Nikkei… Correo De Hiroshima: el olor de la guerra
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La obra de teatro, que recrea la vida de dos hermanos mexicanos de ascendencia japonesa, es un grito por la paz ante el horror que produce en el espectador el acercamiento fugaz a la destrucción que producen las armas nucleares
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POR JUAN HERNÁNDEZ
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Si el teatro es vida, es decir una expresión del presente, del aquí y del ahora, como decía Peter Brook, la propuesta de Irene Akiko, la artista mexico-japonesa, consigue una obra ejemplar con la puesta en escena Nikkei…. Correo de Hiroshima. Inusual experiencia que sumerge al espectador en el horror de la guerra, de manera sensorial, al privarlo por un lapso del sentido de la vista, para que huela y sienta con todo su cuerpo el horror de la destrucción que significó la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki.
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Un trabajo escénico para que el público sienta en su piel el viento de los aviones de guerra, las alas de las aves revoloteando por encima de sus cabezas; perciba el olor de la llanta quemada o el polvo que se levanta en un gallinero agitado, así como aromas de comida y de incienso para los momentos sagrados.
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Basada en la novela Correo de Hiroshima, de Victor Manuel Camposeco, dirigida por Irene Akiko, y adaptación al teatro de Javier Márquez, el montaje es un grito por la paz, que surge del horror que produce en el espectador el acercamiento fugaz a la destrucción producida por la bomba atómica que destruyó Hiroshima, primero y, luego, Nagasaki. Sucesos que dieron fin a la Segunda Guerra Mundial y marcó un parteaguas en la historia moderna.
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Nikkei… Correo de Hiroshima, siguiendo al director de tratro Peter Brook, es una experiencia que vale la pena ser vivida. Una vez colocado en el espacio teatral, el espectador es llevado por un viaje en el que necesariamente debe encender los motores sensoriales y, también, el de la consciencia.
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El asistente deberá absorber, a través de la respiración, olores y, una vez privado del sentido de la vista, experimentar el poder de su imaginación, que producirá imágenes nítidas en relación con la destrucción provocada por la guerra.
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Si al inicio hay cierta resistencia a privarse del sentido de la vista, cuando la instrucción es que ya se puede volver a ver, el horror que se ha imaginado es de tal magnitud que el espectador permanece un tiempo con los ojos cerrados, pues no sabe si lo imaginado aparecerá frente a su mirada.
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Irene Akiko Lida es una directora y actriz que, en el terreno del arte contemporáneo, está proponiendo nuevas formas de aproximación al quehacer escénico. Se le ha visto dirigida por otros creadores, como Claudio Valdés Kuri, en El automóvil gris, y David Psalmón, en Humboldt. México para los mexicanos.
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Irene Akiko es actriz, bailarina, dramaturga y directora de excepción. Ocupa un lugar aparte en el modo en que entendemos estas profesiones en occidente; y eso se debe en gran parte por ser ella misma una persona híbrida, que abreva de la tradición de oriente y la cultura de occidente. Su ser se ha convertido en un puente que permite que estás dos raíces se toquen.
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La fuerza de la narrativa de la propuesta Nikkei… Correo de Hiroshima, radica en la posibilidad de vivir el suceso del teatro en carne propia, en la consciencia y en el espíritu. De ahí que después de experimentar esta forma de producir teatro, la definición del arte teatral en sus conceptos convencionales se transforme radicalmente.
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Desde luego, hay una historia básica. Una historia humana. La de los japoneses que salieron de su país en busca de mejores oportunidades de vida en el siglo XIX y llegaron a la costa del Pacífico estadounidense, pero también a la región del Soconusco, en Chiapas. En esa región un hombre japonés se enamora de una mujer mexicana. Tienen dos hijos, una mujer y un hombre. La joven se va a estudiar medicina a Japón, pero también a reencontrarse con su otra raíz. Y lo hace justo en medio de la Segunda Guerra Mundial, que finalizará con el horror paralizante del bombardeo atómico.
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Irene Akiko revive el horror que se experimenta como algo verdadero cuando se produce a partir de lo sensorial; pero también habita la mirada cuando los espectadores pueden mirar y se encuentran con una atmósfera atroz, devastadora, de la que emergen los cuerpos de los bailarines de danza butoh, que interpretan a los damnificados del bombardeo atómico.
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El corpus y el alma de la humanidad dentro del infierno dantesco es un llamado a la paz en los tiempos que corren; una forma de alerta frente a los peligros de una destrucción de grandes proporciones, latente en el mundo contemporáneo.
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Así de grande es el teatro de Akiko. Y así de inmensa es la humildad y el talento con el que ejerce el arte de la escena.
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FOTO: Nikkei… Correo de Hiroshima, puesta en escena basada en la novela Correo de Hiroshima de Víctor Manuel Camposeco, adaptación de Javier Márquez, dirección de Irene Akiko Lida, ambientación sonora original de Homero Guerrero, iluminación de Ingmar Montes, coreografía de Akiko, vestuario de Akiko y Jarmila Dostalova, diseño de sensorama de Arturo Tames, con las interpretaciones de Irene Akiko, Laura Jaimes, Arturo Tames, Viridiana Manjarrez y Ammi Villanueva, se presenta en el Teatro Santa Catarina (Jardín Santa Catarina 10, Coyoacán), miércoles, jueves y viernes a las 20:00, sábados a las 19:00 y domingos a las 18:00, hasta el 3 de septiembre. (Excepto el 16 de agosto). /Andrea López, Dirección de Teatro UNAM.
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