Margarita Zavala: La entusiasta de las historias bíblicas
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La candidata independiente Margarita Zavala creció rodeada de libros de derecho y literatura, fue alumna de Carlos Castillo Peraza, renovador de la doctrina del PAN, y gusta de la música barroca, la ópera y las baladas en español
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POR GERADO ANTONIO MARTÍNEZ
@Gerar_martinezv
A finales de noviembre del año pasado, Margarita Zavala coincidió en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara con el escritor francés Emmanuel Carrère. Mientras la primera estaba en esta ciudad para presentar su libro Es la hora de México y recolectar firmas para su candidatura independiente para la Presidencia de México, el segundo estaba de visita para recibir el premio FIL en Lenguas Romances. El encuentro, dice su hermano Juan Ignacio Zavala fue breve, cordial y una muestra de su admiración por el autor de Una novela rusa.
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“Últimamente le ha dedicado lecturas a Emmanuel Carrère, en particular a El reino, una novela sobre su conversión al catolicismo. También le gustó mucho El adversario, que es la historia de un hombre que asesinó a su familia”, cuenta.
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Pero las afinidades de Margarita Ester Zavala Gómez del Campo van más allá. La quinta de los siete hijos de los abogados Diego Zavala y Mercedes Gómez del Campo, nacida el 25 de julio de 1967, gustaba de frecuentar la biblioteca de su padre, donde conoció la obra de León Tolstói, Fédor Dostoievski y Gilberth Keith Chesterton, este último un converso al catolicismo al igual que Carrère. Por su cuenta, Margarita se ha acercado a la obra de Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez y William Ospina (de quien le entusiasmó su novela Ursúa, sobre la conquista de Colombia y Venezuela).
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Sin embargo, dos de los episodios para ella más memorables tuvieron como fondo “Va, pensiero”, coro de la ópera Nabucco, de Giuseppe Verdi, que narra la esclavitud del pueblo judío en Mesopotamia. El primero fue la toma de protesta del doctor Salvador Nava como “gobernador legítimo” de San Luis Potosí el 10 de octubre de 1991, en la que se entonó este coro después del Himno Nacional. La segunda fue durante el nacimiento de dos de sus tres hijos.
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Su hermano Juan Ignacio Zavala, entrevistado por EL UNIVERSAL cuenta que la danza tampoco le es ajena, pues ella practicó ballet entre los seis y doce años de edad en una academia en la colonia Del Valle, en la Ciudad de México, lo que no está reñido con su gusto por el futbol americano y otras aficiones que compartieron en la infancia: “Semana Santa era una época muy especial, de recogimiento en la familia. Veíamos Jesús de Nazareth, miniserie de Franco Zeffirelli, o Los diez mandamientos (protagonizada por Charlton Heston). En nuestra infancia íbamos a los cines Manacar, Bella Época y Mundo Feliz. Recientemente fue a ver Las horas más oscuras, sobre Winston Churchill, y la nueva versión de Ben-Hur”.
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Margarita Zavala se educó en el Instituto Asunción hasta la preparatoria. Es egresada de la Escuela Libre de Derecho, de la que se recibió en 1992 con una tesis dedicada a organizaciones pioneras en la defensa de derechos humanos, como el comité Eureka, el centro Fray Francisco de Vitoria y el centro Miguel Agustín Pro.
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Su interés en los derechos humanos se ha enfocado en el trabajo de dirigentes que en sus países se enfrentaron a regímenes autoritarios, como monseñor Óscar Romero, asesinado en 1980 por sus denuncias a las violaciones de derechos humanos cometidas por el ejército salvadoreño; Corazón Aquino en Filipinas; y el líder sindical polaco Lech Walesa.
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Pero si sus referencias sobre libertad y resistencia civil no parecen pertenecer a los movimientos políticos de los siglos XIX y XX, sino a pasajes bíblicos, en su juventud el repertorio musical incluyó baladas pop y algo de la movida madrileña. Para esta estudiante de la Escuela Libre de Derecho y militante del Partido Acción Nacional desde 1984, en su repertorio había espacio para Mijares y Emmanuel, el tenor Francisco Araiza y el cantautor español Joaquín Sabina (“Rebajas de enero” es una de sus favoritas).
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“Fui una joven relajienta, pero nada del otro mundo; me gustaba la fiesta pero no los antros”, cuenta en su libro autobiográfico Mi historia (Grijalbo, 2016).
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Fue en 1986 cuando conoció a Felipe Calderón, presidente de la República de 2006 a 2012, en una convención del PAN a la que la llevaron sus padres, militantes de este partido. Tiempo después coincidirían en la Escuela Libre de Derecho y en los cursos de capacitación que Carlos Castillo Peraza daba a las juventudes panistas. “De él retomaron el compromiso por el partido y su convicción democrática; la acción de la política como una actividad para evitar el dolor, el sufrimiento y generar el bien común, además de la creación de instituciones. Castillo Peraza tenía una visión gomezmorinista muy importante”, cuenta su hermano Juan Ignacio.
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Entre sus profesores en la Escuela Libre de Derecho estuvieron Miguel Alessio, Pedro Ordorica, Fernando de la Peza y Luis Pazos, además de Manuel Gómez Morín –hijo del fundador del PAN–, quien le dio la primera oportunidad para litigar en el despacho Estrada, González y De Ovando.
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Zavala tampoco es ajena al debate público. Su rechazo al matrimonio homoparental y al aborto la ha llevado a participar en al menos una polémica sobre los derechos sexuales y reproductivos. En 2001, la revista Arcana publicó un debate entre ella y Marta Lamas. Así la narra en su autobiografía Mi historia: “Me propuse hablar de lo que, según yo, nos unía. Comencé afirmando que había muchas cosas en las que ambas coincidíamos y Marta me paró en seco: ‘No, perdón, pero no coincidimos en nada’. Escribí que para mí era un honor coincidir con alguien como ella, que había luchado tanto por las mujeres: Marta reviró afirmando que no veía dónde podríamos estar de acuerdo las dos, que no encontraba nada, y habló largamente sobre ‘el partido conservador’ al que yo pertenecía. ‘Me enviaste con tu dedo flamígero al infierno del conservadurismo’, le contesté”.
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En 1997 llegó María, su primogénita, quien nació por cesárea. En el nacimiento de sus otros dos hijos, Luis Felipe y Juan Pablo, tuvo más posibilidades para planear el momento. Se decidió por partos psicoprofilácticos, método que le dio oportunidad para poner algunas de sus canciones más significativas: “Jesús, alegría de los hombres”, de Johann Sebastian Bach, la ya mencionada “Va, pensiero” y la música de la película La misión de Ennio Morricone.
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Esta película le ha servido a Zavala en su trabajo como profesora de Derecho en el Instituto Asunción –de la colonia Las Águilas, al sur de la Ciudad de México– para abordar los temas de razón de Estado, límites y fronteras. En estas clases también se ha apoyado en la lectura de Noticias del imperio, de Fernando del Paso, sobre Carlota y Maximiliano, y La columna de hierro, de Taylor Cadwell, sobre la vida de Cicerón.
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Como admiradora de Cicerón, Zavala dio, en sus primeros días de campaña, un discurso ante los miembros de la Sociedad de Autores y Compositores de México: “Los mexicanos hemos recibido de ustedes sus canciones, sus versos, sus notas, y nos han inspirado y nos han acompañado”. Junto a ella se encontraba Consuelo Sáizar, ex presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) durante el sexenio de Calderón y coordinadora de cultura en su equipo de campaña. Luego de dedicarle su canción “No sé tú”, Armando Manzanero, presidente del gremio de compositores, aprovechó para recordarle la necesidad de hacer reformas que garanticen los derechos de autor en una industria que cada vez presenta nuevos retos en las plataformas digitales.
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Armando Manzanero ha confesado que le canta a los enamorados. ¿A quién le canta esta mujer que alguna vez, de niña, fue bailarina y hoy es admiradora de Verdi, ávida lectora y litigante, y que busca ser la primera presidenta del país?
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No sé tú.
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Ilustración: Boligan
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