambiando a la sociedad”, dice.

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Ahora, indica, la plataforma de discusión es híbrida. “Hay un espacio doble, un espacio público en la red y un espacio público urbano, y es la interacción entre los dos que construye lo que llamamos autonomía, que es el espacio en que se pueden generar ideas, debatir. El espacio urbano se puede reprimir, pero los movimientos siguen viviendo en la red”.

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El sociólogo, quien en este encuentro participó en la mesa “Comunicación y política en la era digital”, un tema que ha plasmado en su libro Comunicación y poder (Alianza Editorial, 2009), comenta que en todo este proceso de transformación social el papel de los medios de comunicación tradicionales resulta casi siempre ambiguo y que solo es el trabajo de los periodistas que, al final, genera los debates en las plataformas tradicionales de comunicación.

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“Los medios de comunicación han jugado un papel ambiguo. En muchos países, como en España, primero intentaron ignorar los movimientos sociales, daban muy poca información; después intentaron despreciarlos con el argumento de que no eran importantes, aplicaron el esquema tradicional de ideologías y banderas políticas a algo que es totalmente distinto. Pero cuando los movimientos sociales son lo suficientemente importantes para que sea imposible ignorarlo, entonces surgen espacios de libertad, a partir de los periodistas profesionales, que saben lo que está pasando, que ven que hay un cambio social. Y aunque las empresas periodísticas no les interese, empiezan entonces a proporcionar información y reportajes. Es gracias al trabajo de los periodistas que finalmente los movimientos sociales pasan de ser ignorados y tergiversados a una tercera fase en que empiezan a surgir los debates y las ideas en los medios de comunicación de masas tradicionales”, señala.

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Autor de la trilogía La Era de la Información, Castells subraya el vínculo académico y emocional que ha tenido con México desde los años 70, por lo que ha seguido de cerca las movilizaciones que han surgido en los últimos años en el país. “Estuve en noviembre de 2014, cuando se dio el movimiento de indignación espontánea por los asesinatos de los normalistas en Iguala, que fue un acto que salió del corazón de los mexicanos”, recuerda.

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“Lo que estos movimientos en México, como en otros lugares, están clamando es por una nueva forma de democracia. Y a partir de esto se están generando formas que pueden llegar a cambiar el sistema. El sistema no cambiará desde adentro porque los políticos de los distintos partidos están seguros de una cosa: ‘nosotros controlamos el poder, lo demás es demagogia’”.

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Pero esos cambios no se pueden hacer reproduciendo procesos o modelos de otras sociedades, eso sería un error, añade: “Hay que ver, a través de otros países, que es posible lo que era imposible: cambiar el sistema político desde fuera. Eso sí que es la gran lección que México puede tomar”.

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Con estos movimientos -comenta- “se está produciendo un cambio acelerado en las mentes de los jóvenes y en la idea de que pueden cambiar las cosas por sí mismos, en la idea de que México no está condenado a ser una sociedad eternamente injusta, corrupta y dominada por la violencia. Esos movimientos están allí, son embrionarios, no son organizados porque los movimientos sociales de nuestros tiempos no son organizados”.

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*FOTO: Para Manuel Castells, autor de La Era de la Información, la comunicación autónoma ha trasformado las dinámicas en el flujo de la información y de la participación política, principalmente por medio de los movimientos sociales/

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