Noticias de un amor lésbico del siglo XVII
POR ABIDA VENTURA
Las primeras pistas sobre el manuscrito que revelan un particular proceso judicial por lesbianismo seguido por las audiencias reales de Castilla y León contra dos mujeres en el siglo XVII llegaron a oídos del historiador Federico Garza Carvajal (Laredo, Texas, 1959) gracias a un colega suyo, el catedrático español Rafael Carrasco. Con esta referencia, en 1995 se trasladó hasta Simancas, provincia de Valladolid, en busca de fuentes documentales sobre la sodomía masculina en el siglo XVII. Fue allí donde, entre cientos de legajos, localizó un amarillento manuscrito de 142 folios que documentaban este caso histórico, único en su tipo.
“Empecé a leer y no me lo podía creer. En ese momento supe que este proceso tenía que ser un libro aparte”, recuerda el historiador.
Desde su primer libro, Quemando mariposas: sodomía e imperio en Andalucía y México (2002), el autor menciona la relación amorosa de Inés de Santa Cruz y Catalina Ledesma, pero para poder revelar la historia completa tuvo que tocar varias puertas editoriales y esperar 17 largos años: “Mi primer libro se publicó en inglés y en castellano, luego me dediqué a este proceso del que escribí primero en inglés. Pero no encontraba un editor y, por fin, hace unos dos años, en Valladolid, una editorial se interesó mucho en el tema, pero para eso tuve que escribir otra versión en castellano”, revela.
La versión en inglés de Las Cañitas, que se publicará próximamente, es una especie de historia novelada. Pero la edición en español, publicada en 2012 por la editorial Make & Do Books con un diseño muy artesanal, a manera de “guiño posmodernista a los escribanos del XVII”, y que actualmente está disponible en Amazon, es un “ensayo puro y duro”. “Siempre había querido publicar el manuscrito ad verbum, como un material que sea útil para antropólogos, sociólogos y gente que estudia filología, literatura comparada, porque el texto es muy interesante y único”.
El historiador estadounidense se ha dedicado desde 1994 a documentar la sodomía masculina en diversos acervos históricos europeos y sus primeras investigaciones lo llevaron hasta el Archivo General de la Nación y la Biblioteca Nacional de México, pero en ese largo andar, el de Inés de Santa Cruz y Catalina Ledesma es hasta ahora el único proceso de lesbianismo con el que se ha topado en una fuente documental. “Se ha escrito sobre el lesbianismo en el siglo XVII pero utilizando fuentes literarias y no archivísticas”, dice.
Garza Carvajal, quien ha sido académico en diversas universidades europeas, considera que en la historiografía sobre la homosexualidad el tema del lesbianismo sigue siendo tabú. “Yo diría que sigue siendo un poco tabú… Cito a varios historiadores, pero se basan en literatura.
“La sodomía femenina ha sido relegada. Como las mujeres siempre han pasado desapercibidas, como que no le daban mayor importancia al tema, por eso creo que no se conocen muchos casos”.
La carencia documental sobre casos de lesbianismo, explica, también se debe a que aunque los moralistas consideraban esta práctica un delito, “era más bien una acción ‘no auténtica, imperfecta, desprovista de semen desperdiciado o dispersado’ por lo que los tribunales delegaron estos casos y sus sentencias a los obispos locales”.
—¿Entonces las relaciones lésbicas eran más permitidas?
—Hasta cierto sentido sí, eran más tolerables…, eran un delito, pero no tan grave como la sodomía masculina. Pero cuando se trataba de un caso como el de estas dos mujeres que inventaron un consolador de caña, había castigos.
Para el autor, que reside en Europa desde hace 30 años y vive entre Francia y Valladolid, este manuscrito del siglo XVII representa la oportunidad de demostrar los discursos contradictorios sobre la sexualidad por parte de las estructuras represoras del Estado-Iglesia:
“En el caso de estas dos mujeres es sumamente repetitivo el proceso, fueron tres juicios y se basan mucho en los primeros dos, en los detalles del acto sexual… unas historias que yo como escritor no hubiese sido capaz de inventarme jamás”.
“Cuando se habla de la sodomía, tanto masculina como femenina, se habla de un acto sexual antinatura, pero yo parto de la idea de que la sexualidad no es antinatural. Lo que es antinatural son los discursos de las estructuras represivas de la Iglesia y del Estado”.
“Si lo que es antinatural son los discursos sobre la sexualidad entonces creo que, como dice Beatriz Preciado (filósofa española feminista), la sexualidad es como las lenguas: todos podemos aprender varias”.
*FOTOGRAFÍA: Imagen de Federico Garza Carvajal, autor de Las cañitas/Especial.
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