¿Por qué leer a Piketty?

Dic 13 • destacamos, principales, Reflexiones • 18497 Views • No hay comentarios en ¿Por qué leer a Piketty?

 

POR GERARDO ESQUIVEL

 

Economista, profesor-investigador de El Colegio de México; @esquivelgerardo

 

La semana pasada estuvo en México el reconocido economista francés Thomas Piketty, profesor de la Escuela de Economía de París y autor del libro El capital en el siglo XXI, el cual ha causado un gran furor y una gran controversia en Estados Unidos y en otras partes del mundo en donde ya ha sido publicado. Piketty vino a México a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara a presentar la versión en español de su obra, recientemente traducida y publicada por el Fondo de Cultura Económica (FCE). Además de la visita a la FIL, Piketty también dio conferencias en instituciones académicas como el CIDE, la UNAM, la UAM y El Colegio de México.

 

A juzgar por las abarrotadas conferencias que impartió en nuestro país, por las largas filas de personas que esperaron incluso hasta una hora para conseguir una firma y una foto del autor y por el hecho de que la primera edición de cerca de 50 mil ejemplares se agotó en cuestión de semanas, parecería innecesario escribir un artículo tratando de convencer a los potenciales lectores de la importancia de leer a Thomas Piketty. Sin embargo, como es bien sabido al menos desde el éxito editorial de la Breve historia del tiempo de Stephen Hawking, un gran volumen de ventas no necesariamente se traduce en un gran volumen de lecturas. Por ello, en esta breve nota trataré de convencer a los lectores de la importancia no sólo de comprar el libro sino, sobre todo, de leerlo.

 

En primer lugar, ¿a quién está dirigido el libro? El libro debería interesarles a todos aquellos estudiosos de los temas económicos, históricos y sociales. Es importante enfatizar que el libro no es sólo un libro de economía. Es, ante todo, un libro de historia económica que aborda temas como la evolución del capitalismo y de la desigualdad en numerosos países. A partir del estudio de estos temas el autor trata de derivar una gran interpretación de las tendencias e implicaciones generales del sistema capitalista. Es un libro escrito en un lenguaje relativamente accesible que permite ser leído por no especialistas y que hace un uso recurrente de pasajes literarios (predominantemente de Balzac y de Jane Austen), lo que facilita aún más la lectura. Ahora bien, la lectura de este libro no es tampoco un paseo en el campo. Aunque la redacción utilizada a lo largo del texto es relativamente simple, no se trata de conceptos sencillos o superficiales, sino más bien bastante profundos. El texto utiliza incluso algunas fórmulas matemáticas, que podrían ahuyentar a algunos lectores. Estas fórmulas, sin embargo, se explican con términos sencillos y bastante intuitivos a lo largo de todo el libro, por lo que no deberían representar un obstáculo irremontable para la gran mayoría de los lectores. A los que ese par de ecuaciones les parezca muy difícil o de plano incomprensibles, simplemente pueden omitir esas secciones, tratar de entender la parte intuitiva de las mismas y continuar con el resto del libro.

 

En segundo lugar, ¿de qué trata el libro y cuáles son sus resultados más relevantes? El libro es, como ya se dijo, un estudio histórico del capitalismo y de la evolución de la desigualdad. El autor presenta un análisis detallado de grandes tendencias observadas a lo largo de casi tres siglos en varios países desarrollados y algunos países emergentes. Entre otras cosas, el libro destaca una serie de hechos o tendencias fundamentales:

 

1) la importancia histórica del capital (entendida como riqueza y no necesariamente como factor productivo), que suele ser varias veces superior al ingreso, y que en fechas recientes ha empezado a regresar a sus altos niveles tradicionalmente observados;

 

2) la tendencia creciente de la desigualdad, representada por el creciente porcentaje del ingreso y de la riqueza que corresponde a grupos relativamente pequeños pero muy significativos de la población como son el 1%, el 0.1% y el 0.01% más ricos;

 

3) el rol de las herencias como un mecanismo perpetuador de las desigualdades. En uno de los capítulos más apasionantes e innovadores del libro, y basado en un análisis detallado de los archivos sucesorios franceses y otras fuentes históricas, el autor es capaz de documentar una serie de interesantes resultados sobre las herencias y su creciente importancia en algunas sociedades;

 

4) el hecho de que las grandes fortunas crecen más rápido que las fortunas más pequeñas. En uno de los capítulos más innovadores, el autor documenta un resultado que es hasta cierto punto sorprendente y que es en parte el resultado de la ahora famosa fórmula r > g, donde r es el rendimiento del capital y g es la tasa de crecimiento promedio de la economía. Lo anterior quiere decir que el capital crece más rápido que el promedio de la economía y, en la medida en la que el capital se encuentra concentrado en pocas manos, el ingreso y la riqueza tenderán a concentrarse aún más.

 

Los resultados anteriores, junto con otros temas que se discuten ampliamente en el libro, llevan al autor a concluir que, en ausencia de cambios significativos de política fiscal y regulatoria, el capitalismo tiende a producir una creciente desigualdad entre los que tienen mucho (el 1% más rico, por ejemplo) y los que no tienen tanto (el 99% restante). El autor también concluye que esa precisamente ha sido la tendencia histórica y que aquel periodo del siglo XX en el que la desigualdad disminuyó en varios países en el mundo (y que llevó a un economista como Simon Kuznets, Premio Nobel de Economía, a anticipar una tendencia optimista para el capitalismo en el que el crecimiento económico eventualmente conduciría a una disminución de la desigualdad), no fue sino un ajuste no natural, producido en parte por diversos choques políticos y económicos como lo fueron las dos guerras mundiales, el ascenso del comunismo y la creación de un Estado social en respuesta a las grandes inequidades imperantes en los países desarrollados. En ese sentido, el autor cuestiona la versión optimista de Kuznets al mismo tiempo que cuestiona la versión pesimista de Marx. Para el autor, ni el capitalismo producirá eventualmente la reducción de la desigualdad que anticipaba Kuznets ni tampoco dará lugar a la disminución gradual de las ganancias que sería la semilla que destruiría el capitalismo según Marx. Para Piketty, si algo pone en riesgo el capitalismo es la tendencia natural a la concentración de la riqueza y la tendencia a regresar a lo que él denomina un “capitalismo patrimonial”, en el que predominan las riquezas familiares y en donde la transmisión intergeneracional de la riqueza (es decir, las herencias) contribuye de manera decisiva a reproducir y a acentuar dicha tendencia, lo que puede conducir a que los sistemas democráticos devengan en plutocracias interesadas en defender el interés privado por encima del interés público.

 

Ahora bien, ¿qué se puede decir sobre el libro que no hayan dicho ya gente como Paul Krugman o Joseph Stiglitz (ambos reconocidos con el Premio Nobel de Economía)? Basta con leer sus apasionadas reseñas para saber que estamos frente a un libro muy importante para los economistas (“el libro de economía más importante del año y tal vez de la década”, dijo Krugman). Sin embargo, yo agregaría una precisión relevante: no sólo es el libro reciente más importante desde el punto de vista de la economía; es, creo, el libro más importante de los últimos años para las ciencias sociales. Es y será un texto muy importante para los politólogos, para los sociólogos, para los historiadores económicos, etcétera. En todos esos casos el libro abre nuevas perspectivas analíticas y nos llama a estudiar y a entender mejor temas y aspectos que hasta ahora se habían dejado de lado o que no habían sido materia de un análisis suficientemente detallado.

 

Por ejemplo, para el caso de los economistas y sociólogos, ya no podremos volver a hablar de distribución del ingreso usando únicamente los resultados obtenidos a partir de las encuestas de hogares. Tampoco tendrá mucho sentido usar únicamente la información de los multimillonarios que se obtiene en revistas como Forbes. El libro de Piketty a lo que nos invita es a pensar en un grupo mucho más concreto que el decil más rico (es decir, el 10% más rico), pero también mucho más amplio que el de los multimillonarios de Forbes. Nos invita a pensar entonces en, por ejemplo, el 1% más rico, el 0.1%, o incluso el 0.01%. En el caso de México eso representa a alrededor de un millón, 100 mil o 10 mil mexicanos, respectivamente. Estamos hablando de 250 mil, 25 mil o 2 mil 500 hogares, aproximadamente. Este grupo de la población trasciende entonces a los multimillonarios, pero es a la vez mucho más concreto que el 10% más rico. Entender la dinámica de la concentración de la riqueza desde esta perspectiva nos ayudará a entender mucho mejor la dinámica de la desigualdad en el país.

 

En otras disciplinas ocurre algo similar. A partir de este libro habrá que pensar y estudiar mucho más temas como el de la transmisión intergeneracional de la riqueza y cómo esos mecanismos contribuyen a perpetuar familias, personas y grupos económicos dominantes. También habrá que pensar en el tema del crecimiento económico de mediano y largo plazo. Habrá que discutir, por ejemplo, si la idea muy en boga del llamado estancamiento secular (es decir, de un crecimiento económico relativamente bajo) es la norma o no de esta nueva etapa del capitalismo en la que nos encontramos y qué implicaciones puede tener esto para la evolución futura de la desigualdad.

 

Por último, vale la pena mencionar que para el caso específico de México el libro será sumamente importante. Ya abordé algunos de estos puntos en un artículo publicado hace unos meses en La Gaceta del FCE de julio de este año, pero aquí retomo brevemente algunos de ellos y agrego otros.

 

La magnitud de la desigualdad en México. Este tema es fundamental, ya que necesitamos entenderlo mejor. El enfoque que sugiere Piketty puede ser particularmente útil para entender su verdadera magnitud y evolución. Vinculado a esto, está el tema de la importancia de la transparencia de la información fiscal sobre el ingreso y la fortuna de la población. México es uno de los pocos países de su importancia que no publica la información fiscal necesaria para hacer el análisis que Piketty y sus coautores han realizado para otros países. Aquí la exigencia de esa información es primordial y nos ayudará a tener una mejor comprensión del tema de la desigualdad, de su magnitud y de cuáles son las formas más efectivas para combatirla.

 

El capital en el siglo XXI también nos puede ayudar a comprender mejor la importancia del Estado social en la disminución de la desigualdad (y esto es particularmente relevante para toda América Latina). El análisis del siglo XX que realiza Piketty muestra que la compresión de la desigualdad en los países desarrollados fue acompañada de un cambio en la estructura tributaria y de la creación de un Estado social en esos países. Ni en México ni en muchos otros países de la región tenemos ninguna de esas dos cosas. En ese sentido, la discusión que se plantea en el libro puede ayudarnos a entender cuán equívoca puede ser la discusión de la reforma fiscal en nuestros países, en donde el debate suele centrarse en la importancia y necesidad de aumentar el Impuesto al Valor Agregado en lugar de buscar implementar un impuesto muy progresivo sobre el ingreso (y ya no digamos sobre la herencia o sobre las fortunas, las otras medidas de política económica que propone Piketty), que podría ayudar a mitigar la desigualdad económica prevaleciente.

 

En fin, hay un gran número de temas analíticos de notable importancia en el libro de Thomas Piketty, muchos de los cuales son relevantes también para la discusión interna. Por todo ello considero que es una gran oportunidad y una gran fortuna que el Fondo de Cultura Económica nos haya hecho llegar, de manera tan rápida y puntual, la versión en español de este magnífico libro. Ahora lo que nos toca a los demás es leerlo y discutirlo (y no sólo comprarlo).

 

* Fotografía: La obra del economista francés ya es considerada como clásico en la historia de esta disciplina / Especial

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