¿Música mitológica?

Jul 20 • Miradas, Música • 5393 Views • No hay comentarios en ¿Música mitológica?

POR LIS PÉREZ SANTOJA

Las mitologías han sido fuente de inspiración musical de diversa índole. Entre sagas y eddas, las nórdicas han encontrado eco en los autores de la región, siendo el caso más notorio las numerosas obras de Jean Sibelius, el más genial de sus compositores, basadas en  el Kalevala finlandés. Ni qué decir de las leyendas mitológicas germanas, que combinadas con otras tradiciones y la invención personal dieron lugar a la más formidable música de todas, la monumental tetralogía de Richard Wagner, El anillo del nibelungo.

 

Las mitologías griega y romana, con su hermanada poesía latina, inspiraron numerosas óperas, muy abundantes en el Barroco y algo decrecientes en los periodos musicales que le siguieron. ¿Podríamos hablar de una mitología bíblica, sin herir susceptibilidades? ¿Qué hubiera hecho J. P. Rameau sin sus temas bíblicos? ¿Y qué habría hecho G. F. Händel sin sus temas bíblicos y la historia del cristianismo primitivo? De Saúl a Israel, de Susana a Teodora…

 

Sin embargo, en las mitologías en sí mismas, hay pocas escenas con música o relacionadas con ella. Veamos un caso:

 

El inquieto dios Pan persigue a la bella ninfa Siringa (dando por hecho que todas las ninfas son bellas) y ésta intenta huir pidiendo auxilio. Cuando, para salvarla, es convertida en una flauta de Pan (ese primitivo instrumento de pequeñas flautas de carrizo unidas entre sí, cuyo origen se pierde en la prehistoria griega) el desconsolado dios que prestó su nombre al instrumento soplaba aquella flauta para extraer el canto de Siringa convertido en el etéreo sonido del mágico instrumento.

 

Siendo compositores tan distintos, hay curiosos vasos comunicantes entre Claude Debussy y Benjamin Britten; uno de ellos es la interrelación que guardan con estos personajes mitológicos. Debussy hace flotar el espíritu de Siringa en las sugestivas notas de su obra Syrinx (tal es el poco evocador nombre griego de la infausta ninfa), escrita para flauta sola, un pequeño estudio para armonías arcaicas y misteriosas. Britten, pisando terrenos más firmes, compuso un ciclo de piezas para oboe solo, 6 Metamorfosis sobre Ovidio, basadas en el libro de ese título del gran poeta latino Ovidio, sobre personajes que fueron transformados por los dioses respectivos, para su castigo, su premio o su salvación. La primera de estas piezas, Pan, pareciera una contraparte para el personaje musical de Debussy, pues la obra tiene más bien una descripción del carácter de aquél que de la anécdota misma.

 

Ambas obras formaron parte de un mágico concierto celebrado en el Teatro Ocampo de Cuernavaca, como parte del programa pedagógico Sonoro 2013 que, concebido por Ignacio Toscano y producido por la Secretaría de Cultura de Morelos, incluyó conciertos y clases magistrales. El concierto se dio en un brillante contexto escénico de sugestiva atmósfera y continuidad musical concebido por Pablo Chemor, compositor, productor y director escénico. El concepto incluyó un teatro en penumbras y el uso de palcos para los dos monólogos musicales mencionados, como si Syrinx expresara su mala suerte y Pan le respondiera con su desconsuelo. ¿A quién se le hubiera ocurrido que se tocara una sonata en trío de J. S. Bach con tres voces de alientos, cada músico en palcos y en el foso orquestal, logrando una polifonía  que ni Bach habría imaginado para su austera Santo Tomás de Leipzig?

 

El flautista francés Matthieu Gauci-Ancelin, que ha tocado con la Filarmónica de Berlín, la Gewandhaus de Leipzig y la Staatskapelle Dresden, y el oboísta alemán Bernhard Heinrich, solista de la Academy of Saint Martin in the Fields (¿recuerda el gran solo de oboe de la Gran Partita de Mozart en Amadeus?) contaron con la complicidad de los pianistas mexicanos Carlos Salmerón y Dmitri Dudin, y el fagotista alemán Christian Kunert. La inteligencia del programa incluyó la Sonata para flauta de F. Poulenc y las Romanzas para oboe de R. Schumann, así como una deliciosa y cinematográfica Suite Bourgeoise.

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