Lo mejor y lo peor del cine 2023

Dic 9 • destacamos, Miradas, Pantallas, principales • 10858 Views • No hay comentarios en Lo mejor y lo peor del cine 2023

 

La industria fílmica logró dejar atrás las restricciones por la pandemia; un recorrido por las películas mexicanas que lograron trascender, en especial en streaming, y las joyas que le dieron la vuelta al mundo

 

POR JORGE AYALA BLANCO
2023, año de la superación definitiva de la pandemia fílmica, año de la perpetuación de la decadencia del cine mexicano en las pantallas de nuestro país, año del fortalecimiento del cine nacional en streaming, año del cine filmado en comunidades originarias o por afrodescendientes, año totémico por más de una razón y sentido.

 

Las mejores películas mexicanas

 

1. La Colonial de David Buitrón Fernández, la cultura de la miseria y su esperanza pese a todo palpitando recluidas dentro de un albergue en aguafuerte y con los dientes apretados.

 

2. Tótem de Lila Avilés, celebración microcósmica que desentraña con vehemente calidez y sólido estilo puntillista la tragicomedia precoz de una ternurita y la inmediatez del mundo sociofamiliar que la rodea y acompaña.

 

3. Tótem de la Unidad de Montaje Dialéctico, documental con título homónimo al del film anterior, torrencial cine-ensayo sociopolítico abordando en frío y cerebralmente como dinamita pura el drama de los desaparecidos desde la perspectiva de una crisis simbólica global.

 

4. El Eco de Tatiana Huezo, himno miniaturista al poder de la educación en una recóndita zona rural.

 

5. Señora influencer de Carlos Santos Campos, feroz creepyfantasía dulce e hilarante contra de la subcultura influencer y de la discriminación por edad.

 

Aunque también contaban con enormes méritos para figurar Placeada. Historia íntima de una exsicaria de Alejandra Sánchez Orozco, Trigal de Anabel Caso, Pedro de Liora Spilk, Temporada de huracanes de Elisa Miller, Manto de gemas de Natalia López Gallardo, Dos estaciones de Juan Pablo Fernández, Malintzin 14 de Mara y Eugenio Polgovsky, El sueño de ayer de Emilio Maillé, el tríptico Malvada/Corazonada/Invitación a un asesinato de José Manuel Cravioto, Ahora que estamos juntas de Patricia Balderas, El último vagón de Ernesto Contreras, Mujeres del alba de Jimena Montemayor Loyo, Mi casa está en otra parte de Carlos Hagerman y Jorge Villalobos, ¿Encontró lo que buscaba? de Yibrán Asuad, Diáfano de Éric Ramos, Sobreviviendo a mis XV de Chava Cartas, Un lugar llamado música de Enrique M. Rizo, y Lejos de casa de Carlos Hernández Vásquez.

 

O bien, los deliciosos cortos Ojos dos veces boca de Lila Avilés, Desechos tóxicos de Arian Sánchez Covisa, Las irreverentes feministas de Maricarmen de Lara y Tabatta Salinas Caballero, Aire de Kenya Márquez, El Grillo de Carlos Hernández Vázquez, Lecciones para el uso incorrecto de los objetos de Alicia Segovia Juárez, Orfeo de Roberto Telles, Los cuervos de Héctor Dávila Cabrera y Un lugar secreto de Guillermo Reyes Campos.

 

INVESTIGACIÓN del año: Diccionario de directores del cine mexicano.com, de Perla Ciuk, generoso y excepcional trabajo en versión extendida, mucho más que simplemente puesto al día, gratuitamente subido al sitio web de la Cineteca Nacional y libremente a internet.

 

LIBRO del año: El cine como ensayo, entre lo literario y lo fílmico de Adriana Bellamy (ENAC), el raro prodigio de la sabiduría conceptual y el análisis a detalle sobre el ojo que piensa, a partir de tres inclasificables cineastas: Chris Marker, Harun Farocki y Agnès Varda.

 

Las peores películas mexicanas

 

1. Una jauría llamada Ernesto de Everardo González, tedio, reiteración, desprecio y complaciente seudodenuncia fraudulenta machacona al infinito en un documental sobre nucas parlantes de chavos sicarios modélicos, para sustituir a la tarada mascarita todohomologadora de La libertad del diablo (17).

 

2. Confesiones de Carlos Carrera, monotonía, tremebundismo truculento, calumniosa homofobia abyecta y justificadora psicopatología hipócrita en la autoemasculación con motosierra ¿prestada por Milei? de un dentista pederasta ante la pistolita de un embozado padre secuestrador arrancapecados.

 

3. Recursos humanos de Jesús Magaña Vázquez, ausencia absoluta de emoción y empatía en la recitación supuestamente virtuosística de una acerba novela de Antonio Ortuño sobre el competitivo infierno microcósmico oficinesco como alegoría nacional, con sólo medio siglo de retraso respecto a los ácidos Tres tristes tigres del Borges del cine Raúl Ruiz (68).

 

Si bien contaban con suficientes deméritos retrógradas ¡Que viva México! de Luis Estrada, Heroico de David Zonana y multitud de insignificantes cintas de fórmula, tal como se fundamentará in extenso en el volumen en proceso dedicado a La T de nuestro “Abecedario del cine mexicano”.

 

Las mejores películas extranjeras

 

1. Cielo rojo de Christian Petzold (Alemania) o la crisis existencial de una masculinidad crepuscular que se ignora.

 

2. Godland de Hlynue Pálmason (Dinamarca-Islandia) o el redivivo sentimiento místico de la naturaleza como dilución interior y génesis de un precine mítico y sucedáneo sagrado.

 

3. Asteroid City y La maravillosa historia de Henry Sugar o el socavamiento plurinarrativo a dimensiones de infinito artificial.

 

4. Sobre las hierbas de Nuri Bilge Ceylan (Turquía) o la saga de un abismado malestar que pone en tela de juicio los no-valores visibles e invisibles.

 

 

5. El Conde de Pablo Larraín (Chile) o la aspiración exitosa y frustradamente totalizadora del vampirismo corrupto.

 

Pero también destacaron La niña callada de Colm Bairéad (Irlanda), Pasajes de Ira Sachs (Francia), Barbie de Greta Gerwig (EU), Oppenheimer de Christopher Nolan (EU), La última función de cine de Pan Nalin (India), Rimini y Sparta de Ulrich Seidl, Enferma de mí de Kristoffer Borgli (Noruega), Los asesinos de la luna de Martin Scorsese (EU), Broker intercambiando vidas y Monster de Hirokazu Koreeda (Japón), El asesino de David Fincher (EU), et al.

 

Y como diría el clásico Vladimir Jankélevitch: “La conciencia del artista se libera expirando en la obra”.

 

 

 

FOTO: Recursos humanos de Jesús Magaña Vázquez, una comedia en blanco y negro. /Especial

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