Pájaros azules en el centenario de Ramón Xirau

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Mariana Bernárdez dedicó estas palabras en El Colegio Nacional con motivo del centenario de Ramón Xirau, un filósofo y poeta de pausas y silencios

 

POR MARIANA BERNÁRDEZ¹

Me pasa el río que pasa / y yo soy este río /
si la ventana abierta / hace contagio de ojos
y de aguas.
Ramón Xirau, “El río”²

 

Mientras esto escribo viene a mi memoria la llamada de Ramón una tarde de sábado desde su casa en Cuernavaca para comentarme que las buganvilias habían florecido. El pasaje aún me hace sonreír y me confirma lo necesaria que me ha sido la mesura de sus palabras tanto como su bonhomía y su generosidad; inolvidables las conversaciones a trasiego o sus textos mecanografiados y corregidos con su letra pequeñísima escrita con tinta negra. Recuerdos vivos seguirán siendo la luz enhebrando las ventanas de su biblioteca y los libros apilados bajo un azar extremo, el baile de las jacarandas contra el cielo y el azoro con el que miraba el aparecer del mundo. Miro por la ventana, en la calle / caminan amarillas, lentas, las pisadas/ del sol. El cielo es azul, muy puro, muy azul. / A las seis todo está medio dormido aún, / oigo tan sólo el canto, campanadas.[i]

 

Perteneciente a una tradición humanista que conoció en menos de un siglo tres guerras terribles, le fue inevitable, bajo la experiencia del exilio, plantearse el fracaso como una forma radical de esperanza, porque una razón sin esperanza es la negación de la razón misma.[ii] Habría que recordar también su herencia estoica a través de la figura de Séneca, el reclamo por sostener la dignidad de la muerte y la armonía que se alcanza en la no resolución de los contrarios.

 

En Poesía y conocimiento[iii] muestra que hay otros modos de vivir donde el mito con sus imágenes en madero ardiente; la poesía con su excedencia fecunda y la filosofía a manera de forma mentis de consolación revelan un sentido de presencia que liga hacia lo alto. Su obra no se comprende sin estos matices, sin esta visión integral de razón, amor, mito, poesía[iv] y diría también, sin esta declarada rúbrica de la  fascinación.[v]

 

¿Cómo nombrar un pensamiento atravesado por un ordo amoris que responde al principio del corazón de Pascal donde el amor da espíritu, y se sostiene por el espíritu? [vi] ¿Tal vuelo habrá sido el hallazgo de la palabra como carnadura? Singular concepción del mundo, donde el catalán siendo matria dará cuenta de la plenitud de los momentos áureos,[vii] aquellos que derrotan la sombra del tiempo, y adentran en el arcano cuyo girar provoca el salto a otras esferas del saber. Transparencia. Abajamiento para recibir lo que se ofrece en el cáliz de su albor. Sea ello la materia mistérica de la poesía.

 

Presencia
¿Qué busco en este mundo, sino / tu silenciosa voz / que en el mal pone amor y encuentra amor? // Pero las luces de la ciudad especulan / con el níquel de las ventanas / y no hay vida que no tenga / algún principio puro, // ni nacimiento sin la muerte, ni fulgor sin espuma, / ni negación total sin la presencia. // ¿Y qué busco en las cosas, / sino tu huella llameante, / tu herida luminosa en los ramajes / trémulos de los pájaros? // Nacimiento sin muerte, / vida que me enmuralla  y que me busca, / ¿dónde tu mar secreto, inmóvil como el tiempo/ de la saeta? // Una voz de desierto se estremece en las faunas / diminutas del árbol. //[viii]

 

¿Y el español?, el español con el que leyó a Cervantes, a Reyes y a Villaurrutia, con el que escribió Epígrafes y comentarios, El péndulo y la espiral, Palabra y silencio, Ciudades…El español enlazado al latín, griego, francés e italiano, el que fue la patria con la que escribió su historia, dio clases, desarrolló su filosofía, en el que leímos a Platón, a San Juan de la Cruz, a Raimundo Lull, a Heráclito, a Dante y al que se tradujeron sus poemas por Sánchez Robayna, José María Espinasa y algunos otros conmigo aunque poco supiera de esa su lengua materna.

 

Pensar y cantar definirían su vida, pero con el pasar de los años comentaba que era más poeta que filósofo, lo cual se seguía por una de sus muy comentadas pausas acalladas. No habré de olvidar la emoción compartida al publicarse su poesía completa, poesía bellísima, y lo bellísimo, lo es para siempre.

 

No hay luz más perfecta
que las de estas ramas verdes
ahora que huye el sol
en la alta claridad del mundo.[ix]

 

Poesía tan azul[x] como el Mediterráneo -territorio de su infancia-, como el baile de las estrellas de una Barcelona incendiada de noche; azul como el cielo de Morelia o como la siesta del fauno.[xi] Poesía de imágenes claras, agua lustral donde la barca acompasa su movimiento al caer de la tarde, tapiz que resguarda en su tejido el secreto más secreto de aquello que habrá de astillarse en la memoria.[xii]

 

Experiencia abisal cuando el lenguaje pronuncia lo todavía no significado, tal el filo del destino[xiii] al abrir la flor de su resplandor. Perplejidad, ¿habrá la poesía de revelar el latido previo a lo encubierto, dar cuenta de la fragilidad velada y desvelada? “Pájaros muy azules / cantan muy lentamente / los pájaros azules. / Ahora que nacen, crecen, brillan / ramos de olas doradas.”[xiv]

 

Palabras de silencio maravillado que hacen permisible todo concebir; sustancia que surge de la intimidad como un pan recién salido del horno[xv] que reparte su logos por la entraña para extremar el discernimiento y trazar la cartografía de lo indomable. Así, escribir también es callar porque el poema-fruto retoña cuando atravesado por el fulgor se vuelve un  conocer poetizante. Para Xirau: “[…] el poema permite un conocimiento a la vez más hondo y también más matizado de los demás hombres, del mundo, de la ‘otredad’.” [xvi] Leo algunos versos de la primera estrofa de Gradas:

 

Las estrellas nos miran lentamente,
cierran sus ojos las bahías. El arco
de luz cerca los cabos en la ruta del fuego,
fuegos y banderas en las barcas, fosco
el fuego atónito de las naranjas,
en la aguanueva los naranjales.[xvii]

 

Poesía en varia invención donde lo múltiple y lo uno son el paisaje por el que se descubre el firmamento. Metáfora que pone bajo su abrigo lo donado: ese orden celeste de los opuestos, esa evanescencia. ¿Tras de qué va el lance de esta cacería sino en seguir el rastro de lo que va en huida? Sin duda, la palabra se acrecienta bajo el viento de la anunciación.[xviii] Una hoja navega en este río / y es verde y pura mar de luz y mar.[xix]

 

Y el entendimiento cursado sobre el eje de las diferencias y de las semejanzas, analogías y correspondencias, antinomias y quiasmos, alegorías y paradojas,[xx] y demás constelaciones, será una espiral que religue hacia una cosmovisión detonante de un reconocer y un recordar más amplio; entonces el corazón se transfigura, o lo que Xirau recordando a Paz señala como translumbramiento para referir ese momento de visión: “[…] en el sentido recto de la palabra: voz que nos habla, aire que nos penetra, espíritu que nos posee.”[xxi] Pájaro que trema en las ramas ensoñadas del poema:[xxii]

 

Los árboles nocturnos
¿hacen cantos de pájaros?
Vuelan, campanas, vuelan
gamos del tiempo.[xxiii]

 

Lo indecible hace estallar la coherencia para tocarnos con su silencio sonoro; es a través de la conmoción inducida por tal radicalidad que sobreviene la contemplación elocuente,[xxiv] lo que Xirau refiere como silenciosa epifanía de una atención iluminada.[xxv] Hay un centro que se cela y su evocación gira alrededor de su periferia en esta expansión de lo posible y lo posibilitante, en eso tan sereno de lo contemplado,[xxvi] eso lo que queda.

 

Entre lo incallable, y la temeridad de lo inefable, habrá de manifestarse el ritmo del universo que se replica en el poema. Resonar acusado entre las letras por las que se entrevé el tercero ausente capaz de testificarse a sí mismo, razón de amor[xxvii] cantada por los trovadores occitanos, Dios que ríe y juega entre lo escrito y los ojos que lo anidan; lazo que amarra la duración y la existencia.[xxviii]  Arenas crujen / danzan ríos / y Tú ríes y juegas, / lo ha dicho el Maestro Eckhart: / “Él ríe y juega”. // Los sauces se hacen río / y los ríos se vuelven sauces, / todo el universo se mira / en la mirada de Tus ojos. // Ah, en el mar, la ventisca / revira vira / viraviento.[xxix]

 

Impulso ascensional que se atestigua en el escorzo que anuda los hilos de un mayor nacimiento;[xxx] sea el poema la magnificencia de su visitación, y ocurra en su blanco el cruce de los tiempos sobradamente vivos; sea su expresión don de la luminiscencia del origen: Dame, Dios, / dame un grano de luz, / un grano de trigo de luz, / la gota de un racimo. // Dame, Dios, / la Luz.[xxxi]

 

Querido Ramón muchas felicidades en este tu centenario.

 

 

Notas: 1. Poeta y ensayista, su libro más reciente es Cuaderno bermejo. Estado de México, CEAPE-FOEM y UAEM, Col. Mujeres, razón y porvenir, 2023.

2. Ramón Xirau. “El río”, en Poesía completa. Edición bilingüe. Trad. Andrés Sánchez Robayna.  México: UNAM y FCE, Col. Tierra Firme, 2007, p. 89.

[i] Ramón Xirau, “Paisaje” en Poesía Completa. Op.Cit., p. 275.

[ii] José Luis Mora, “María Zambrano. Una filosofía para afrontar el fracaso”, en Aurora, Seminario María Zambrano, Universidad de Barcelona, noviembre-diciembre 2015, pp. 52-64.

[iii] Ramón Xirau. Poesía y conocimiento: Borges, Lezama Lima y Octavio Paz. México: Cuadernos de Joaquín Mortiz, 1978.

[iv] Ramón Xirau. El desarrollo y las crisis de la filosofía Occidental. España: Alianza Editorial. Libro de Bolsillo, 1975, p. 42.

[v] Hago alusión al concepto del mysterium  fascinans de Rudolf Otto, en Lo santo, lo racional y lo irracional en la idea de Dios. España: Alianza Editorial, 1996,  tan cercano a la propuesta de Cuatro filósofos y lo sagrado. México: Cuadernos Joaquín Mortiz, 1986.

[vi]  “El corazón tiene razones que la razón desconoce”, en Alicia Menchaca Pérez Rulfo. “El principio del corazón en Blaise Pascal”, en  https://revistareplicante.com/el-principio-del-corazon-de-blaise-pascal/, consulta realizada el 16 de diciembre del 2023; y “XXIII: El amor da espíritu, y se sostiene por el espíritu. Se necesita dirección para amar; uno se cansa todos los días buscando maneras para gustar, no obstante, es preciso complacer, y uno complace.”, en https://apiedeclasico.blogspot.com/ 2020/04/razon-de-amor-pascal.html, consulta realizada 27 de diciembre 2023. Recuérdese también la importancia que para “los institucionalistas” tuvo educar en el amor, refiero el artículo de “Charitas” de don Joaquín Xirau: “Educar es abrir el camino para que seamos amorosamente libres. Y si educar es amar, lo es en un sentido muy preciso. Educar es fundar un posible ordo amoris, un orden de amor.”, en http://biblioteca.itam.mx/estudios/estudio/estudio05/sec_20.html

[vii] Rafael Argullol. El cazador de instantes. España: Acantilado, 2010, p. 15.

[viii] Ramón Xirau, “Presencia” en Poesía Completa. Op.Cit., p.73.

[ix] Ramón Xirau, “Claridad” en Poesía Completa. Op.Cit., p.93.

[x] Recuérdese el verso del  poema “Delphi”, en Poesía Completa. Op.Cit., p.221. “azul golfo preciso” y más adelante “baja el azul conocimiento”.

[xi] Véase programa de mano del ballet de Nijinski “La siesta de un fauno” basado en el Preludio de Debussy inspirado en el poema de Mallarmé ilustrado con la acuarela de Leon Bakst, en https://historia-arte.com/obras/fauno, consulta realizada 15 de diciembre de 2023.

[xii] Véase Mariana Bernárdez. Ramón Xirau a la orilla de sus palabras. México: CCH-UNAM, Col. Ensayos sobre Ciencias y Humanidades, 2022, pp. 13-18.

[xiii] Ramón Xirau, “Delphi”, Ibídem. p. 221. “¿El auriga? Todos somos este auriga / destinado a leer todos los destinos”.

[xiv] Ramón Xirau, “Brevísimo recuerdo de Baudelaire”, en Poesía completa. Op.Cit. p. 501.

[xv] Aludo a César Vallejo “[…] de algún pan que en la puerta del horno se nos quema”, de “Los heraldos negros”, en https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/los-heraldos-negros-989444/html /eae63b2d-6488-4127-86d9-2afe24d245a4_2.html, consulta realizada el 28 de diciembre del 2023.

[xvi] Ramón Xirau. Poesía y conocimiento, Op.Cit. p. 26.

[xvii] Ramón Xirau, “Gradas I” en Poesía Completa. Op.Cit. p.129. Recuérdese también “Xadrez de estrellas”, p. 191 donde escribe “Las estrellas juegan al ajedrez enamoradamente”.

[xviii] Mauricio Wiesenthal. Rainer Maria Rilke. (El vidente y lo oculto). España: Acantilado, 2015, p. 683.

[xix] Ramón Xirau, “Gradas I”, en Poesía completa. Op.Cit. p. 131.

[xx] Ramón Xirau, “Letras, artes y críticas”, en Ars brevis. Epígrafes y comentarios. México: El Colegio Nacional, 1985, p. 98, escribe: “[…] la paradoja conduce a formas de la verdad. Y, dicho sea de paso, en este punto la paradoja se parece a la metáfora o, mejor dicho está en la metáfora. […] que suele unir términos en apariencia alejados, dispares o aun contrarios.”

[xxi] Ramón Xirau. Octavio Paz: el sentido de la palabra. México: Joaquín Mortiz, Serie El Volador, 1970, p. 98. Comentó en su momento que la “estrofa” de  “Blanco” de Paz dice: “Translumbramiento: / no pienso, veo / —no lo que veo, / los reflejos, los pensamientos veo”.

[xxii] Aludo al verso “pájaro hecho de ramas ensoñadas” de Xirau, “Las playas-claridad”, en Poesía completa. Op.Cit. p. 81.

[xxiii] Ramón Xirau, “Los árboles nocturnos”, en Poesía completa. Op.Cit. p. 309.

[xxiv] Ramón Xirau. El tiempo vivido. Acerca de “estar”, México, Siglo XXI Editores, 2a. ed., 1993, pp. 82-83, dice: “[…] existen lenguajes que, por modo de sugerencia, nos permiten aproximarnos a sugerir lo vivo singular. El mejor de estos lenguajes, ya lo he dicho, es el de la metáfora. Si digo, con San Juan, ‘la soledad sonora’, y digo con él ‘la música callada’, estas palabras no se refieren a algo tangible; se refieren a una realidad más alta —en el caso de San Juan, suprema— que es ‘fusividad’, unión de términos distintos que nos hablan de una realidad nueva. ¿Pero no es nuestra estancia, nuestra presencia, una forma de fusionar sin confundir, dimensiones de nuestro tiempo y dimensiones de la comunicación viva con los otros?”

[xxv] Ramón Xirau, “El madero ardiente”, en Palabra y silencio. México: Siglo XXI Editores, 2ª. Ed. 1971, p. 55.

[xxvi] Hago referencia al poema de Pedro Salinas El Contemplado donde se lee: “¡Si antes de la voz, ya estaba / en el silencio tan claro!”, en http://www.materialdelectura.unam.mx/index.php/poesia-moderna/16-poesia-moderna-cat/222-097-pedro-salinas?start=8

[xxvii] Ramón Xirau, “Gradas, VIII”, en Poesía completa, Op.Cit. p. 141 escribe “[…]  las palabras viven de la Palabra, fuego / que es la ‘Razón ardiente’ en el claustro del fuego. / Es el fuego puro de las horas precisas, / es, ¿pero puede decirse qué es?” y más adelante en la p. 145, “[…] en los ojos del niño –ah, barcas- / toda la oscuridad es ya la Razón Ardiente.”

[xxviii] Hago alusión a Duración y existencia con la que obtuvo el grado de doctor en filosofía, publicada por Facultad de Filosofía y Letras / UNAM y Ed. Terres Latines-IFAL. México, 1947.

[xxix] Ramón Xirau, “Gradas III”, en Poesía completa. Op.Cit.  p. 135.

[xxx] Joan Maragall, en la última estrofa del “Cántico espiritual” se lee: “Y cuando venga la hora temerosa / en que estos ojos de hombre se me cierren, / ábreme tú, Señor, otros más grandes /para poder mirar tu rostro inmenso. / ¡Séame la muerte un mayor nacimiento!”, en https://visat.cat/ traduccions-literatura-catalana/cat/fragments/57/19/esp/0/0/joan-maragall.html%5C consulta hecha el 7 de enero del 2024.

[xxxi] Ramón Xirau, “Dicho y descrito, IV”, en Poesía completa. Op.Cit., p. 259.

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