Nanodiccionario de David Huerta (1949-2022)

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Clásicos y comerciales

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POR CHRISTOPHER DOMÍNGUEZ MICHAEL

Alcohol.

El alcohol lleva en su mano brujas verdes
y hacía volar poliedros de llamas y los encajaba
debajo de los párpados con una rabia concentrada

 

 

“Alcohol” en Hacia la superficie (2002)

 

 

Artaud.

Artaud tenía razón, siempre es mejor abrazarse a uno mismo y roer
//esos huesos en un rincón aparte, no molestar a los demás,
//Inocentes y esquivos,
No perseguirlos con estas cuartillas que arderían tan bien durante el
//invierno, en los suburbios.

 

 

“Index” en Versión (1978)

 

 

Baba.

Todos equivocados, todos.
Baba palustre o grafismo contra el día mediocre de enero,
castor con sus alveolos filosóficos.
Pérez constante oye mi muerte, blanca, blanca.

 

 

Factótum, capitular de Pérez” en Calcinaciones y vestigios (2000)

 

 

Beckett.

Adentro, en las rajadas claridades
del remolino, el artista beckettiano
se agazapa, se curva, hecho un ovillo
de uranio, despidiendo toscos perfumes
de fenomenología. Sobre sus espaldas,
la tarde es un vaho de polimorfismo perverso.

 

 

“El remolino” en La calle blanca (2006)

 

 

Efraín.

La marea volvió a detenerse. De su centro salían manos
//idolátricas, por todos lados
hervía el resplandor húmedo de su apasionada colección de ídolos.
Volví a gritar, dije con toda mi fuerza en agonía
los nombres que sabía, mi propio nombre, las ideas que en el
//amanecer he tenido
y las fórmulas de mi amor y de mi odio —la primitiva sal de
//mis vocabularios,
el salmo y las músicas de mi deseo y de mi vida, los verbos
//transitivos y los intransitivos,
los mullidos adverbios, los adjetivos lancinantes, la argamasa
//benéfica de las preposiciones.
La marea se detuvo por última vez y desperté hecho polvo sobre
//una cama mojada por mi sudor y por mi orina
y fui al baño a lavarme antes de salir a trabajar, como todos
//los hábiles días de mi vida civilizada.

 

 

Incurable (1987)

 

 

Emma Bovary.

Detrás de ese cristal gira y se detiene
la noche de los labios, derviche atravesado
por un licor de rayos y astillas entintadas
con un final de novela, estallido de esquirla
sobre los lastimados o muertos ojos de Emma Bovary.

 

 

“Detrás del cristal” en El cristal en la playa (2019)

 

 

Escritor

El escritor lee. El escritor corrige.
En vilo se ha inflamado y ahora
se debilita. Vuelve a escribir
hasta la extenuación, siempre
al borde de abismos diminutos.

 

 

“Escritor en vilo” en El azul en la flama (2002)

 

 

Futuro

La fracción de un segundo parece un pliegue
un hueso roto, una diferencia en la suma—

 

 

es semejante a un agua profunda que baña tus palabras
y les da un perfi-Goethe, una perspectiva-Picasso,

 

 

“Antes de que comience el futuro” en Lápices de antes (1993)

 

 

Geometría.

Leí en los brillos equívocos de la materia
sentencias y poemas. Leí novelerías hundidas.
Leí el final de los tiempos en los pliegues
de la manecilla que marca los segundos.
Vi los salones de bibliotecas helicoidales,
alfa y omega de una geometría soñada.

 

 

“Elevación de los elementos” en Canciones de la vida común (2008)

 

 

Insomnio.

El insomnio es la boca de los entes,
la numerada soga
de la finitud ciudadana, la ciudad
de la materia y los diezmos.

 

 

“Insomnio” en La sombra de los perros (1996)

 

 

Jet.

Ahora me siento a pensar pero tengo la mente en blanco. Miro un cielo y pasa un jet. Miro la tierra y siento la desgarradura de los fenómenos. Pienso apenas en lo que leí en un libro sudamericano, aquellas palabras diáfanas y tristes de un improbable poema árabe: Ojalá yo hubiera nacido muerto.

 

 

“El soldado universal” en El ovillo y la brisa (2018)

 

 

Magia.

Si hablo de magia es sencillamente porque la aparición de esas voces me obligaba a pensar en esos términos, a mí, que aunque supersticioso tengo un lado racional, a pesar de todas las pruebas en sentido contrario, es decir: todo aquello que muestra o comprueba que no hay en mí más que hilachas de pensamiento premoderno y que por eso me dedico a lo que me dedico, sin consultar a nadie, ni a Merlín ni a Leibniz, si así puedo decirlo.

 

 

El viento en el andén (2022)

 

 

Musgo.

El corredor de distancias
ve crecer musgo
en las orejas de sus rivales.

 

 

“El corredor de distancias” en El jardín de la luz, 1972.

 

 

Neruda.

Cada comparación, cada metáfora, cada enunciado del poema sirve para poner de resalto la elementalidad de un objeto natural, que aparece en el poema rodeado y como redimido de su vulgaridad, de su continuidad pues ha sido sometido al escrutinio amoroso, puntual y elogioso de la oda. Los lectores de Neruda no han vuelto a ver, oler y gustar de una simple cebolla de la misma manera, después de leer y disfrutar de esa oda elemental.

 

 

El correo de los narvales, 2006.

 

 

Ronsard.

Recuérdame, te pido. No soy ningún Ronsard, fui tu amante
y al tocarte mi cuerpo se cubrió de canciones asesinas.

 

 

“Noviazgo” en Historia (1990)

 

 

Saint-John Perse.

Las lunas rosas y verdes pendían como mangos en el huerto o en el jardín de una familia colonial francesa asentada en una propiedad de las Antillas donde se explotaba a los nativos, descendientes de negros africanos en su mayoría. De ahí a señalar un “reprobable” ingrediente colonialista en la poesía de Saint-John Perse, hay una distancia inmensa; por desgracia, esa distancia suele cubrirse —nos consta a muchos— de un solo tranco: “he aquí”, puede concluir una burda sociología literaria, “un ejemplo de las exquisiteces de los poetas beneficiados por la explotación imperial del Tercer Mundo”.

 

 

Las hojas sobre poesía (2007–2019) [2020]

 

 

Texto.

El nombre debe coleccionar sus mutaciones y su seguridad, si la
//tradición desemboca en el “texto”,
la palabra y el dicente, el insigne lector y su sombra civil
tendrán la limpieza del espejo o la línea de su sentido,
el poder de inscribir en el “ánimo” todo su desconcierto, aun la
//fertilidad de lo extraño
que sedimenta en el espacio del nombre y sus tareas.

 

 

Cuaderno de noviembre (1976)

 

 

Tolomeo.

En un jardín cerrado Tolomeo
mira el azul acaso. Alejandría
es íntima y lejana: el claro día
se adelgaza en las salas del museo.

 

 

“Sobre museos” en After Auden (2018)

 

 

Tradición.

Ezra Pound decía: la tradición es algo bello, digno de conservarse, no necesita agregar: lo conservamos con amor, por amor. Su divisa vanguardista e imaginista, vorticista, proclama u ordena, con un diáfano poder de persuasión, Make it New. Ese “it” de la divisa poundiana es la tradición traicionada.

 

 

El vaso del tiempo. Ensayos, 2017.

 

 

Uñas.

Uñas para tus cristos, tus guiñapos, tus costados heridos y
la sabiduría del vinagre que brillará en los labios esclavos.
Frases de la ley-vida, secreciones de las orillas del río, crueles
//quillas del canto que me rompe la boca. Alguien puede llegar.

 

 

Incurable (1987)

 

 

Vaso.

El vaso está atravesado de rayos
y de nubes. Centauros, unicornios,
asoman por los bordes.
Una espada diminuta
se insinúa
sobre la superficie argentada
del agua que se colma.

 

 

“Dentro del vaso” en La música de lo que pasa (1997)

 

FOTO: Efraín Huerta y su esposa, Mireya Bravo, antes de su boda/ Imagen de la exposición Efraín Huerta. Un poeta del alba

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