Perro sin raza, comedia dolorosa

Nov 15 • destacamos, Escenarios, Miradas, principales • 3951 Views • No hay comentarios en Perro sin raza, comedia dolorosa

 

POR JUAN HERNÁNDEZ

 

Mariana Burelli hizo la traducción al español de la obra Mongrel Island, del escritor británico Ed Harris, para su escenificación en México con el título Perro sin raza. Una comedia dolorosa sobre la asfixiante vida rutinaria de cuatro personajes que ven pasar el tiempo en la oficina de una empresa, en donde realizan tareas mecánicas e interminables.

 

Dirigida por el mexicano Fernando Rovzar, con las actuaciones de Hernán Mendoza, Marianna Burelli, Norma Angélica, Rocío Verdejo y Mauricio Isaac, la puesta en escena está hecha para resaltar la vulnerabilidad de los personajes, quienes, frente a la explotación de la que son objeto, reaccionan con un alto nivel de neurosis, frustración y miedo.

 

La escenografía de Florent Vitse recrea el área de una oficina común: un escritorio principal, el de la jefa, y tres compartimientos en los que realizan sus tareas el mismo número de trabajadores, sentados frente a la pantalla de un ordenador y rodeados de filas de fólders con papeles que deben ser procesados.

 

El “aparato” escenográfico juega un papel fundamental en el montaje, toda vez que es ese sistema de estructura piramidal, no humano, el que parece someter a los trabajadores, quienes sirven a intereses totalmente ajenos.

 

La obra de Ed Harris, estrenada en el 2012 en el Teatro Soho de Londres, se compromete con una reflexión crítica acerca del sistema de explotación en el mundo contemporáneo. La historia que narra en su comedia permite a los espectadores, de cualquier nivel socioeconómico, identificarse con lo que ocurre a los personajes.

 

María, interpretada magistralmente por Marianna Burelli, es un personaje frágil, vulnerable y triste. Como los otros personajes, tiene necesidad de trabajar y se somete a las reglas dictatoriales de la empresa, las cuales le impiden tener una vida personal, social y afectiva. La joven mujer vive prácticamente en la oficina, en donde pernocta con el objetivo de terminar su trabajo y obtener así el permiso que necesita para visitar a su padre.

 

Hernán Mendoza, uno de los más talentosos actores de la actualidad en el teatro mexicano, interpreta al trabajador más añejo de la oficina. Es duro, frío y directo. Odia a sus compañeros, porque para él la oficina donde trabaja representa la miseria del mundo.

 

Mauricio Isaac encarna a Elvis —llamado así porque hace un sonido similar al que emitía el rey del rock Elvis Presley—, quien se ampara en la fantasía del personaje mítico para sobrellevar la rutina de la oficina, que somete su espíritu a la asfixia. Mientras que Rocío Verdejo da vida a la jefa severa: una mujer que esconde su frustración tras la máscara de la autoridad y es igualmente víctima de la opresión de la rutina diaria vivida en el lugar de trabajo.

 

Si bien los personajes expresan un patetismo que, llevado al límite, provoca risa, no dejan de referir a una realidad dolorosa sobre el estado del alma. Realidad que puede ser fácilmente identificada en el mundo contemporáneo.

 

La comedia sirve como vehículo para hacer patente el destino trágico de los personajes. El humor negro y el sarcasmo subrayan la vulnerabilidad de sus espíritus frente a un sistema no humano, que exilia los sueños, los deseos y la posibilidad del amor.

 

El personaje interpretado por Norma Angélica, una mujer que aparece en las noches con su carrito de supermercado a limpiar las instalaciones, parece no ser de este mundo. En ella se hace presente la muerte como la única posibilidad de escapar a los horrores de la vida.

 

Perro sin raza es una comedia que aborda de manera seria la reflexión sobre las condiciones de vida de los seres humanos en el sistema de explotación capitalista, en donde la palabra inducción significa la renuncia a las necesidades individuales, para dedicar la vida a la satisfacción de las exigencias de un aparato de producción.

 

La puesta en escena de Fernando Rovzar produce empatía inmediata con los espectadores. Se trata de una obra que pega directamente en la conciencia y duele. Los personajes creados por Ed Harris son universales. Podrían estar en cualquier parte del mundo, viendo pasar las horas sin sorpresa y siempre con la angustia a flor de piel, frente a la amenaza de un poder inhumano que rebasa la capacidad de su entendimiento.

 

*Perro sin raza, de Ed Harris, dirigida por Fernando Rovzar, con Hernán Mendoza, Marianna Burelli, Norma Angélica, Rocío Verdejo y Mauricio Isaac, se escenifica en el Teatro Helénico (Av. Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn, México, D. F.), los martes y miércoles a las 20:30 horas.

 

*Fotografía: Perro sin raza es la adaptación al español de la obra Mongrel Island, del escritor británico Ed Harris / Yanko Bribiesca.

 

 

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