Raúl Parrao retorna a las andanzas

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POR JUAN HERNÁNDEZ

 

La racha de obras coreográficas intrascendentes presentadas por el Centro de Producción de Danza Contemporánea (Ceprodac), del Instituto Nacional de Bellas Artes, a partir de su fundación en 2011, ha sido detenida gracias a la intervención de su director artístico, Raúl Parrao, quien recientemente presentó la pieza Inter-Z-on-E=Universo-E /x, en el Teatro de las Artes.

 

Parrao regresó a las andanzas creativas con una obra que conmemoró el centenario del nacimiento del escritor William S. Burroughs (1914-1997), por un lado, y reafirmó la visión devastadora que sobre el mundo contemporáneo tiene el coreógrafo mexicano, por el otro.

 

En los años ochenta del siglo XX, cuando irrumpió en el universo del arte coreográfico con su propuesta de danza bizarra y kitsch, Parrao fue considerado el enfant terrible de esa manifestación creativa. El bailarín y coreógrafo expresó, desde el inicio de su trayectoria, una búsqueda escénica singular, que le dio a su danza identidad y distinción en el concierto coreográfico mexicano.

 

Con la compañía UX Onodanza —emblemática del movimiento de danza contemporánea independiente en México—, fundada en 1985, el coreógrafo llevó hasta sus últimas consecuencias sus atrevimientos estéticos dentro del quehacer dancístico. Insertó elementos de otras disciplinas en sus danzas: performance, teatro, pintura, pantomima, cómic, video, instalación y danza urbana. Buscó y encontró en el movimiento un poder expresivo para construir discursos significativos sobre la condición humana y el mundo que nos tocó vivir.

 

El coreógrafo, autor de las obras Dos mujeres y un diario, Cómics, Picnic, El diario de Caronte y Viaje a la luna, entre otras, cautivó otra vez con sus obsesiones estéticas, reflejo de una humanidad decadente, de una cultura visual recargada y de la alteración de la conciencia que deviene en la producción delirante de imágenes, reflejo del inconsciente, en donde se desvela el misterio de la psique (el alma) humana.

 

En la puesta en escena Inter-Z-on-E=Universo-E /x, el artista no sólo hizo homenaje al pensamiento de William S. Burroughs (representante de la generación beat); también recuperó, para la escena, algunas de las formas experimentales de la literatura del escritor estadounidense. La obra coreográfica recurrió a la técnica del cut up, para ofrecer un collage escénico pleno de imágenes, provenientes del delirio de una mente alterada.

 

Con esta pieza, Parrao reafirmó la vigencia del estilo que le ha dado identidad a su danza; se trata de una obra de madurez, en la cual se aprecia la solidez del pensamiento del coreógrafo en relación con el ejercicio del quehacer escénico y el abordaje esencial sobre la condición humana en la contemporaneidad.

 

La puesta en escena es la consecuencia de la transgresión del pensamiento formal, de la ruptura de límites, de la subyugación de la razón y la liberación de pulsiones esenciales de lo humano, que se manifiestan como delirio, alucinación o viaje sicodélico.

 

En el delirante universo imaginario creado por Parrao, encontramos el ojo omnipresente del poder, que controla, dirige y observa al mundo enajenado; la fuerza de la tecnología, de una cultura pop y electrónica, las luces de neón que anuncian el placer, los cuerpos desnudos que son expulsados por la boca gigante de un rostro que se despliega en escena, y la figura frágil del hombre que tendido sobre la acera expresa las miserias del mundo.

 

Inter-Z-on-E=Universo-E /x consolida el lenguaje bizarro de Parrao, quien en esta puesta en escena consigue unas de sus composiciones de mayor fuerza, al expresar en ella la dimensión trágica del mundo.

 

El coreógrafo tiene a la mano los recursos para hacer una producción a la medida de sus necesidades expresivas y obsesivas. Echa mano de la tecnología, del video, de la creación plástica para la escena y de la iluminación para generar una atmósfera onírica; y, sobre todo, se vale de doce de los mejores bailarines mexicanos, pertenecientes al Ceprodac, cuyos cuerpos deben desprenderse de los clichés de la danza contemporánea, para buscar un lenguaje que exprese con claridad el discurso crítico que el autor construye sobre el mundo y la humanidad del siglo XXI.

 

A tres años de la creación del Ceprodac, Raúl Parrao ofrece una obra que satisface las expectativas puestas en una organización artística que opera con recursos públicos. Pero más allá de la política cultural en relación con la danza, la obra Inter-Z-on-E=Universo-E /x se constituye como una de las piezas artísticas memorables, con un lugar asegurado en la historia de la danza contemporánea en México.

 

* Fotografía: La puesta en escena de Raúl Parrao retoma características de la cultura “Beat” / Rodrigo Triana

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