Opinión pública
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Las redes sociales han cambiado nuestras formas de polemizar, la forma en que nos validamos mutuamente y entendemos nuestras convicciones
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POR JOSÉ LUÍS PEIXOTO
Alguien hace una declaración. En este momento, esas palabras tienen mucho sentido, tienen una especie de relevancia que todos entienden. Entonces, todos las comparten y les gustan (hacen clic en “me gusta”). Hay miles de personas (fotos en un pequeño cuadrado) que comparten y les gusta (hacen clic en “me gusta”). Esta idea es la tendencia del día. Los nuevos y viejos amigos se encuentran en este cuadro de comentarios. La gente comparte y le gusta (hacen clic en “me gusta”) los comentarios realizados en la declaración inicial.
Luego, tarde o temprano, dependiendo de la velocidad a la que se generó la unanimidad, llega un inteligente, falto de atención, que hace un comentario para contradecir a todos los demás. Empieza con cierta inquietud, se acabó la electricidad en la fiesta del convenio, y los invitados se miran en silencio, tratando de adivinar qué hacer, sin poder tomar la iniciativa. Pero no hay vuelta atrás. Poco a poco, hay quienes comienzan a gustar (haz clic en “Me gusta”) el comentario disidente. Su valentía se elogia en nuevos comentarios, se considera su legitimidad y, poco a poco, esta es la nueva tendencia del día, y aún no hemos llegado a la hora del almuerzo.
Parece que nos quedamos dormidos cuando creamos nuestro primer correo electrónico y, de repente, nos despertamos aquí. ¿Cómo llegamos a esto?
Una opinión no es lo mismo que una convicción, es mucho más superficial y volátil. Ahora, en este momento, decidimos sólo según nuestras opiniones, ya no tenemos tiempo para buceos profundos. Y, por un lado, nuestras opiniones se transforman a la velocidad de la información que consumimos, cada vez más superficial y volátil. Por otro lado, nuestras posiciones públicas dependen tanto de la persona que queremos proyectar a partir de nuestras llamadas opiniones.
Utilizo la primera persona del plural porque estamos juntos. No hay personas iluminadas que escapen a las decisiones colectivas, aunque se refugien bajo el paraguas sin palos de su ego, aunque se emborrachen con la idea de que los “me gusta” en sus declaraciones son personas a las que les gustan, fotos en un cuadrado que hacen clic en “me gusta”, ilusiones para engañarse con ilusiones.
Traducción de Diana Alcaraz
FOTO: Hoy, las redes sociales suman millones de usuarios que a diario vierten sus opiniones sobre distintos temas. Algunas de las redes más populares son Instagram y Facebook./ AFP
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